2 días fueron los que pasaron y Kenoir no me había escrito. Mientras que a mi, la ansiedad me carcomia.
Mientras esperaba, pasó mi peor miedo actual; el rey me mandó otra carta solicitando mi presencia en el castillo.
Me sentia perdida, no sabía que hacer y quería la ayuda de Kenoir en este tema.
Paseaba por mi habitación jugando con mis dedos, no quería ir.
- Señorita, tome un poco de té así se relaja- dijo Yuna mirándome desde el sofá.
Me senté sin ganas y tomé un trago de té, por el sabor sabía que era un té de rosas, suele relajarme pero ahora sólo era un simple té que no podía pasar por mi garganta.
- No puedo, no puedo Yuna- solté hundiéndome completamente en el sofá. No quiero, no puedo.
- Pero señorita, si bien no se el motivo por el cuál es invitada al castillo. Creo que es una linda situación y buena oportunidad de conquistar a uno de los príncipes- intentó bromear
Involuntariamente hice un gesto de disgusto. No podía pensar en tratar de seducir o que me seduzca alguno de los dos príncipes.
No era con intención de ser prejuiciosa pero ninguno me transmitía vibras lindas, no creo que tengan la personalidad que yo busco en una potencial pareja.
Unos golpes en la puerta llamaron la atención seguido de la voz de Karlee avisando que la carroza ya estaba lista para partir.
Miré a Yuna, como buscando ayuda pero sólo obtuve una sonrisa.
- ¿Me puedes arreglar el moño?- pregunté intentando atrasar todo
Asintió acercándose, sentí sus manos en mi cintura y abdomen para eliminar las posibles arrugas de la cinta, por último ajustó el moño que estaba en mi espalda.
Me despedí de ella y salí de la habitación jugando con mis dedos.
- Nami-
Voltee con una sonrisa ante el llamado de Haco. Iba a perder más tiempo.
- ¿Qué sucede?- pregunté acercandome
- No hagas nada tonto allí ¿si?-
Fruncí el ceño ante tal pedido. Era extraño que me pidiera algo así.
- ¿Qué quieres decir?- pregunté
- Nada en especifico, sólo preserva bien nuestro apellido-
Asentí no muy convencida. Me estaba poniendo una tarea muy pesada sobre mis hombros aún sabiendo que yo no estoy convencida de hacer esto.
Nos despedimos y partí hacía el castillo.
***
De nuevo en este lugar, sinceramente espero no volver nunca más luego de cumplir con esta tarea.
Todo está tan lleno de lujos que parece estar vacío.
- Llegamos, señorita- anunció la sirvienta que me escoltó desde la puerta principal.
Antes de entrar a la habitación, miré de reojo a los dos guardias que me escoltaban. Su propósito es dar seguridad pero yo siento de todo menos eso.
Abrieron las puertas, di los primeros pasos dentro e hice una reverencia.
- Buen día, su Alteza Real- saludé.
El príncipe estaba recostado en su cama, su rostro demostraba el cansancio que cargaba. Las ojeras opacaban sus ojos verdes, incluso su cabello rojizo estaba oscuro cuando naturalmente era brillante.
- Buen día, señorita Winkracht. Gracias por venir- saludó con voz ronca.
Con el cuerpo tenso me senté en el sofá individual que estaba al costado izquierdo de la cama. ¿Qué se supone que tengo que hacer?
- Emm, yo no se, quiero decir...- intenté hablar
- Por favor, apurese. Me duele, ya no quiero estar así- pidió
Tomé aire y me acerqué más a él
- ¿Dónde le duele?- pregunté
"Aquí" murmuró apuntando su estómago.
Asentí, emitiendo un "permiso" y coloqué mis manos en su cuerpo.
Ya el hecho de tocar al príncipe era incómodo pero el silencio lo hacía peor.
Cerré los ojos y concentré mi poder, sentí el calor en las manos y después de unos segundos las quité del lugar.
- ¿Qué siente?- pregunté con cautela
Su rostro demostraba sorpresa, lo entiendo. Es su primera vez presenciando y sintiendo el poder de sanación.
- Nada, sigo con dolor- contestó mirándome a los ojos
- Oh, lo siento. Tengo que practicar más, nos tendremos que ver en otra ocasión- dije bajando la mirada a mis dedos
- Si me disculpa, me retiro. Si lo solicita su majestad, volveré en otro momento a intentar sanarlo-
Sin dejar que me responda, salí de la habitación.
No me importaba si interpretaba esto como mala educación o falta de respeto. Ojalá se lo diga a su majestad y así ya me nieguen la entrada al castillo y relacionarme con la familia real.
Ya arriba de la carroza le indiqué al cochero que no volvamos a casa sino que me lleve a casa de los Farguelx. Necesitaba con urgencia hablar con Kenoir.
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Comments
Kaori 🙃
en mi mente divaga que es una treta para robar su poder
2024-07-17
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Cruz Mejia
oh 😳 a que se deberá que no pudo,tal vez como ella lo dijo depende de sus emociones y por el echo de los nervios y el no querer estar ahí podría ser que no pudo o necesita más tiempo y estar relajada
2023-11-20
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