capítulo 8

Elisandro abrió los ojos y miró a su lado.

— Ronn… — la joven le miró con una expresión empática.

— Eli — sonrió — Me da gusto verte despierto.

— ¿Q-qué pasó?

— Creo que ayer te asaltaron. Baltazar dice que fueron los hombres de Aragón, ¿en qué te metiste Elisandro? — el joven tragó con dificultad.

— Gracias por venir — puso su mano sobre la suya. La joven le quitó la mano y su expresión cambió.

— Así que ayer tenías una misión tan importante que no pudiste acompañarme. ¡Y mírate ahora! — dijo indignada.

— Escuchame…

— Siempre me dices lo mismo Elisandro, ¿que me estás ocultando?

— Nada. Déjame explicarte.

— ¿Vas a hablarme de tu familia secreta?, no te preocupes, basto con verlos ayer.

— ¿Cuál familia?

— ¿Para eso te acercaste? Ya estabas casado y ni a la boda me invitaste.

— Yo no… — se quejo.

Baltazar entro a la habitación.

— Debe salir ahora señorita Ronnette, su representante está afuera esperándola. Dos de nuestros mejores miembros la acompañarán.

— Gracias — la joven se marchó llena de desilusión.

Baltazar se quedó perplejo.

Pasaron algunos días desde aquel incidente. Elisandro tocó la puerta fue recibido por la joven abatida.

— ¿Qué quieres?

— Necesito hablar contigo, ¿tienes tiempo?

— Para ti, sí — la joven lo invito a pasar — ¿Quieres tomar algo?

— Estoy bien — sonrió.

— Vas a invitarme a tu casa para conocer a tu familia.

— ¿Familia? — él hizo memoria — Ya veo. Lamento decepcionarte, Ronn.

— ¿Por qué?

— Esa mujer y la niña que viste aquel día, no son nada mío.

— ¿Entonces?

— Es la viuda de un hombre al que mataron por error.

— ¿Y que hacías con ella?

— Bueno, supongo que sigue lidiando con su pena y para la pequeña tampoco es fácil. Los entiendo muy bien y tu también deberías.

— No voy a hablar de cosas tristes, no quiero volver al pasado jamás — la joven le dió la espalda.

— No tienes que hacerlo — la tomó de los hombros — Estoy feliz de volver a verte, Ronn.

— Yo también — ella le demostró su afecto en un abrazo. — Tengo tanto que contarte, no quiero separarme de ti otra vez — el joven beso su frente.

— No pienses en eso — la tomó de las manos — ¿Qué te parece si salimos a comer? Yo invito.

Baltazar llego a la casa de las Sandemetrio y la mujer le recibió con una taza de te.

— ¿Cómo se encuentra?

— Ya está mejor.

— En la estación no me dieron información y supuse que no me dejarían entrar a verlo.

— Descuide señora Vera, él se encuentra bien. Me pidió que le entregará esto — sacó un sobre de su saco.

Ronnette y Elisandro almorzaban en un agradable sitio con vista a la playa.

— Este lugar es bastante agradable y casi no hay personas aquí — sonrió.

— ¿Extrañas tu privacidad?

— Algunas veces — suspiró — Un día me alejaré de este mundo, no me quedaré así para siempre.

— ¿En verdad? — rió.

— Aunque no me lo creas, sí — le miro a los ojos — empezaré mi propio negocio y no tendré que preocuparme por nada.

— Que bien.

Ronnette lo miró de reojo.

— Para ese entonces… Espero que el hombre que amo este conmigo y disfrutemos de una vida juntos.

— Seguro tienes una lista de posibles pretendientes.

— Sí… Pero yo solo tengo espacio para uno — la joven le miró a los ojos, un leve rubor en sus mejillas se hizo presente.

Elisandro la miró con asombro y devoción.

— ¿No tienes novia?…¿O sí?

— No por el momento.

Elisandro se puso de pie y la tomó de la mano y comenzaron a caminar al estacionamiento.

— Antes de hacer mi vida. Necesito poner orden, así no tendré que vivir mortificado.

— ¿Te refieres al clan de Aragón?

— Sí.

— ¿Cuál es tu obsesión por esa gente? — se detuvo — Estás desperdiciando tu vida en algo que no vale la pena, la gente hará su vida con o sin ellos. No podemos erradicar el mal para siempre.

— Pero por algo se empieza, Ronn.

— Elisandro — la joven le tomó de las manos y se las puso sobre su pecho — No quiero que esa gente te haga daño. Que más da uno o dos… Te necesito aquí conmigo.

Él la abrazo.

— Aquí estaré, Ronnette.

