Llegamos al dichoso centro comercial y Jonas no perdió el tiempo para presumir la tarjeta de “oro” que poseía, sin ningún límite.
Era de saberse de un niño ricachón.
Él se encargó de guiar en cada tienda que visitábamos y él no duda en comprar cualquier cosa para satisfacer su ego.
Estaba aburrida de sus palabrerías de grandeza.
Deseaba llegar a casa cuanto antes.
Mientras Jonas se encontraba en dilema por no saber que tenis de marca comprar, encontré la oportunidad de salir de allí y darme un respiro.
(Estoy exhausta.)
Caminé hacia al frente llegando a lo que parecía una pizzería.
(Tengo más hambre.)
Algo había captado mi atención así que enfoqué mis ojos al frente y a través de la enorme ventana atisbé a Lance.
¡Era Lance en una pizzería!
Por supuesto que para mí fue una sorpresa.
Pero no estaba solo, tenía la compañía de una mujer a quien traté de averiguar quién rayos era.
(Esa no es Jenni y él luce un poco diferente de lo usual.)
Claro que me sentí irritada por lo que observaba.
¿Qué hace él allí?
¿Su amiga o una conocida?
No podía creer lo alterada que podía sentirme al ver al chico que me gusta con otra.
Fue un sabor agridulce en mi paladar.
Casi olvidaba que el lunático de Jonas se encontraba conmigo así que regresé de inmediato antes que también Lance descubriera de mi presencia.
Jonas terminó comprando mucha ropa y calzados que para mi opinión fue innecesaria.
Finalmente la “travesía” terminó y Jonas se encargó de llevarme directamente a casa.
—Después de todo fue divertido. —mencionó él.
—Claro.
Solo quería entrar y tumbarme en la cama, mis pies estaban adoloridos.
—Scarlett nada de hablar sobre lo que pasó hoy, ¿entendido?
No iba a preguntar el porqué así que prometí no decirle nada a nadie.
…
No dejaba de pensar en aquella chica desconocida, tal vez sería la misma que besó a Lance pero no estaba segura de tal especulación.
Bueno pero que podía hacer para averiguarlo.
Lance no era mi amigo pero él chico que me gustaba, mi primer amor y ya no había duda de ello.
De nuevo en la universidad, debía andar detrás de Jonas para poder ayudarlo o más bien hacer lo que me pidiera respeto a la obra que se iba a llevar acabo.
Las últimas dos horas de clases servían para que los demás ensayaran su obra desde luego que estaba más que complacida por ver a Lance.
Actuaba tímido y discreto pero para los demás era un misterio (seguía siendo el chico rarito).
El papel que desempeñaba Lance era ser un gran magnate, un hombre de negocios.
Muy brillante y varonil para mi vista.
Por otro lado, Jonas era todo lo contrario; un estafador y un papel justo a su medida y debo decir que lo interpretaba bastante bien.
Los días pasaron en un cerrar de ojos y el día del festival llegó.
Me encontraba ayudando a los demás compañeros con el armado del escenario, en eso llegó otro chico para pedirme un favor.
—Dasha necesito más cinta, ¿puedes ir al salón de usos múltiples? Allí encontrarás unos.
—Si, está bien. Ya vuelvo.
El inicio del festival era a las tres en punto.
Todavía quedaba tiempo para arreglar los últimos detalles.
Continuando… llegué al salón de usos múltiples; la puerta estaba entreabierta y entré en silencio.
La grata sorpresa fue verlo a él, mirando a través de la ventana.
Él aún no había notado mi presencia por lo que caminé cautelosamente hacia a una esquina.
Contuve mi respiración por unos segundos hasta que finalmente dejé salir un suspiro.
(Hm. Qué extraño. ¿Qué hace aquí? Se supone que tiene que estar con los demás para vestirse.)
Estaba angustiada porqué no sabía si debía hablarle o no.
Volví a suspirar.
¿Qué estoy haciendo?
Algo nerviosa me dispuse a buscar la cinta adhesiva en uno de los cajones y eso provocó un chirrido.
(Tsk. Que incómodo.)
Empecé a rebuscar pero no había ninguna cinta en algún lado.
(Voy a tener que regresar.)
—¿Buscas algo?
Me quedé estática al escucharlo.
No pasó por mi cabeza que él se dirigiera a mí.
—Er. La cinta. —le respondí sin verlo a la cara.
—Se lo llevó otra clase.
Suspiré frustrada.
—Gracias por decirme.
(Voy a regresar y les diré que no hay o bien puedo ir a la tienda por uno.)
Cerré el cajón y me encaminé a la puerta para irme pero Lance…me detuvo.
—Puedo acompañarte a la tienda.
¡¿Pero qué rayos acaba de suceder?!
(¿Esta hablando en serio?)
Mi corazón palpitó frenéticamente.
Volteé a verlo para cerciorarme que era verdad.
—Hm. ¿Seguro de lo que dices?
Necesitaba saberlo si no se trataba de una mala broma.
Lance mantenía una expresión seria.
—No tengo problema en ir contigo.
