capítulo 17

Elisandro acompañó a Ronnette a su departamento, y la ayudó a empacar.

— Desearía que las cosas fueran diferentes.

— Pronto — Elisandro beso su frente — ¿Estarás bien?

— Sí — sonrió — Ten cuidado, Eli. No hagas nada malo en mi ausencia.

— No, lo prometo. Tú cuídate más, por favor.

— Lo haré.

— Ya me voy.

Se besaron por última vez y Ronnette tomó su maleta.

— Te amo.

— Yo también te amo — dijo la joven mientras salía.

Al cabo de unos minutos, el chofer llegó.

Elisandro se asomó por la ventana y observó a la joven marcharse.

Elisandro corrió hacia la puerta y se detuvo al tomar la perilla.

— No.

De nueva cuenta, Ronnette estaba frente a la mansión.

— Que gusto verla, señorita — Tomás le dió la bienvenida — ¿La ayudó con su maleta?

Ronnette se la entregó con una expresión seria. Su último encuentro no fue tan agradable.

— Gracias.

— Para eso estamos.

— Ronnette — Sandler le dió alcance. La joven sonrió.

— Que bueno que llegaste. Al fin se sentirá como un hogar de verdad.

Ronnette dejó salir una risilla.

— Vamos adentro.

La joven se detuvo y Dante se aproximó a recibirla con un abrazo.

— Estrellita — la tomó de las manos — Ahora que estás aquí, me siento completo.

— ¿Cómo estás?

— Muy bien. Mande a preparar la habitación más grande y acogedora para ti.

— Gracias.

— Debes tener hambre.

— No, en realidad.

— Deberías comer un poco más.

— Pues si ella está cómoda así, no veo porque debería.

Dante miró a Sandler con una sonrisa.

— ¿No es gracioso? — miró a su hija. Ronnette puso una expresión de desconcierto.

— Pasemos al comedor entonces.

————————————

Elisandro en compañía de Baltazar se encontraban parados a un lado del auto, observando la calle del vecindario solitario y tranquilo.

— Esto no se ve a diario.

— Solo en las fechas especiales — rieron — ¿Cómo se la pasaron?

— Organizamos un intercambio de regalos.

— ¿Y cómo te fue?

— Ya tengo otra taza.

— Genial — rió.

— Y a ustedes, ¿cómo les fue? — le codeo.

— De maravilla. Marilú se quedó muy contenta.

— ¿Quién no? Y… Ya te decidiste.

— Por favor.

— Bueno, tómate tu tiempo.

No vamos a pasar el año nuevo viendo el vecindario, ¿o si?

— ¿Tienes planes?

— Creo que ya sé a dónde ir.

La familia Aragón disfruto de un agradable refrigerio.

— La cena de esta noche, será mejor que cualquiera que hayas probado antes.

— Que bien.

— Por cierto, ¿que hiciste en navidad?

— Nada. Estuve en mi departamento con una amiga.

— ¿Una amiga? — su padre mencionó no tan convencido.

— Sí.

— No será que fue en compañía de algún pretendiente.

— No.

Sandler sonrió. Tomás se sirvió más whisky.

— No — recalcó — Fue en compañía de Rossmary. Mi representante, ella me ayudó en momentos difíciles… Gracias a ella, llegué hasta donde hoy.

Lastima que no puedas conocerla.

Dante bebió de su copa.

— Quizá tu amiguito pueda — Tomás miró a Sandler.

— ¿Sandler?

— ¿Yo?

— Deberían salir aprovechando que estás aquí, porque no vas a comprarte algo lindo para la cena de esta noche.

Dante acercó a la joven un fajo de billetes.

— Pero yo…

— Ustedes aman ir de compras.

Sandler miró con desagrado a Tomás, que parecía burlarse.

————————————

Baltazar detuvo el auto frente a la casa de las Sandemetrio.

— Debí imaginarlo.

— ¿No estás feliz?

— Mira, Baltazar. Tú tenías razón con todo lo que dijiste antes de Vera.

— ¿Y? No crees que eso ayudaría a despejar tu mente.

— Yo no necesito despejar nada.

Vera observó el auto desde la ventana y salió.

Elisandro volteo y la miró acercarse.

