El corazón, siempre daba salto de emoción, cada vez que el pelinegro, esperaba por ella, en la entrada del colegio, con una sonrisa embellecedora.
Una qué dislocaba, a cada jovencita y molestaba severamente a Tanya.
—Tanya—Esta situación, ya se te hizo costumbre.
Formuló con fastidió y celos ocultos.
—Zachary—¿Tiene algo de malo?.
Tanya bufo con molestia.
—Tanya—Sí. No puedes seguir apareciendo en mi escuela, esperando que te acompañe a todas partes.
Se quejo la chica.
—Zachary—No pensé que te molestara tanto. Como buenos amigos...
Tanya se mordió la lengua, con un poco de fuerza y lo interrumpió.
—Tanya—Nunca acepte ser tu amiga, así que buscate a otra tonta.
Tanya se dio media vuelta, dejando al pelinegro, con un sentimiento de pesadumbre y sin comprender, qué había pasado.
Esa situación, había dado vueltas en su cabeza del chico, todo el día. Y por la noche, no fue mejor.
La puerta del departamento de Astrid, fue abierta por la chica. Ella tenía una amplia sonrisa, cuando recibió al pelinegro.
—Astrid—Pensé que no llegarías. Había creído que me dejarías plantada.
Zachary sonrío.
—Zachary—Nunca me atrevería a eso.
Astrid se colgó de su cuello y se acercó a sus labios, para besarlo. Minutos después, Zachary aumento la intensidad, mientras tocaba todo a su alcance.
La primera prenda en caer, fue la camisa de Zachary.
Astrid pasó sus dedos, por el firme abdomen del chico.
—Astrid—Mm... Me encanta que ejercites tu cuerpo.
Zachary sonrío emocionado, después de tanta espera, tantas noches dedicadas a ella, por fin, había llegado el día, que tanto anhelaba. Esta noche, podría darse un par de palmaditas en el hombro.
Ansioso por continuar, el pelinegro se apresuró a desabrochar sus vaqueros.
—Astrid—Espera.
Le pidió, con una sonrisa.
—Astrid—De eso, me encargaré yo.
Astrid se recogió el cabello en una coleta y se inclinó hasta el suelo, con una sonrisa amplia, llena de perversión.
Zachary inclino la cabeza hacia abajo, sus ojos estaban enfocados, en la chica que estaba a punto, de bajar sus calzoncillos.
Pero repentinamente, la mente del chico, se volvio un caos. Dos grandes ojos marrones, jugaban con sus pensamientos y llenaba cada espacio. Acabando así, con toda fantasía.
Zachary exhaló con fuerza. Su mente quería gritar y golpearlo, por haber sido un completo idiota.
—Zachary—Espera, Astrid.
Astrid obedeció.
—Astrid—¿Qué pasa?. ¿Quieres ponerte mas cómodo?
Zachary negó con la cabeza y la ofreció su mano, para ayudarla a levantarse.
—Zachary—Tal vez, vamos muy rápido.
Ahora solo había desconcierto, en el rostro de Astrid.
—Astrid—¿Qué?. No entiendo.
Zachary se inclinó hasta el suelo, para tomar su camisa.
—Astrid—Zachary. ¿Es por esa chiquilla, verdad?.
Le cuestionó la chica, esperando que la respuesta fuera otra.
Sin embargo, Zachary asintió lentamente.
—Zachary—Discúlpame, Astrid.
La chica endureció su rostro y cerró sus manos con fuerza.
—Astrid—Vete y espero que no vuelvas a buscarme.
Hablo con firmeza, sin expresar, algún sentimiento en el rostro.
—Zachary—Entiendo.
El pelinegro se apresuró en arreglar su camisa y los vaqueros, para después salir del departamento, sin mirar atrás.
Astrid se dejó caer sobre el sofá, después de que la puerta se cerrará.
Aunque el tiempo compartido, había sido poco, sin embargo, Zachary Belf, había hecho crecer en su pecho, un sentimiento de calor y cariño.
Minutos después, el apuesto pelinegro ya se encontraba, frente a la casa de su hermano Arthur, con el celular en la mano.
Tanya se encontraba en su habitación, en compañía de Victoria.
Acomodaba en la maleta, ropa extra, para su largo viaje.
—Victoria—¿No olvidas nada?.
—Tanya—No.
Respondió por cuarta vez.
Victoria se acercó para abrazarla.
—Victoria—Te voy a extrañar mucho.
—Tanya—Solo serán, un par de semanas.
Dijo con una voz aterciopelada, para la rubia qué ahora, secaba sus lágrimas.
—Victoria—Me sentiré sola, sin ti.
