Bann:
Terminé de tomar la ducha, salí de bajo del agua… Cerré mis ojos soltando un gran respiro. En mi mente tenía muchas cosas de las que había hablado con Connos, con Allen, todo era de pensarse.
¿De que manera llegar a Leila? ¿Cómo empezar a enseñarle? Todo era demasiado rápido, pero ya estaba aquí y no había nada por hacer.
Miré hacia el espejo viendo el baho que había dejado el agua tibia. Pasé mi mano encima del espejo.
Todo se volvería difícil una vez que esposen a la princesa Mirlena, también teníamos que escuchar las decisiones de Atiles que muy pocas veces ha estado en todo esto que se avecina.
Reposé mis manos en la meseta, bajé la mirada viendo las gotas de agua que caían en el lavamanos. Negué con la cabeza. Había cosas que aun no me quedaban claras, ¿Por qué Leila tenía que representar el mal?
Escuché cuando la puerta se abrió cerrándose de un fuerte golpe. Levanté mi mirada viendo a Leila que estaba completamente asustada… ¿Pero que demonios? Levanté una ceja mirándola ella se cubrió el rostro… Tomé una de las mantas cubriéndome de inmediato.
Bann: ¿Qué haces aquí?
Ella negaba una y otra vez la cabeza, ni siquiera podía mirarme, menos yo.
Bann: LEILAAA…
Se dio la media vuelta bajando sus manos.
Leila: Lo siento, lo siento, en verdad lo siento. Creí.
Bann: ¿Qué creíste? ¿Qué era la habitación de Allen?
Leila: NOOOO….
Rodé los ojos caminando hacia ella, la tomé de los hombros haciendo que se girara, ella tenía lagrimas en sus ojos… debió la llamada.
Bann: ¿Qué haces aquí?
Mordió su labio inferior levantando su mano apartando sus lagrimas de su mejilla.
Leila: Yo…
La tomé de la barbilla haciendo que me mirara, estaba demasiado sonrojada. La miré fijamente admirando sus hermosos ojos que brillaban como luces dentro del mar.
Leila: Me perdí.
Levanté una ceja sin entender como se pudo haber perdido si el castillo no era por allí. Bajé mi mirada viendo que estaba toda cubierta de tierra, las manos manchadas, negué con la cabeza.
Bann: ¿Cómo te perdiste?
Ella levantó su mirada llevando su dedo hacia su boca, tomé su mano apartándolo, estaba su mano cubierta de tierra.
Leila: Iba con Mariam a ver donde estaba Mirlena, pero no me dijo que había trampas por el piso, me confié y me caí en un agujero, le pedí que me ayudara, pero no quiso, se fue dejándome allí, vi un botón que hizo que se abriera la compuerta, entre tratando de ver si había luz, pero la… Mariam cerró la compuerta, luego pues tuve que caminar, claro que tuve que caminar mucho, no sabía donde estaba y quería hablar con Mirlena y hacer picadillo a Mariam.
Sonreí un poco causándome gracia la manera que lo había dicho, entre su coraje y sus lagrimas podía notar mucha ternura en sus palabras.
Leila: Luego llegué a unos caminos, pero pues no sabía cual tomar, tomé cualquiera y me trajo hacia las puertas, entré a la primera, pero en verdad no sabía que daría en un baño y menos en el tuyo.
Di pasos hacia atrás. Ella me miraba con mucha pena.
Bann: Ya que estás aquí toma la ducha.
Leila: ¿Aquí?
Bann: Si, nadie entrará. Te dejó unas mantas.
Leila: Pero…
Me quedé atento a lo que me diría, volvió a morder su labio inferior, levantó su mirada hacia mi, la volvió a bajar.
Bann: ¿Qué sucede?
Leila: Ni si quiera sé como usar las llaves para que salga el agua.
Asentí con la cabeza. Me acerqué a la tina de madera, ella necesitaría una buena ducha que pudiera hacer que se tranquilizara. Me acerqué removiendo la toma de agua, estiré la conexión pasando por la rendija que pudiera llenarse, ella solo miraba lo que estaba haciendo.
Leila: Era así.
Sujeté el nudo de la manda sintiendo que se iba a soltar. Ella desvió la mirada, provocando cierta reacción en mi, negué con la cabeza, aparté mi mirada de ella. Rayos… ¿Qué es esto que siento?
Bann: Este se usa así por si quieres usar la regadera.
Ella me miraba muy atenta, corrí la toma dejando que cayera el agua en su totalidad, la volví a poner en su lugar, sonrió de manera divertida.
Me acerqué el lavamanos tomando el agua de azares.
Leila: ¿Qué es?
Bann: agua de azares.
Abrí la botellita rociándola dentro del agua, empezaba a tornarse en color blanco ella se puso de rodillas metiendo sus dedos revolviéndolo, sonrió mirándome.
Leila: Huele muy bonito.
Su mano se reposó en mi pierna impulsándose para levantarse. Tragué saliva al verla cuando se dio la media vuelta, miraba su perfecta silueta que tiene, un cuerpo digno para ser admirado, su trasero redondo y abultado, sus piernas que se le marcaban sus muslos, su pequeña cinturita… Me puse de pie caminando hacia la puerta.
Bann: Tocas la puerta cuando hayas terminado, te entregue la ropa, voy por ella. ¿De acuerdo?
Asintió con la cabeza. Abrí la puerta saliendo a toda prisa. Miré a Mariam que estaba dormida a un lado.
Bann: MARIAM…
Mariam: Miiiiau…. Amo Bann.
Ella desvió la mirada… Di varios pasos para llegar a ella, levantó su mirada con su sonrisita que fuera como que no ha roto ni un solo plato.
Bann: ¿Qué te sucede con Leila?
