— ¿A dónde iremos hoy?
— Iremos de compras.
— ¿Puedes comprarme un vestido nuevo?
— Sí, claro.
Vera en compañía de su pequeña hija, caminaban por la calle para tomar el autobús.
Ambas se detuvieron al escuchar un auto estacionado a su lado.
— Buen día.
— Elisandro, que gusto — sonrió.
Marilú les miró algo confundida.
— Suban.
Baltazar llegó al departamento de Ronnette. La joven abrió la puerta con una sonrisa.
— ¿Quién es usted?
— Soy el Oficial, Baltazar Luján — mostró su placa.
— Ya veo. ¿Y el Oficial Elisandro? — Baltazar levantó una ceja.
— El oficial Vidal, está en una misión. Pero me pidió que yo les hiciera compañía hoy.
— Bien — la joven tomó su bolso — Voy a salir de compras, solo iré yo.
— Me parece bien.
Ronnette paso por delante y Baltazar le siguió el paso con una sonrisa.
Vera escuchaba con atención la plática que mantenían Elisandro y Marilú.
— ¿Usted estuvo con ella?
— Sí. Tuvimos que escoltarla de regreso a su departamento.
— ¿No le pidió un autógrafo?
— No. Pero podría pedirle después.
— Podría pedirle que me firme la revista.
— Marilú.
— No te preocupes — miró a la madre.
Elisandro estaciono el auto.
— ¿No quieres tomar un helado?
— Tal vez uno.
El joven bajó y se puso en medio de ambas.
— ¿Y es igual de bella que en sus fotos?
— ¿Disculpa?
— La modelo… Bueno, la actriz.
— Oh, lo es — suspiró. Vera desvió la mirada.
Baltazar sostenía las bolsas de compras mientras la joven echaba un vistazo en las tiendas.
— ¿No cree, que ya es demasiado?
— Los vestidos nunca son suficientes, tengo una agenda apretada. Y el próximo mes, grabaré otra película.
— Que suerte.
— ¿Y qué misión es más importante que yo?
— ¿Cómo?
— Habló de su compañero, su colega…
— Entiendo. Estamos investigando a la gente de Aragón. Necesitamos averiguar que planean está vez, su secuestro fue planeado por ellos.
— ¿Aragón?
— Aragón es un poderoso y peligroso mafioso. Tiene negocios por todo el país, pero está metido en asuntos turbios y ha participado en numerosos atentados, entre otros crímenes.
Tiene una larga lista de deudas con la sociedad.
— Entiendo. Pero están hablando de un mafioso, no podrán hacer mucho.
— Le seguimos el rastro desde hace años señorita. No estamos tan perdidos como piensa, sí logramos encontrar el laboratorio donde se originó todo, podemos encerrarlo.
— ¿Y ya tienen alguna pista?
— Casi siempre estamos a un paso. Pero uno de estos días, lo vamos a capturar.
— Sí, claro.
— Oiga, no le gustaría comerse un helado. Hay unos muy buenos aquí mismo.
— Bueno.
Vera y Elisandro estaban sentados en una banca, observando cómo colocaban los adornos navideños.
— Este fin de año, será interesante.
— ¿Por qué lo dices?
— La ciudad se ve muy distinta y con todo este revuelo por esa chica… Solo creo que muchas cosas podrían pasar.
Elisandro se quedó en sus pensamientos.
— Espero que me aceptes la invitación pronto. Te estuvimos esperando desde hace días.
— Discúlpame, he estado un poco ocupado ahora con lo que pasó.
— ¿Estarás cerca de ella?
— Sí. Es importante para la investigación.
— Me alegro. Espero que las cosas pronto se resuelvan y regrese cada uno a su vida, no debe ser agradable convivir con alguien que está rodeada de cámaras.
— Bueno, no son las veinticuatro horas del día — rió.
— Es mejor vivir lejos de los reflectores.
— Tal vez, pero Ronnette nació para eso.
— ¿Entonces me conseguirás un autógrafo? — se acercó Marilú.
— Claro.
— Ya no molestes a Elisandro con eso, Marilú. Él tiene muchos asuntos de suma importancia, ¿para qué quieres el autógrafo de esa mujer?, es solo una firma.
— No te preocupes Marilú, conseguiré esa firma — la niña sonrió.
Ronnette se acomodó la bufanda y el sombrero para esconderse un poco. La joven levantó la vista y se quitó los lentes obscuros.
— ¿Elisandro? — ella agudizó la vista. Sus ojos se abrieron ante la sorpresa — (¿Con que esa era tu misión?)
— Aquí está su helado.
— Gracias — se acomodo los lentes — Podemos regresar al auto, aquí hay mucha gente.
— Claro. Sabe, conozco un lugar muy lindo donde preparan unos platillos deliciosos…
Elisandro llevó a Vera y su hija a casa.
— Volveré con ese autógrafo — hizo un guiño.
— Gracias.
— Fue un día agradable. Nos vemos otro día — Elisandro se despidió de mano.
— Sí — sonrió — Suerte.
Elisandro iba camino al departamento de Ronnette; encendió la radio pero el estallido de la llanta, le hizo frenar de golpe.
— ¿Y ahora qué? — El joven bajó del auto y revisó las llantas.
— Una… — Él levantó la cabeza y miró a sus espaldas, pero el golpe en seco le hizo caer al suelo.
— ¿Creíste que te ibas a salir con la tuya?
Elisandro metió su mano en su saco.
— Ni siquiera lo pienses — uno de los hombres le propinó una patada en el estómago. Elisandro se retorcía en el suelo.
— (Maldición)
— Está es solo una advertencia, querido inspector — dos hombres lo sujetaron.
— ¡Maldito cobarde!
El hombre se le fue encima a los golpes, sin darle oportunidad de defenderse. Cuando terminó de propiciar la golpiza, lo soltaron de inmediato, Elisandro cayó al suelo muy adolorido.
— Espero que con esto le quede claro quién es Aragón. Dediqué su tiempo para atrapar a sus ladrones y dejé de molestar al halcón. No habrá próxima vez inspector. — el hombre le proporcionó un golpe más.
Baltazar dejó las bolsas de compras en el departamento y se aseguró de que todo estuviera en orden.
— Me tengo que ir señorita Ronnette. Otro día puedo llevarla al restaurante del que le hablé.
— Gracias por todo, lo tendré en cuenta.
Baltazar sacó un teléfono de una maleta y respondió la llamada.
— ¿Cómo dice?... Sí, ahí estaré.
Él guardo el teléfono de inmediato.
— ¿Qué sucede?
— Quédese aquí y no salga sola.
— ¿Qué pasó?
— Atacaron al oficial Vidal. Se encuentra en el hospital.
— ¿Cómo? ¿Está bien?
— No lo sé.
— Yo voy con usted.
— ¿A qué?
— Dije que voy con usted.
— Está bien — lo dudo.
El doctor se acercó a dónde se encontraban ambos.
— ¿Cómo está?
— Fuera de peligro. Despertara pronto, solo necesita reposo debido a los golpes.
— Podemos verlo.
— Mañana. Hoy no será posible, es necesario que repose.
El doctor se retiró.
— La llevaré a su departamento.
— No.
— Usted no tiene nada que hacer señorita Ronnette, yo me encargaré de usted y su representante, no se preocupe.
— Voy a quedarme, necesito hablar con Elisandro — Baltazar le miró con intriga.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 25 Episodes
Comments
Tita Susa
muy interesante
2023-10-04
0
Elizabeth Sánchez Herrera
más ➕ capítulos
2023-09-12
0