Capítulo XVII

El día fue tan corto para los enamorados, que les costaba trabajo terminar de despedirse. 

—Dejame dormir a tu lado otra vez. 

Tanya soltó un gran suspiro. 

—Esta noche es imposible.

—¿Qué tal mañana?—Preguntó ansioso. 

—Mañana por la noche, es la fiesta de cumpleaños, que tu madre preparó para mí. 

Zachary sonrió. 

—Susan me contó que tu vestido es hermoso. 

—Lo es. —Aseguró la chica. 

—¿Y también es fácil de quitar? —Le cuestiono, con un gran interés. 

Tanya soltó una pequeña risa. 

—Lo escogí pensando en eso.—Confesó ella. 

Zachary gruñó. 

—¡Dios, me volveré loco!. 

—¿Más?. —preguntó con una sonrisa divertida. 

—Sí. —Zachary la apretó con fuerza hacia su pecho. —Todo de ti, me vuelve loco. ¿Te molesta?. 

—No, todo lo contrario, Zachary. —Susurró sobre su boca. 

Zachary aprovechó el momento, para besarla con arrebato y vehemencia. 

—Zach…—Las caricias iban subiendo de tono, qué Tanya se vio obligada a parar los besos—Zachary… Debemos parar.

El pelinegro soltó un quejido y se separó solo un poco de su chica. 

—Me es difícil soltarte, cuando nos besamos así. —Dijo este, mientras recargaba su frente, en la de Tanya.

—Me pasa igual, pero este no es el lugar y demás… —Tanya miró hacia la puerta de la casa. —No quiero que Vika termine más enfada conmigo. 

—Entiendo. 

Tanya dejó un último beso sobre los labios de Zachary, pero de una manera suave y tierna. 

Zachary soltó un suspiro, cuando ella dejó sus labios. 

—Adiós. 

—Adiós… —Mientras Zachary se daba media vuelta para entrar a su auto. Tanya camino hasta la puerta. 

Victoria se encontraba en la cocina, atendiendo al pequeño Pavel. 

—¿Podemos hablar?. 

Tanya camino hasta unas de las sillas altas de la barra, para sentarse. 

–Lo siento. Sé que debí ser sincera contigo.

Victoria dejó la papilla de Pavel a un lado y se enfocó en Tanya. 

—¿Cuánto tiempo tienen de noviazgo?

—Diez meses. —Respondió Tanya, sin rodeos. 

—¿Desde cuando comenzaron a tener una intimidad?. 

—Hace poco—Apenada, bajo la mirada. 

—¿Por qué no me lo contaste? Siempre te di toda la confianza para que te acercaras a mi. ¿Qué fue lo que pasó esta vez? 

—Aún no estaba lista para contarte, de mi relación. 

—¿Diez meses de relación y no estabas lista? —

—No es tan sencillo, Vika. 

—¿Lo quieres?. 

—Lo amo, Vika. 

—¿Y por qué razón ocultaste tu relación de nosotros?. 

—No quería confiarme, tenía miedo de equivocarme. 

Victoria negó con la cabeza. 

—¿Qué va a pasar con tus sueños, de estudiar en París? Pensé que lo estabas analizando. 

—Nunca dejere mis sueños aun lado, Vika. 

—¿Y Zachary lo sabe? ¿Acepto tener una relación a larga distancia?. 

—Mm, bueno. Aún no hemos tocado el tema, pero supongo que… 

—Tanya, no puedes suponer nada. Puede ser que a Zachary no le agraden la relaciónes a larga distancia. Además son muy jóvenes, como para aferrarse a un noviazgo así. Aun les falto mucho camino por recorrer y sobre todo les hace falta madurar. 

—Pero nosotros nos amamos. 

—Tanya, a veces se necesita más que amor, para tener una relación sólida. 

En esta ocasión, Tanya guardo silencio. 

******

Por la mañana, Tanya se daba prisa por llegar a su reunión con Zachary. 