Elisandro llevo a la joven a su departamento y le plantó un beso en la mejilla.

— Espero que puedas ir — sonrió.

— Ahí estaré sin falta.

Elisandro llegó a la casa de Vera y abrió la puerta del auto.

— Adelante.

— Gracias.

Baltazar llegó al edificio, observó por el espejo retrovisor y miró a la joven.

— Señorita Ronnette, ¿qué hace aquí? Y sola.

— No te preocupes — le entrego las una llaves — ¿No es hermoso? — Ronnette se sentó sobre el capó del Mercedes.

— Es una maravilla.

— Date prisa, tengo que mostrárselo a Elisandro.

— Cómo diga.

Elisandro se encontraba afuera de su casa, esperando a la joven. Baltazar se estacionó un par de metros antes y Ronnette bajo de inmediato.

— ¡Elisandro! — el joven se quedó estupefacto.

— Increíble.

— Lo es — Baltazar se aproximó.

— Nuestro primer auto — dijo con alegría. Baltazar les miró con sobresalto.

— Es muy lindo, el fruto de tu trabajo, Ronnette. Estoy orgulloso de ti.

El oficial Luján no les quitaba la vista de encima.

— Me enseñarás a conducir, es que Rossmary no me instruyó muy bien — le miro sonriente.

— Claro — miro a su compañero de reojo.

— Gracias — la joven lo abrazo.

Luján estaba boquiabierto.

Marilú salió de inmediato en compañía de su madre.

— ¡No puede ser! — la niña comenzó a saltar de alegría — ¡Ronnette está aquí!

La joven le miró con una sonrisa.

— ¡Hola! — la pequeña se lanzó a sus brazos.

— Se supone que sería una sorpresa.

— Pero no podría estar más sospredida — le respondió a Elisandro.

Vera miró a la joven de pies a cabeza.

— ¿De esto se trataba todo? — miró a los agentes.

— Quería que Marilú le pidiera su autógrafo personalmente.

— Que les parece si vamos todos adentro y disfrutamos de la reunión. Yo me muero de hambre — Baltazar tomó a su compañero del hombro.

Marilú jugaba un juego de mesa con el oficial Luján; Vera apenas si podía pasar su bebida, Ronnette y Elisandro estaban en la cocina.

La joven abrió las cajas de pizza y comenzó a colocar los triángulos en los platos.

— ¿Entonces me enseñarás a conducir?

— Claro.

— Habría problema si dejo el auto aquí, es que no quiero Rossmaro se de cuenta.

— ¿Por qué?

— Después va a empezar con sus sermones… Que derrochó el dinero y no se que más.

— Deberías hacerles caso, no digo que esté mal. Pero debes administrar muy bien tus ganancias.

— Tú debes ser muy bueno con eso — la joven le miró.

— Bueno, no habría conseguido mi casa propia — rió.

— Tu casa es linda, pero no creo que las habitaciones sean suficientes.

— ¿Por qué lo dices? — se llevó una rebanada de pizza a la boca.

— Ya sabes, los invitados… nuestros hijos… — dijo en voz baja.

— ¿Qué?

— ¿Te gustaría ser mi administrador?

— Lamento la interrupción — Vera les miró desanimó.

— Llevaremos la pizza enseguida.

— Yo puedo ayudarte con eso — se dirigió a la actriz — Se acabó el refresco.

— No te preocupes, iré ahora mismo — Elisandro salió de prisa.

— Te acompaño…

— Aquí ayudarás más.

— ¿Cómo? — miró a la mujer de cabello largo.

— Realmente me sorprende verte aquí, no pensé que alguien como tú asistiera a este tipo de reuniones.

— No es cualquier reunión.

— Cómo conociste al agente hace poco…

— Conozco a Elisandro de toda la vida. Crecimos juntos — arrugó la frente.

Vera quedó anonadada.

— Tenemos hambre.

La niña entro a la cocina.

— Aquí tienes — Ronnette le entrego su plato.

— Gracias, ¿quieres jugar con nosotros? Baltazar va perdiendo.

— Claro.

Vera se ofreció a lavar los trastos mientras Ronnette firmaba las revistas de Marilú.

— Yo quiero ser tan famosa como tú cuando crezca.

— Claro que sí, pero para eso debes prepararte y sobre todo, aprovechar cada oportunidad que la vida te presente.

— Entiendo.

Vera salió de la cocina y se aproximó al círculo.

— No tenía idea de que conocías a Ronnette de la infancia. Debe ser una historia bastante interesante.

Ambos se veían uno al otro. Baltazar les miró entusiasmado.

Más populares

Comments

Tita Susa

Tita Susa

o está enamorada de él la viuda

2023-10-04

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play