Mariam: ¿Qué cosa?
Bann: No te hagas. Acaba de verla y me dijo lo que pasó. Te lo advierto ten cuidado con ella, por si decide usar su poder contra ti no meteré las manos.
Mariam: Mi amo, lo que ella dijo es mentira, ella se fue solita y se cayó.
Bann: ¿Cómo sabes que eso diría?
Tragó saliva negando con la cabeza, sus ojitos se llenaron de lagrimas dejando caer sus lagrimas… Rodé los ojos negando con la cabeza, era demasiado para Mariam, muy pocas veces le llamaba la atención, pero no estaba con una simple mortal para hacerle pasar mal el rato.
Mariam: Señor, no lo vuelvo hacer…
Bann: Ahora sal de mi habitación, me voy a cambiar.
Ella removió el cuerpo mirando hacia la puerta del baño.
Mariam: ¿Por qué no se cambia como siempre en su baño?
Bann: Por que Leila está dentro tomando una ducha.
Abrió y cerró sus ojos muchas veces, solté un respiro. Me senté en la cama, ella se sentó junto a mis pies. Se untaba de una manera graciosa.
Bann: No es lo que piensas. Entró por los caminos secretos, si alguien la hubiera ayuda a salir otra cosa sería.
Entrecerró sus ojos sin creer lo que le decía. Se puso de pie caminando hacia la entrada, esperé que saliera de mi habitación, me puse de pie, mirando hacia la puerta del baño, donde Leila se encontraba sola dándose la ducha. Negué con la cabeza, aparté mi manta abriendo el estante donde estaba mi ropa, hoy tenía que ser una noche diferente ya que todos estarían en la presentación de Atiles para pedir la mano de Mirlena.
Tomé un traje de ceremonia, no estaba muy acostumbrado a este tipo de ropa, elegante por todas partes. Pero no me quedaba de otra, tenía que ir por la ropa que Mirlena le había mandado hacer a Leila, aunque no sabía como se vería con los vestidos de elegancia de aquí. No era común ver a otras mujeres con tantos oropeles. Me puse el pantalón, dejando mientras una playera. Me apresuré a salir de la habitación. Miré a Mariam que estaba sentada en la puerta.
Bann: que nadie vaya entrar a la habitación.
Mariam: Yo la cuido mi amo.
La miré algo dudoso, empezando a caminar hacia la habitación de Mirlena.
Leila:
Por fin me estaba quitando toda la mugre que tenía durante mucho tiempo, me sentía totalmente fresca, esta ducha si que eran de esas que necesitaba tomar para relajarme un poco.
Juro que Allen me las va a pagar tanto como la gata esa. ¿Cómo se le pudo ocurrir hacerme eso? ¿En que estaba pensando?
Mordí mi labio inferior al recordar a Bann, de la manera que estaba relajado, su cuerpo… Tragué saliva, Bann es un hombre muy masculino y muy guapo… Negué con la cabeza, en ese momento se me vino a la mente Henry… tomé un poco del agua dejando caer por mi rostro, sentía como se iban combinando mis lagrimas con el agua.
Escuché que la puerta del baño se abrió.
Leila: ¿No se supone que tenía que tocar la puerta?
Mariam: Me acusaste con el amo Bann.
Abrí mis ojos sintiendo que me ardían por el agua con la cosa que había puesto Bann…
Leila: Salte de aquí.
Mariam: Claro te dio envidia en que te dije que lo he visto sin ropa muchas veces y justamente tenías que entrar en su habitación.
Negué con cabeza, nada de lo que ella decía me parecía. Rodé los ojos pasando de sus palabras, giré mi cuerpo dentro de la tina.
Mariam: Miiaaaaaaauuuu….
Sentí como se colgó de mi cabello, llevando mi cuerpo hacia atrás Me estaba sumergiendo en el agua, no me importaba abrir mis ojos debajo del agua. Sostuve sus manos con fuerza, girándola hacia abajo…
Mariam: Maldita bruja…
Leila: ¿Qué te pasa? Si estas enamorada de Bann, adelante. Ve… díselo y a mí déjame en paz.
Ella me miraba salpicándome con el agua. Levanté mis manos evitando que me los siguiera tirando hacia mis ojos, me estaba quemando tanto que no lograba mantenerlos abiertos.
Intentaba sostenerme de la orilla pero no lograba sentirla, ella estaba fuera de si…
Mariam: El amo Bann… Jamás, jamás se va a enamorar de una bruja como tú.
Leila: PARA LO QUE ME IMPOTA… DE-JA-ME EN PAAAAAZZZZ….
Bann: MARIAAAAM…
Me quedé helada al escuchar la voz de Bann, justamente dentro del baño. Me di cuenta que estaba de rodillas expuesta de mis pechos. Me sumergí cubriéndome con el agua que agradecía que estuviera en color blanco.
Negué con la cabeza, miraba a Bann, que no apartaba la mirada de mi. Pasó su mirada hacia Mariam, ella salió a toda prisa del agua… Miró a Bann, saliendo a cuatro patas… No quería que me dijera nada Bann, no era momento, esta vez no.
Cerré mis ojos escuchando el fuerte portazo al cerrar, respiré profundamente esperando que haya salido, abrí mis ojos lentamente mirando hacia Bann que estaba parado en la puerta. Tragué saliva.
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leila
Bann
Mariam
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Updated 45 Episodes
Comments
Anonymous Carmen diaz
Haya ceñida no quieres que Bann se enamore de Leila
2025-02-01
0
Alba Malave
Me encantan está novela de otro mundo gracias por compartir tús novela 💖😍🥰
2023-10-07
1
Gaby❤️
Gata maldita por fin te agarraron con la mano en la masa, más vale que le den su castigo 😡
2023-09-08
2