Los días pasaron luego del baile, gracias a Dios nadie se había dado cuenta de lo que hice o eso creo. Sólo se hablaba de lo extraño que fue el accidente.
Se dice que la sirvienta estaba caminando tranquila y como por arte de magia la botella de vino le explotó en la mano.
Varias personas no podían creer y no encontraban explicación lógica para lo que había sucedido, era muy irreal la escena. Cómo yo no lo presencié, no puedo opinar nada.
- Señorita, tiene que dormir- indicó Yuna, sin ganas de pelear, asentí. Dejé la taza de té en la mesa y me acosté en mi cama.
Media hora pasó mientras "dormía", estaba en un estado intermedio. Tenía los ojos cerrados y no escuchaba muy bien los ruidos del exterior pero todavía seguía consiente.
Entreabri los ojos al escuchar que abrieron la puerta, Yuna sacó medio cuerpo y comenzó a hablar en voz baja con otra persona, supongo otra sirvienta. Sólo pude escuchar algunas palabras, cómo "fuego" y "pueblo". Me senté de forma inmediata.
- ¿Qué pasó?- pregunté
La castaña se volteó asustada, cerró la puerta y se acercó a mi.
- No se altere pero hay un incendio en unos de los campos de trigo del pueblo. Al ser tan grande, se estima que se perderá toda la siembra-
Solté un gracias mientras me levantaba, busqué entre mis joyas y salí de la habitación. Busqué por el pasillo a alguien de la familia, al no encontrar a nadie bajé las escaleras.
- Padre, espera- llamé al divisarlo en el vestíbulo
- ¿Irás al pueblo?- pregunté
- Si, la gente necesita ayuda- respondió prendiendose los últimos botones de su chaleco.
- Esperame, iré contigo-
- No, el ambiente no es lindo allí, es un caos. No puedes ir- exclamó con voz dura
- Padre, por favor. Haré lo mismo de siempre pero esta vez estaré presente, no haré otra cosa que me ponga en peligro- pedí.
No soy tan tonta, sólo quiero hacer lo que siempre hice. Cada vez que un accidente azotaba al pueblo, le daba a mis padres una de mis joyas así la vendían y con el dinero que recibían ayudaban a la gente pero esta vez quiero hacerlo en persona, ya no me quiero esconder en casa.
Pensó brevemente, no podía perder tiempo
- No hagas nada tonto- señaló abriendo la puerta principal.
***
Contenía una sonrisa mientras caminaba sin prisa, la situación era sería pero mi padre me dejó ir sola a la tienda de empeño. Era un paso grande aunque tal vez era por el contexto.
El ambiente de las calles no era el de siempre, se notaba en el rostro y conversaciones de las personas. Lleno de preocupación y especulaciones.
Ya que nadie sabía como se había originado el fuego y ese campo ese el sustento económico de muchas familias.
Ya con el dinero que me dieron por mi broche de oro, me dirigí a uno de los puestos de comida. Pedí grandes cantidades de verduras y harinas, el comerciante no podía creerlo pero de inmediato su rostro estaba lleno de felicidad.
- Que sorpresa encontrarla por aquí, Señorita Winkracht-
Voltee al escuchar que se dirigían a mi, me sorprendí al encontrarme con Kenoir. Era increíble como podía verse bien incluso con ropa casual.
- Digo lo mismo, señor Farguelx-
- No me diga así, señor Farguelx es mi padre. Digame Kenoir- dijo con una sonrisa
- No somos tan cercanos para dirigirme de esa forma- respondí mientras comenzaba agarrar las bolsas con la mercadería. Kenoir pidió permiso y comenzó a ayudarme con las bolsas. No lo tenía tan bueno, siempre decían cosas contrarias.
- ¿A dónde vamos?- preguntó
Sonreí ante su confianza, no nos conocíamos pero parecíamos amigos.
- Sigame, tengo que ir con mi padre que está reunido con el representante de las familias afectadas- respondí comenzando a caminar - espero no estarlo molestando, si tiene otra cosa que hacer vaya tranquilo-
- Quedese tranquila, yo también tengo que ir para ese lugar ya que está mi padre- contestó. Sólo asentí y seguí caminando en silencio.
- Usted es una persona buena. Quiero decir, está ayudando a los campesinos y el otro día, ayudó a la sirvienta-
Lo miré con intriga, era raro que dijera eso sin ningún contexto.
- Gracias pero sólo estoy haciendo lo que cualquier ser humano tiene que hacer- respondí con sinceridad. Era una de las cosas que mi familia me había enseñado desde pequeña.
- No todos lo hacen y algunos lo hacen pero no le suele salir bien-
Iba a preguntarle que quería decir con eso pero me interrumpió
- ¿Se encuentra bien después del accidente en mi baile?-
- Si, estoy bien, ¿por qué no lo estaría?- pregunté curiosa
- Sólo preguntaba-
Decidí no hablar más en el trayecto y para mi sorpresa el silencio no fue incómodo pero una pregunta rondaba por mi mente; ¿Por qué se acercó a mi tan amistoso?
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Comments
Cruz Mejia
keinor será la parte del caos
2023-11-20
1
Por algún lado, tengo este sentimiento de sospecha hacía Kenoir; pero por otro... ¡Kenoir está enamorado de la señorita Nami!
Y no tengo pruebas, pero tampoco dudas.
2023-10-04
1