—¿No tienes que cambiarte de ropa?
Él asintió con la cabeza.
(¿A caso está nervioso?)
¿Cómo iba a desperdiciar tal oportunidad?
Sin más preámbulos, le dije que estaba bien así que los dos salimos de la universidad y nos dirigimos a una tienda que se encontraba a cinco minutos de allí.
Durante la breve caminata me límite hacer contacto visual con él porque no quería incomodarlo para nada.
Ya en la tienda fui al mostrador para pedir la cinta mientras que Lance se postró frente al refrigerador de bebidas.
Atisbé que tenía una expresión de confusión.
—Hm. ¿Buscas algo en especial? —inquirí.
—No exactamente. Quiero una bebida natural.
Fruncí el ceño.
Básicamente eran bebidas embotelladas y ninguna parecía ser una bebida natural, lo único sería el agua embotellada.
—¿Conseguiste la cinta?
—Si.
Lance tomó la botella de agua y lo bebió de golpe.
Estaba desconcertada.
(¿Tanta sed tenía?)
Volvimos a la universidad y justo en la entrada nos topamos con Jonas.
(¡Rayos!)
—Te estaba buscando. —dijo él.
—Er. Salí a comprar… una cinta. —respondí con la voz en un hilo.
Podía percibir la mirada inquisitiva que tenía sobre nosotros.
Empecé a sentirme inquieta y rogué para que Lance se fuera de mi lado.
—Ok. Ven conmigo, tienes que ayudarme con “algo.” —mencionó Jonas con un tono autoritario.
—C-Claro.
Se me podía escuchar lo nerviosa, no, me equivocó…lo temerosa que estaba frente a Jonas.
Él hizo un ademán para que lo siguiera pero antes de dar un paso, Lance me detuvo con una pregunta que me descalabró por completo.
—Estas temblando, ¿te sientes mal?
(Por favor Lance, ¿por qué tienes que ser así conmigo? Si Jonas piensa que yo te importó entonces él…)
Tuve miedo.
—Estoy bien. —mentí.
Preferí no verlo a la cara y me fui junto a Jonas.
Sentí que me salía el corazón por la boca por la incertidumbre que me carcomía por dentro.
—No respondías la llamada ¿Era por él?
—Dejé mi celular en el escenario.
Ciertamente era verdad, no había llevado mi celular conmigo.
Jonas no dijo nada más.
Al final, lo ayudé con su traje de gánster.
—Te queda a la medida. —murmuré con una risita burlona.
—¿Qué has dicho?
—Oh. Es un traje de las mejores marcas que he visto.
No lo era pero fue fastidio andar tras él en todo lo que me pidiera.
Se terminó de armar el escenario y la hora del festival comenzó.
Antes que nuestra clase comenzará con la obra, teníamos tiempo para dar una vuelta a los trabajos de los demás.
(Que bueno que Jonas no puede salir del aula. Debo disfrutar de este tiempo al máximo.)
Extrañamente me sentía libre…y feliz por el hecho de que Lance se acercó a mí.
No lo sabía con exactitud el porqué de su actuar.
Pensé que a lo mejor se debía por los rumores que corrían por la uni, diciendo que era la novia o la prometida de Jonas y especulé que Lance quería preguntarme al respecto.
(Debí preguntar yo misma qué buscaba.)
Era mejor no darle vueltas al asuntos y esperaba con ansias verlo actuar, visualizando como se vería ante todo el mundo.
…
Después de un rato de inspeccionar regresé al aula para ser de ayuda en lo que necesitarán.
—Faltan cinco minutos para empezar, ¿dónde se metió Lance?
Lance no se encontraba allí y el organizador estaba paranoico.
Bueno, me tomé la tarea de buscarlo en los alrededores y por suerte lo encontré de espaldas al lado de los sanitarios.
—¡Lance! —le grité al mismo tiempo que me dirigía a él.
—Lance, Víctor te está buscando, la obra está por empe…zar…
Quedé boquiabierta al instante que se dio la media vuelta.
Es que fue deslumbrante; todo de él era resplandeciente a simple vista y estaba cautivada por su aspecto.
Verlo con un traje negro ceñido a su cuerpo tonificado y ese peinado hacia atrás distintivamente elegante… era como ver un famoso actor de telenovelas.
(Estoy sin palabras, es simplemente hermosísimo y cautivador.)
Pase saliva para aclararme la garganta.
—H-Hay que regresar, la obra ya va a empezar. —le dije con el rostro carmín.
Era claro que mi enamoramiento por él se incrementó.
—La corbata…no puedo hace el nudo.
Entonces me percaté que su corbata estaba desalineada.
No es como si no supiera acomodar una corbata así que le pregunté que si necesitaba ayuda a lo cual él respondió que si.
Con cierto nerviosismo me acerqué a él para ponerle la corbata correctamente, fue algo complicado ya que su altura me sobrepasaba.
—L-Listo.
—Gracias.
No podía apartar la mirada de él.
—Bueno vamos ya.
Entonces nos dirigimos al escenario y todos guardaron silencio.
