capítulo 14

— Papá — el hombre la miró — ¿Puedo hacerte una pregunta?

— ¿De qué se trata?

— ¿Tú no te casaste con mi mamá?

El hombre se limpió con la servilleta. Sandler comenzó a tomar jugo.

— ¿A qué viene esa pregunta?

— Es que yo no llevo tu apellido.

Dante observó el filete sobre el plato.

— No me respondas si no quieres.

— Éramos muy jóvenes para pensar en eso. Así que no, no me case con tu madre. — miró a Sandler.

— El chef se lució con la comida.

— Sí — afirmó la joven.

— ¿Y tú cuándo piensas casarte? — Dante preguntó a la joven.

— Bueno, soy muy joven — rió.

— Pero son épocas diferentes.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de la joven. Elisandro invadía sus pensamientos.

— No lo sé. Cuando encuentre al hombre indicado — sonrió.

— Debí imaginarlo — el hombre sacó un puro.

— Me parece bien, yo creo que el amor es algo fundamental. Si no hay una conexión, no puede prosperar.

Dante hizo un gesto de desagrado con los ojos.

— Hay cosas más importantes que eso en un matrimonio.

— ¿Por ejemplo?

— Estabilidad económica.

— Claro — dijo Ronnette con sarcasmo.

— La pasión del momento es lo que creen que es amor. Pero cuando pasa el efecto, la visión será completamente distinta.

Recuerden eso.

— Yo no estoy dispuesta a casarme con alguien a quien no amo.

— Yo tampoco.

Dijeron los jóvenes.

Elisandro llegó a la estación y se encontró con Baltazar en la entrada.

— ¿Qué ocurrió?

— Fuimos al lugar de los hechos, Romeo. Logramos incautar algunos paquetes con contenido ilícito, pero no encontramos a nadie.

— ¿Obtuvieron algo más? Algún documento que nos pueda dar una pista de la ubicación del laboratorio.

— Los hombres de Aragón nos interceptaron. No hubo bajas por suerte, pero hay dos heridos.

— Menos mal.

— Logre rescatar algunos papeles. Quizá te sirvan — le entregó la carpeta.

— Gracias. Ya pueden retirarse, nos vemos el lunes.

— Gracias.

Dante llevó a la joven a su despacho.

— ¿Qué planes tienes para este fin de año?

— Aún no lo he pensado.

— Pues no hagas compromisos. Pasarás el primer fin de año con tu padre.

— Gracias.

Dante sacó una caja aterciopelada y se la entregó a la joven.

— ¿Qué es?

— Es tu regalo de navidad. Ábrelo.

La joven abrió la caja y observó con detenimiento el collar de diamante, tenía la inicial de los Aragón.

— Eres una Aragón, aunque no esté escrito en tus papeles.

Dante tomó el collar y lo colocó en el cuello de la joven. Ronnette dibujó una leve sonrisa.

— Gracias, papá.

— No todo es malo, en este mundo — sonrió — Mírate. Eso y más te mereces, mi estrellita.

— Gracias, es un detalle muy hermoso.

— Lo mejor, para mi hija.

Los ojos de la joven se enternecieron.

Ronnette regresó a su departamento y no pasó mucho tiempo para que Elisandro apareciera.

La joven lo recibió con un apasionado beso.

— Te extrañe.

— Yo también — sonrió — Gracias por confiar en mí.

Elisandro suspiró.

— No estoy tan contento con eso. Pero es lo mejor que puedo hacer.

— Gracias.

Elisandro la observó y fijó su mirada en el regalo de Dante.

— ¿Y eso?

Ronnette acarició el collar.

— ¿Se ve lindo?

— Todo en ti, lo es.

— Gracias — dijo con rubor — Es un regalo, me lo dió mi padre por navidad.

La expresión de Elisandro cambió.

— ¿Qué sucede?

— Me hubiera gustado no saberlo. Ronnette — le tomó de las manos — El collar es hermoso. Las cosas que podemos comprar con el dinero incluído los lujos, también. Pero hay una diferencia muy grande…

— Elisandro — la joven lo interrumpió con un beso — Entiendo a qué te refieres. Pero déjame decirte que yo no soy así, el dinero no me ciega. Es verdad que pasamos por momentos difíciles, pero no me pierdo tan fácil en los detalles relucientes.

— Espero que sigas con ese pensamiento. No lo digo porque tú estés mal, sino porque tu padre intentara deslumbrarte con detalles como esos.

— ¿Para qué? Yo podría comprarme uno, sin necesidad de hacer cosas ilegales.

— Así es, pero yo no me refería a eso.

— Dejemos a mi papá fuera. Porque no mejor me cuentas que hiciste en mi ausencia.

————————————

— ¿Pasará año nuevo con nosotros?

— Así es.

— Genial — sonrió el joven.

— Voy a pedirte un favor, Sandler.

— Sí.

— No digo que lleves la contraria a Ronnette, pero por favor, no apoyes ciertas ideas que tiene. Ella es muy joven y tiene mucho por aprender de la vida… Y todos esos pensamientos infantiles, no la dejarán ver la realidad. Te pido que me ayudes a guiarla por buen camino, solo eso.

El joven se quedó pensativo.

— Deberías pasar tiempo con Tomás, él podría aclarar tu mente también.

El hombre se levantó y se dirigió a su habitación.

— Linda noche.

— No entendí muy bien.

Tomás soltó una carcajada.

— Son tal para cual.

————————————

— Entonces me invitó a comer y acepté. Fue ahí donde me dijo que tú también estabas invitada.

La joven cruzó las piernas.

— Marilú… Es una gran fan.

Ronnette sonrió tiernamente.

— Entiendo. Todo me parece bien, pero…

— ¿Irás con tu padre?

— No. Él me invitó a pasar el fin de año.

— ¿Y vas a ir?

— No pude decirle que no.

— Entiendo.

— Gracias, Eli. El próximo seremos nosotros, nada más — le tomó de las manos — Y tal vez… Una copia pequeña de nosotros.

— Así será.

— Y bueno… Entonces mañana tendremos un día muy agitado.

— ¿Por qué lo dices?

— Tenemos que ir de compras, no pretendes que pasemos la navidad con el guardarropa de este año. Ahora será mi turno — se aferró a su brazo.

El reloj marcó las ocho de la mañana. El claxon alertó a las Sandemetrio, que se asomaron a la ventana aún en pijama.

Elisandro y Ronnette les esperaban en el auto.

Al cabo de unos minutos, salieron de la casa.

— Que sorpresa, no me dijiste que vendrían hoy — Vera se dirigió a Elisandro.

— Yo tampoco lo tenía previsto.

— Yo le pedí a Elisandro que vinieramos por ustedes. De antemano, les agradezco la invitación a la cena.

— ¿Vas a venir? — Marilú preguntó con emoción.

— Por supuesto, porque no vendría.

La niña dió unos saltos de alegría.

— Necesito tomarme una foto contigo, mis amigas se morirán de envidia.

— Seguro.

Vera cambió la expresión en su rostro.

— ¿No quieren desayunar? — dijo a secas.

— No se preocupe, yo invito el desayuno. Se nos hará tarde y no tendremos tiempo para nada.

Ronnette tomó a la pequeña de la mano y subieron al auto.

— Vamos.

Más populares

Comments

Tita Susa

Tita Susa

solito junto su ganado

2023-10-05

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play