— Ya es tarde para volver — Luján sonrió.

Ambos bajaron del auto y se acercaron con una sonrisa.

— No los esperaba. ¿Sucede algo?

— Todo está bien.

— No teníamos planes para estas fechas y decidimos venir.

Elisandro le miró de reojo.

— Pensé que estarías con Ronnette.

Ella se dirigió a Vidal.

— No. Ella tenía un compromiso.

— Ya veo. — Le regaló una sonrisa — Adelante.

Los oficiales entraron a la casa.

Marilú les miró con sorpresa.

— Mamá, pensé que seríamos nosotras. No me dijiste ayer que los oficiales vendrían.

— Es que lo decidimos hace un momento — Respondió Baltazar.

— Sí.

— Bueno, pórtate bien.

— Usted y yo teníamos una partida pendiente.

— No lo olvide.

— Iré por el tablero.

— Claro.

— Les ofrezco algo de tomar. ¿Algo de chocolate caliente?

— Si por favor — dijeron.

— ¿Te podemos ayudar en algo?

Vera sonrió.

— Yo tengo una partida pendiente. Pero ayúdale de mi parte — Baltazar se acomodo en el sillón.

— Claro — Elisandro le lanzó una mirada amenazante.

— Ya podemos empezar — Marilú apareció con el juego.

Sandler estacionó el auto frente a una boutique.

— Ya llegamos.

— Gracias por traerme.

Ambos entraron a la tienda.

— La verdad no quería venir, yo ya había hecho mis compras con anticipación.

— Ya vienes preparada — sonrió.

— Claro. ¿Y tú?

— También. No le pongo mucho interés a eso.

— Entiendo.

— Por lo visto, no te cae bien el matón de mi papá.

— ¿Tomás?

— Sí. Pude notarlo.

Sandler puso una expresión desagradable.

— No.

— Él es más cercano a mi padre por lo que veo.

— Tengo entendido que es su hombre de confianza, su mano derecha. Él está con mi tío desde que inició.

— Entonces debió conocer a mi mamá.

— Tal vez. No te recomiendo que te acerques a él.

— ¿Por qué lo dices?

— No es una buena persona.

— Nadie que trabaje con mi padre lo es.

— Tienes razón. Pero Tomás es peor que cualquiera de los otros.

Por eso no me agrada.

———————————

— Ya está. Gracias por ayudarme.

Vera le observó llena de júbilo y

Elisandro le miró sonriente.

— Entonces vamos a llevarlos.

Vera y Elisandro coincidieron al tomar la taza.

— Lo siento.

Vera se acercó un poco más a él.

— Vera… — se alejó un paso.

— Dime — ella se acercó y colocó su mano sobre la suya.

— Mamá ya está…

Elisandro se alejó de inmediato.

Marilú les miró confundida.

— Ayúdame — su madre la tomó de la mano.

Elisandro tomó la taza de Baltazar y se la llevó.

————————————

Dante miraba una fotografía sentado de espaldas en su despacho.

— Ya se tardaron mucho.

Dijo Tomás.

— ¿En serio? — dijo el hombre con sarcasmo.

— Supongo que ella no sabe…

Dante se puso de pie y le miró serio.

— ¡¿Qué?! — arrugó el entrecejo.

— Nada, señor.

— Más te vale.

Sandler y Ronnette iban de regreso a la mansión.

— Ronnette.

La joven le miró.

— ¿Piensas casarte pronto? No me lo tomes a mal.

— ¿Por qué lo pregunta? — la respiración de la joven disminuyó.

— Curiosidad — le miró de reojo y observó a la joven temerosa.

— Perdóname, Ronn. No era mi intención que se hayan malinterpretado las cosas, yo no hice esa pregunta con otros fines.

Detuvo el auto.

— Eres la hija de mi tío y yo te aprecio. Eres muy bonita no lo voy a negar, pero yo no tengo intenciones de acercarme a ti de otra forma.

Ronnette se sintió más tranquila.

— Me alegra saberlo, Sandler.

— Así que puedes estar tranquila.

Ambos sonrieron. La joven se acercó a él y le abrazó.

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Tita Susa

Tita Susa

que trama el papá de ronette

2023-10-06

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