8.

Me desperté de mal humor al escuchar alboroto fuera de mi habitación. Miré por toda mi habitación y no encontré a Yuna, que raro.

Quiero saber cuanto tiempo dormí, sentía una pequeña desesperación al no saberlo.

Últimamente estaba muy cansada y con más ganas de dormir. Me enojo conmigo misma porque tengo que estar peleando constantemente con mi propio cuerpo. Pero a pesar de eso, no pienso dormir más tiempo de lo que me obligan.

Al abrir la puerta me encontré con sirvientas hablando entre ellas en voz baja, entre ellas estaba Yuna.

- ¿Qué sucede aquí? ¿Qué hacen fuera de mi habitación?- pregunté confundida. Seguro sucedió algo por mi culpa, porque dormí.

Las 4 mujeres me miraron asustadas, pasaron sus miradas entre ellas y como si hablaran telepaticamente 3 de ellas se fueron, quedando sólo Yuna.

- Señorita, llegó una carta y eso revolucionó toda la casa- contó un poco de lo que pasaba

- ¿Qué tiene esa carta? ¿Es tan importante?- pregunté mientras bajaba las escaleras

- Yo no soy la persona indicada para decírselo, tiene que ir al despacho de su padre-

Levanté la ceja, debe ser importante cómo para que mi padre me llame a su despacho.

Con pasos apurados llegué al despacho, no quería hacerlo esperar y me ganaba la curiosidad. Golpee la puerta con fuerza, de inmediato escuché a mi padre darme permiso para entrar.

Abrí las puertas y todo se volvió más serio. No sólo estaba mi padre sino que también mi madre.

- Me dijeron que me querías aquí, padre- dije, tomé asiento en el sofá individual que estaba al lado del de mi madre.

- Si, llegó una carta y te involucra a ti-

- ¿Quién la mandó?- pregunté

- La familia Farguelx o mejor dicho, Kenoir Farguelx-

Abrí los ojos con total sorpresa. ¿Qué pretendía Kenoir?

- Pide poder cortejearte, ya que siente atracción por ti- reveló el motivo

Me ahogue con mi propia saliva y comencé a toser sin parar. Ya con un poco de agua que me ofreció mi madre, pude recomponerme.

- ¿Enserio? ¿Estás seguro que es Kenoir?- pregunté sin poder creerlo

- Si, y le vamos a dar el visto bueno. Así que comenzarás a frecuentarte con él- respondió poniéndose de pié

- ¿Qué? ¿Por qué?- pregunté imitando su acción. ¿Por qué no me preguntaba lo que yo quería?

- Nos conviene, Nami. Piensa en lo beneficioso sería unir nuestra familia con la del Duque Farguelx-

Sabía lo que iba a responder, era obvio. En realidad, no tengo problema con Kenoir pero nos hemos visto dos veces y el ya quiere cortejearme.

Pensándolo bien, no voy a negarme. Voy aprovechar para poder salir de mi casa y para saber la verdadera intención de Kenoir.

***

Desde los problemas que me trajo mi habilidad, nunca pensé en verme como ahora; sentada en mi jardín con un vestido celeste pastel, esperando a un hombre que supuestamente tiene un interés amoroso por mi.

No dudé ni tardé en concretar un encuentro con Kenoir, a los dos días de saber sobre la carta, lo invité a tomar el té en mi casa y el aceptó.

- Señorita, anuncio la llegada del señor Farguelx- anunció una de las sirvientas.

Yuna retiró mi silla y me puse de pié.

El pelinegro se acercaba con una sonrisa radiante, vestía un traje incompleto. Sólo tenía el pantalón, la camisa y el saco, aún así no se veía mal.

- Buenas tardes, señorita Nami. Perdón si la hice esperar- habló sentándose frente a mí

- Buenas tardes, no me hizo esperar así que no se preocupe- respondí con una pequeña sonrisa.

Yuna y otra sirvienta comenzaron a servirnos el té, nosotros en silencio sólo nos mirábamos fijamente. Sus ojos negros tenían una profundidad que me hacían sentir cohibida.

- Gracias, pueden retirarse- indiqué

- Pero señorita...- habló en voz baja Yuna, sabía lo que quería decir pero aún así lo ignoré.

- Sólo un momento- pedí. Asintió y se fueron del jardín.

Ahora solos, podíamos hablar sin ataduras.

- Ahora digame la verdad, ¿cuál es su verdadera intención?- hablé directamente.

Soltó una risita para después tomar un poco de té.

- ¿Acaso no puedo estar interesado en usted de forma amorosa?- preguntó

- No digo que no, lo puede estar pero seguro tiene una segunda intención- no dudo de mi belleza, se que puedo atraer a alguien pero él es distinto

- Me gusta que sea inteligente- halagó

- tiene razón, no estoy interesado en usted, al menos no de forma romántica- se sinceró

¿Entonces que intención puede tener?

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