La noche anterior, había tomado la decisión de hablar con Zachary, sobre su sueño de estudiar arquitectura en París. 

Ella sonreía mientras se daba prisa, tenía la idea de que su chico aceptaría un noviazgo a distancia y que eso también podría fortalecer su amor. 

Mientras tanto, Zachary esperaba a su novia con una sonrisa en su boca y un pequeño detalle en su mano. 

—¿Zachary?

El chico giró su rostro al escuchar su nombre. 

—Hola. —Saludo sin mucho afán. 

—Qué coincidencia encontrarte aquí. —La chica caminó hasta él. 

—Espero a mi novia. —Aclaro Zachary. 

—Claro. —Astrid lo miró un tanto  avergonzada. —Bueno, me da gusto verte de nuevo.

Zachary solo guardó silencio.  

—La otra noche… se me pasaron las copas y fui imprudente con lo que dije. 

—Déjalo Astrid. —Dijo Zachary sin mucho entusiasmo, estaba impaciente por que se marchara rápido. 

—Me ofrecieron un puesto alto, en una empresa extranjera, así que decidí tomarlo. 

—Me alegro por ti. 

—Viajaré la próxima semana. Entonces, tal vez esta sea la última vez que nos encontremos. 

Zachary asintió. 

—Te deseo lo mejor, Astrid. 

—Gracias, se que lo dices con sinceridad. Siempre fuiste un buen chico. ¿Puedo darte un abrazo?. —Se animó a preguntar. 

—Preferiría que no.

—Entiendo. —Respondió la chica. Astrid estaba a nada de marcharse y cerrar ese triste capítulo en su vida.—Tambien te deseo lo mejor, Zachary. —Se daría media vuelta para retirarse, pero la figura de Tanya Aleeksev apareció a varios metros de ella. Astrid sintió un remolino de emociones negativas qué no pudo contener. 

Se abalanzó hacia el chico, dejando un simple beso sobre su boca. 

Para el momento en el que Zachary la empujó, escucho una voz detrás de él. 

—¿Zach?

Zachary giró su cuerpo. 

—¡Maldición!. —Escupió con enojo. 

—Tanya… Lo siento yo… —Astrid fingía qué estaba avergonzada. 

Sin decir una palabra, Tanya se acercó a Astrid. Una fuerte bofetada fue lo que recibió la chica, de su parte. 

Astrid solo se toco la mejilla qué ardía. 

—¡Tanya!. —Zachary la llamó, mientras iba detrás de ella.—Tanya, detente. —La tomó del brazo, para evitar que continuara alejándose de él. —Hablemos. 

—¿Qué excusas me darás esta vez?— Le cuestiono con enojo. 

—No son excusas. —Dijo angustiado y la soltó de su agarre. —Ella fue quien me beso. 

—Supongamos que vuelvo a creerte ¿Qué va a pasar después? ¿Siempre va a ser así Zachary? ¿Si no es Astrid, aparecerá otra chica?. 

—Por eso debes de confiar en mi. 

—Creeme que lo intento, pero cuando me vaya a estudiar a París, como tendré la certeza de que nunca pasara algo, ni siquiera un desliz, con alguna chica. 

—¿Qué? ¿Te iras a estudiar a París?—Zachary frunció el ceño. —¿Cuando lo decidiste?. 

—Hace más de diez meses, que lo vengo pensando. 

Zachary negó con la cabeza. 

—No puedo creer que hables de confianza, cuando no tienes una idea, de lo que significa eso. 

—Zach… —Tanya trato de tomarlo de mano. 

—No. —El chico desordeno su cabello negro, con la mano que Tanya quiso tomar. —¿Qué iba a pasar con nosotros, si te marchabas a París?. 

—Bueno, nuestra relación sería a distancia y… 

Zachary bufo con el molestia. 

—Aunque yo hubiera aceptado una relación así, nunca podría funcionar. Tú no haces más que desconfiar de mí. 

Tanya sintió un nudo de la garganta, mientras Zachary se alejaba de ella. 

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