—Tanya—No puedes sentirte sola, cuando tienes a tu esposo, todo el tiempo a tu lado.
Victoria resoplo.
—Victoria—Ese hombre, me hace sentir asfixiada, con sus exageraciones.
Tanya soltó una pequeña risa.
—Tanya—Es por que te ama demasiado y se preocupa por ti.
—Victoria—Me hacer sentir inútil.
Tanya soltó un suspiro largo.
—Tanya—Estarás bien.
—Victoria—Lo sé, pero, qué tal si conoces a un chico guapo en Asia, y decides abandonarme para hacer tu vida allá.
Expresó con drama.
Tanya, no pudo evitar reír de nuevo.
—Tanya—Eso no pasará Vika. Aún soy muy joven, ¿lo recuerdas?. Además, no puedo permitirme abandonar mis sueños, por un amor. Mi sueño de ser una gran arquitecta, está por encima de todo.
Victoria sonrío.
—Victoria—Me alegra que siempre pongas, por delante tus sueños. Sé que serás la mejor arquitecta.
Victoria volvió a abrazarla, con un poco de nostalgia.
—Victoria—Bajaré a la cocina, para prepararte un chocolate caliente, antes de que Arthur regrese y me prohíba acercarme al fuego. Ahora vuelvo.
Tanya asintió, mientras reía.
Su teléfono celular, se encontraba en la mesita de noche. Cuando comenzó a vibrar, Tanya se apresuró a tomarlo, pero al ver el nombre de la persona que llamaba, decidió pagarlo y devolverlo al mismo lugar.
Minutos después, escucho unos golpes sobre la ventana de su habitación. La chica se sintió asustada, pero aún así, con pasos lentos, se acercó para abrirla.
—Zachary—¿Tanya?.
Aquella voz, provocó una gran molestia en ella.
—Tanya—¿Qué haces fuera de mi ventana?. ¿Estás loco?.
Le grito con enfadó.
—Zachary—No contestaste mi llamada, así que tenía que buscar una manera de verte y poder hablar contigo.
La chica, se cruzo de brazos.
—Tanya—Ya me viste, ahora puedes irte.
—Zachary—Espera, al menos escúchame un minuto.
Tanya cerró la ventana con fuerza, no tenía intenciones de hablar con él, ni ahora, ni nunca. Pero justo en el instante, que la ventana se cerró, el pelinegro grito con fuerza.
Tanya dio un salto del susto, y de forma inmediata, abrió la ventana de nuevo.
Estaba aterrada y se imaginaba lo peor. Más sin embargo, Zachary no paraba de reír.
—Tanya—Pensé qué... Ah, eres un idiota Zachary Belf.
Lo fulmino con la mirada y se dio prisa por cerrar la ventana, sin darle importancia, a lo que pasará con el pelinegro.
Segundos después, se escuchó un golpe y luego los gritos de Victoria.
Tanya bajo apresurada, con el miedo de haber provocado algo malo.
—Tanya—¿Qué pasa, Vika?. ¿Por qué los gritos?.
Preguntó, con tal inocencia.
—Victoria—Llama a ambulancia.
—Tanya—¿Qué?. ¿Pero?...
—Victoria—Date prisa.
Tanya subió a su habitación por el teléfono y comenzó a llamar. Cuando camino de regreso a la planta baja, Zachary Belf se encontraba recostado en unos de los sofás, con el cabello revuelto y algunos rasguños en el brazo y otros pocos en el rostro.
—Tanya—La ambulancia ya viene. ¿Que fue lo qué pasó?.
—Victoria—Toma, ponlo en tu rostro.
Victoria le había entregado a Zachary, una bolsa de verduras congeladas.
—Victoria—Te ves fatal. ¿Estás seguro, de no querer ir al hospital?.
Zachary le echo una mirada rápida a Tanya, y con una voz lamentable, pronuncio.
—Zachary—Estoy bien, es mejor que marche ahora.
Zachary se levantó del sofá, con un gran esfuerzo. En su rostro se reflejaba solo dolor.
—Victoria—Será mejor, que esperemos a la ambulancia. Algo me dice, que ese tropiezo, te dejó consecuencias.
Tanya abrió los ojos, más de lo común.
—Tanya—¿Crees que sea algo grave?.
Preguntó con preocupación.
—Victoria—Me temo que sí.
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Updated 62 Episodes
Comments
Maria Alexandra La Cruz
Me da rabia, porque lei primero la de Susa 😭🤔😜💔
2025-02-20
0
Maria Alexandra La Cruz
Que loco
2025-02-20
0
AMANECER
🙈😂😂🙉😂😂😂
2024-09-24
0