—¿Quién es ese?
—¿Esta perdido?
(¿En verdad no pueden reconocerlo?), me pregunté indignada.
Rápidamente Víctor se acercó para inspeccionarlo.
—¿Lance?
Él asintió con la cabeza.
—No puedo creerlo. Eres completamente otro.
Las chicas con el rostro ruborizados seguían murmurando respecto a la apariencia de Lance.
(Que hipocresía. No dejaban de llamarlo rarito y ahora mismo alaban su belleza.)
Realmente estaba muy irritada por como lo miraban y no pude evitar los celos.
Lance era todo un galán que había conquistado a media universidad.
Suspiré frustrada.
En fin, todos se pusieron en marcha para dar el inicio de la obra.
Y así fue como Lance y Jonas dieron un espectáculo por su deslumbrante belleza y físico (por mi parte Jonas fue un cero a la izquierda), olvidando el motivo de la trama.
Algunas no duraron en tomarle fotos a Lance mientras que él tenía una expresión aburrida.
(¿Dónde estará Jenni?)
Me pregunté porqué no había asistido ese día ya que siempre estaba tras de Lance.
Al terminar el festival fuimos invitados a la fiesta privada que se llevaría acabo en casa de una compañera.
Claro que no pensaba asistir pues lo único que quería era llegar a casa y descansar para evitar a Jonas.
Sin embargo, antes que pudiera negarme… él me arrastró junto a él.
—¿Olvidas que eres mi esclava?
Lo fulminé con la mirada.
—¿Qué quieres que haga ahora?
—Subirte al auto.
Bueno, al menos quería ir a casa para ducharme y cambiarme de ropa pero él no me lo permitió.
—Descuida, déjalo todo en mis manos.
¿Qué rayos pretendía?
Sin derecho a replicar subí al auto y nos dirigimos a su casa.
Ya estando allí, el contrato a alguien para que eligiera la ropa y me maquillara.
Estaba perpleja por lo que hizo y pensé que tenía algún motivo oculto.
Después de todo solo era una fiesta y ya.
Llevaba un vestido de encaje, corto y muy ceñido a mi cuerpo.
No estaba muy acostumbrada a ese tipo de vestimenta.
(Uff. Por lo menos el maquillaje no es exagerado.)
Agradecí a la chica que me arregló y salí de la habitación.
Jonas esperaba por mí.
—Te quedó a la perfección.
Me quedé en silencio.
—¿No vas agradecerme?
—Jonas, no entiendo porqué haces esto y tampoco tengo que agradecerte. Al terminar la fiesta te regreso el vestido.
—Ja Ja Ja. Que graciosa. Vámonos.
No entendía su actitud errática. Solo esperaba que nada malo sucediera en la fiesta, ya que tenía un mal presentimiento.
***
Ya en la dichosa fiesta, todos nos miraban de manera sospechosa y eso incrementaba que Jonas y yo estábamos en una relación amorosa.
(Que tedioso. ¿Cuánto voy a tener que soportar?)
El ruido de la música estaba dándome dolor de cabeza.
Tuve que estar al lado de Jonas a cada momento, no me podía apartar un segundo de él porque sino ponía una mala cara.
Era como un niño caprichoso.
Había muchos chicos y chicas disfrutando de la fiesta mientras que otros se escabullían en la oscuridad para hacer “travesuras.”
Observé por todo el lugar pero no había rastro de Lance.
Me sentí algo aliviada por no verlo allí ya que quise evitar que me viera todo el tiempo con Jonas.
Pero que ingenua fui al pensar eso.
Después de media hora llegó él ya que algunos empezaron a murmurar sobre su apariencia y que había llegado con una chica desconocida.
Rápidamente captó mi atención dicho rumor.
Con mi vista periférica logré verlo y ciertamente, una chica estaba junto a él.
(No puedo ver su cara, ¿quién será?)
Estaba absorta en descubrirlo que olvide que Jonas se encontraba a mi lado.
—¿Qué pasa? Pareces molesta.
Rápidamente desvíe la mirada.
—N-No es nada.
—¿Ah si?
(Rayos.)
—Me duele la cabeza por el ruido. —le tuve que decir.
Jonas se levantó de mi lado.
—Espera aquí.
Y se fue así nada más.
Respiré profundamente.
(No puedo dejarme llevar sino se dará cuenta de lo que siento por Lance.)
Furtivamente volví a verlo…
(Creo que la está pasando bien.)
Tenía muchas preguntas rondando en mi cabeza.
¡Necesitaba saber quién era esa chica!
Probablemente sería la misma con quien se encontraba en el centro comercial.
En un parpadeo, ambos hicimos contacto visual.
(Ay no. Ya se dio cuenta que lo estoy mirando.)
En eso llegó Jonas.
—Ven conmigo.
—Er. Si.
No tuve tiempo de preguntarle adónde me llevaba ya que lo que me tenía confundida era la expresión de Lance sobre mí al atisbarme junto a Jonas.
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Comments
Marta Bedetti
no me gusta tanto no podés cambiar...
2023-10-14
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