19.

Como si los últimos días de mi vida ya no tuvieran tanta acción, el rey solicitó mi presencia otra vez.

Terminé de comer una de las galletas para luego tomar un poco de té, trataba de estar tranquila. Kenoir antes de irse la última vez que nos vimos, me recomendó no estresarme y dormir.

El silencio de la sala de té era extraño, era la primera vez que usaba la sala sólo para mi y Yuna. Siempre solemos tomar el té en mi habitación.

- Yuna, antes de ir al castillo dormiré un poco- informé con convicción.

Ya puedo estar tranquila y segura de que nada sucede sólo porque duermo.

La castaña se sorprendió ante mis palabras, salió de la sala diciendo que ambientará mi habitación para que duerma bien.

Sonreí ante su apuro y alegría.

Será raro dormir sin estar alerta, y se que no lograré en la primera vez dormir muchas horas. Mi horario de sueño no se acomodará tan fácil.

Al entrar a mi habitación, estaba todo parcialmente oscuro. Las cortinas impedían el paso del sol, en el aire estaba el aroma de nuevas flores y la cama ya estaba preparada para que me acostara.

- Descanse- dijo Yuna antes de irse cerrando la habitación y así dejándome en el silencio.

Mi cuerpo reaccionó ante la comodidad de la cama, me relajé al instante.

Se me vino a la mente Kenoir, me ponía feliz saber que estaba siguiendo sus consejos. Se que se alegrará cuando le cuente mi progreso.

Y aún con él en mi mente, cerré los ojos y me dejé llevar.

***

Otra vez me encontraba en la habitación del príncipe, pero esta vez no me senté sino que me quedé de pié cerca de la puerta.

- No podré sanarlo, su alteza. Lo siento, intenté pero no puedo- me disculpé

- Iré a comunicárselo a su majestad-

Y con esas últimas palabras salí de la habitación. Solicité ver al rey y para sorpresa mía, el ya estaba esperándome en su despacho.

Mis pasos eran seguros, no como las otras veces. Dejé la situación en las manos de Dios, ya no quería preocuparme mucho.

- Su majestad, la señorita Winkracht- anunció mi presencia el guardia que me acompañaba.

Entré e hice una reverencia junto al saludo habitual.

- Su majestad, vengo a informarle sobre la situación del príncipe- comencé a hablar

El sólo asintió para que siga hablando

- No puedo sanarlo, lo intenté pero mi habilidad se debilita cada vez más y mi salud empeora a tal punto que paso días en la cama-

Era mitad mentira y mitad verdad.

Mi salud si estaba mal, como siempre pero mi habilidad no se ha debilitado, sólo descubrí que tiene un límite.

- Entiendo, gracias por intentarlo igualmente. Puede retirarse- expresó con voz neutra.

Le hice caso y una vez que salí del despacho suspiré con pesadez. No se si eran sinceras esas palabras o si querrá hacer algo contra mi familia. Tengo que elaborar un plan por si intenta algo malo.

Decidí no ir a casa y desviarme al mercado. Necesito despejarme un poco.

Las calles estaban ocupadas de puestos y personas hablando entre si, otras solitarias enfocadas en sus tareas y perros queriendo jugar con todos.

Cuando me estaba dirigiendo a un puesto, una mano me detiene agarrando mi brazo. Voltee asustada pero me alivié al ver a Kenoir.

- Dios, no puede asustarme así- me quejé. El sonrió con burla.

- ¿Cómo ha reaccionado el rey?- preguntó

- Bien pero dudo de sus palabras, pienso que puede estar planeando algo en contra de mi cuando el príncipe, bueno, ya sabe pase a mejor vida- me sinceré

- Por eso, pensé en algo- dijo con una sonrisa

- enganche su brazo con el mío y caminemos por aquí. La gente correrá el chisme de que vieron a la hija del conde con el hijo del Duque caminar de forma amorosa y le llegará al rey. No creo que el rey se meta tan fácil con su familia sabiendo que está conectada a la mía-

Me sorprendió que se preocupara por mi familia a tal punto de usar el poder de su propia familia para mi beneficio.

Sin dudarlo enganché mi brazo con el suyo y comenzamos a caminar entre la gente, no miré como los demás reaccionaban ante nosotros, sólo lo miraba a él. Su perfil era bien definido, sus pómulos estaban elevados por su pequeña sonrisa.

- Con su mirada hacia mí estamos dando una actuación espectacular, todos crearán firmemente en nuestra relación- expresó con diversión.

Desvíe mi mirada avergonzada, soy una tonta que no puede disimular pero ¿cómo podría disimular con alguien cómo él?

- Por cierto, tengo una pregunta para usted que me está rondando por la mente hace días- dije una vez que nos alejamos de las personas. Vi una banca vacía y me senté, Kenoir me imitó.

- Dígame, le responderé lo que sea- respondió

Observé para todos lados, asegurándome que no haya nadie que pueda escucharnos y en voz baja le hice mi pregunta

- ¿Cómo sabía que el príncipe tiene una enfermedad que no se puede curar, que morirá?-

- Esperaba esa pregunta. Usted no deja escapar ningún detalle- dijo con gracia

- unos días antes acompañé a mi padre a una reunión con el rey, era sobre unos negocios. Vi al príncipe por unos segundos, supe instantáneamente que no mejoraría. Ya me ha pasado antes, he sentido que una persona se morirá. Cuando usted trató de sanarlo y no pudo, reafirmó mi presentimiento-

Cada vez descubro más cosas sobre su habilidad, es increíble. Cada vez que me habla quiero saber más.

- ¿Usted puede saber cuándo morirá alguien?- pregunté

- No, no se equivoque. Sólo cuándo veo a alguien enfermo, siento algo dentro de mi que me dice que esa enfermedad es terminal. Antes no confiaba en ese presentimiento pero ahora que la tengo a usted a mi lado puedo confirmarlo-

Asentí reprimiendo una sonrisa al escuchar el "ahora que la tengo a usted a mi lado".

Me ponía feliz con tan poco.

(Hi! soy la autora. No quiero alarmar pero se acerca el final)

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Comments

Cruz Mejia

Cruz Mejia

siento pena por el príncipe y el rey pero desgraciadamente así es la vida 😥😭

2023-11-20

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