Capítulo XII

—Susan—No recuerdo haberla invitado.

Espeto molesta. Tenía la vista fija, en el mismo lugar que Tanya. Se levantó de golpe y de inmediato, se movió en busca de la seguridad, del lugar.

Por su parte, Zachary se encontraba incomodo. Un simple Hola, le había dado paso, a una conversación sin sentido.

Astrid reía y tocaba "inocentemente", la camisa de Zachary.

—Zachary—¿Estás sola?. Puedo llamar a algunos de tus amigos, para que te recojan. No puedes regresar a tu departamento así, en ese estado, y sola.

Astrid esbozo una sonrisa, pero en ella había algo de tristeza.

—Astrid—Es lo que más extraño de ti. La manera en la que te preocupabas por mí.

Zachary negó con la cabeza.

—Zachary—No confundas mi amabilidad, Astrid.

Astrid se acercó un poco más.

—Astrid—Me preguntó sí... Sí ella, no hubiera aparecido en nuestras vidas...

—Zachary—Será mejor que te pida un auto.

La interrumpió Zachary. No deseaba, escuchar más.

Quería moverse, lo más pronto posible de ahí y buscar a su chica de ojos marrones.

Astrid continuo con su deprimente sonrisa. Lamentablemente, el alcohol le había ayudado a soltar la lengua y decir, lo que había reprimido.

—Astrid—Tienes razón. Lo mejor es que me retire. ¿Después de pedir un auto, podrías acompañarme al estacionamiento?. No quiero esperar sola, Zachary.

El no estaba muy seguro de hacerlo, pero en el estado que se encontraba, tampoco podía dejarla ir sola.

—Zachary—Es mejor que alguien de seguridad, se encargue de eso.

—Astrid—Solo serán unos minutos Zachary.

—Zachary—... Esta bien. Vamos, te acompaño.

Le señaló la salida y camino detrás de ella.

Tanya no había podido desviar la mirada. Cada segundo que pasaba, sentía como su corazón oprimía y los celos, hacia un caos en su pecho y su cabeza.

Tomó la copa de champán, qué estaba frente a ella y bebió un poco. Luego sonrío con ironía.

Tomó su pequeño bolso y salió por la misma puerta, por donde el pelinegro, había salido con Astrid.

Astrid se movió hasta Zachary, antes de subir al auto. Lo abrazo con fuerza y dejo un beso, cerca de su boca.

—Astrid—Lamento haber dado molestia, esta noche.

Zachary la retiro de la mejor forma posible, para no verse como un patán.

—Zachary—No te preocupes.

Astrid se mordió el labio y bajo la mirada al suelo.

—Astrid—Zachary, si nos volvemos a encontrar una próxima vez...

—Zachary—Lo mejor sería que no, Astrid.

—Astrid—Entiendo... Pero aun así, si eso llegase a pasar, desearé qué está vez no exista nadie más, en nuestro camino.

Astrid se dio media vuelta y entro al auto, sin darle oportunidad a Zachary, de responder.

El vehículo avanzó y Zachary se quedó un poco más.

—Tanya—¿Para eso me pediste tiempo?.

Zachary giro su rostro.

Tanya se encontraba parada, a unos centímetros de él.

—Zachary—¿Qué haces aquí, afuera?.

Le cuestiono de inmediato y se quito el blazer, para abrigarla.

—Zachary—Podrías enfermar.

Con el ceño fruncido, la recorrió desde las zapatillas altas, hasta su bello y tierno rostro.

—Zachary—Te ves, diferente.

—Tanya—¿Te desagrada?.

—Zachary—No.

Respondió de inmediato.

—Zachary—Pero, ese vestido es demasiado corto.

Tanya se quitó el blazer y se lo arrojo.

Zachary lo tomo en el aire, con una expresión de confusión.

—Tanya—No respondiste mi pregunta.

—Zachary—¿De que pregunta hablas?.

Tanya río un poco.

—Tanya—Por eso querías tiempo. Para regresar con esa mujer.

Colmada de celos, las palabras salían de su boca. Pero tarde, se daría cuenta de su error.

Zachary se asombro al escuchar aquella tontería.

—Zachary—¿De qué hablas, Tanya?.

—Tanya—Lo que no puedo creer es tu descaro, de traerla aquí.

—Zachary—Creó que estás malinterpretando las cosas.

—Tanya—Lo que vi, deja todo claro.

—Zachary—No sé que rayos, pasa por tu cabeza en este momento, pero créeme, no es lo que tú piensas.

—Tanya—¿No?.

Pregunto con burla.

—Zachary—No. Astrid estaba pasada de copas y yo solo la acompañé hasta el auto, es todo.

—Tanya—¿Es todo?.

—Zachary—...

—Tanya—Bien, ahora me largo.

Zachary camino detrás de ella.

—Zachary—Iré contigo.

—Tanya—No, esta vez soy yo, quien necesita tiempo. Así que procura no acercarte a mi, el resto de la noche.

—Zachary—No crees que estas actuando, como una chiquilla irracional.

—Tanya—El primero en pedir esto, fuiste tú. Ahora que soy yo quien lo pide, me escucho irracional.

—Zachary—Es diferente.

Expresó con molestia.

Pero la chica, no estába lejos de sentir lo mismo.

—Tanya—Claro que es diferente, yo si tengo una buena razón, para no querer tenerte cerca.

—Zachary—El tiempo, solo era para replantearme cosas.

—Tanya—Como volver con Astrid.

—Zachary—No, por supuesto que no. Ella apareció en mi camino, cuando yo me disponía en buscarte. Nunca estuvo en mi mente, regresar con ella.

Sin embargo, esa explicación no logro calmar el enojo de Tanya.

—Zachary—Debes creerme.

—Tanya—Dime, como podría hacerlo... Como podría confiar en un chico, que siempre iba y venía, detrás de unas piernas largas.

Ahora, Zachary podía entender todo.

—Zachary—Ya veo. No confías en mí ¿verdad?.

Tanya desvió la mirada.

—Tanya—Será mejor, que vuelva a dentro.

—Zachary—Espera...

Zachary quiso bajar el tono de su voz y usar uno más tranquilo. No quería que la noche, terminará así. Quiso tomarla de la mano, pero Tanya retrocedió un paso.

Ella seguía sin poder ver, más allá de su enojo, sus celos y la desconfianza.

Y no estaba dispuesta a seder.

—Tanya—No te quiero cerca de mí.

Termino por decir, en el tono más frío.

Zachary sintió como el corazón, se oprimia dentro de su pecho.

—Zachary—Bien. Si eso, es lo que en verdad quieres, así será.

Zachary se dio media vuelta y camino hasta su auto.

Y mientras el chico, daba pasos largos, Tanya sintió la necesidad de alcanzarlo, pero dejo que el orgullo y el enojó, pesarán más.

La noche, había terminado de la forma más amarga, para ambos.

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