Extendí mis brazos al sentir de nuevo el tremendo golpe que me había llevado…. El cielo pintaba muy bien, aparentaba que iba a llover, estaba un poco nublado, tenía que darme prisa de salir de este lugar antes que esto se llenara.
Me quedé sentada levantándome, sacudí de nuevo mi ropa, iba a intentarlo nuevamente donde miré algo, me acerqué tragué saliva observando con mucha atención, pasé mi dedo viendo que era un botón de algo, lo oprimí, dando pasos hacia atrás, una compuerta se iba abriendo dejando caer un poco de la tierra que estaba a su alrededor, di pasos hacia mi derecha asomándome viendo un camino demasiado oscuro…
Leila: Holaaaa
- Holaaaa, Holaaaa, Holaaaa, Holaaaa
El eco pronunciaba mi saludo, di dos pasos hacia adelante, quedándome completamente quieta en medio de la entrada, no es que me diera miedo, pero todo este camino estaba completamente oscuro. Empecé a palpar por si había otro interruptor, empecé a caminar hacia adentró miré por a entrada que era algo de luz que había pero no tanta como para llegar hasta aquí.
CRAASSHHHHH…
Leila: No, no, no… No te cierres.
Corrí hacia la puerta soltando varios golpes.
Leila: AYUDAAAA….
Mariam: Dije que no vas acercarte a mi amo Bann.
Leila: Estúpida gata, espera que salga y verás que te haré picadillo.
Mariam: si, si, claro lo que digas. Pero allí te vas quedar hasta que yo quiere. Miiiiauuuu…
Leila: No, nooo…. Vuelve… Mariam…
Empecé a darle fuertes golpes a la compuerta pero era más el dolor que me causaba a lo que otros pudieran escuchar. Me di la media vuelta mirando nada en realidad, negué con la cabeza… Solté un gran respiro, aquí me había dejado esta gata que era demasiada astuta para mi gusto.
Leila: Ruega a que me quede aquí, si salgo no tendré piedad de ti…
No me quedaba de otra, tenía que ir avanzando por este camino tan oscuro… trataba de mantenerme pegada a la pared, mientras mi mano iba tocando la pared, ya me imagino mi propia mano llena de tierra. Bueno, este lugar estaba muy bien para hacer exploración en el.
No sabía cuando tiempo ya había estado aquí, sentía que el aire me hacia falta, estaba empezando a sofocarme… empezaba a escuchar voces a lo lejos. Habían como unas rejillas. Corrí hacia ellas… Me quedé quietecita viendo unos pies.
Mirlena: Mi padre no me hará esto.
Mujer: Mi señora, debe hablar con él.
Mirlena: Prefiero escapar…
Mujer: No, no puede hacer eso. Su padre moriría de tristeza.
Mirlena: ¿Acaso tengo que ser la que acepte a un hombre desconocido en mi vida? No, si Allen no me quiere a su lado, entonces me importa una mierda. Renunciaré al trono.
Escuché como caminaron cerrando con fuerza la puerta. Cerré mis ojos, dándome cuenta que Mirlena estaba en una gran desesperación por ser escuchada por su padre, pero no iba a lograrlo.
Solté un gran respiro, me di la media vuelta entreabriendo mis labios… Negué con la cabeza, viendo al hombre con nombre Allen, puso su mano encima de mi boca… Me llevó hacia la pared, donde mi cuerpo chocó.
Allen: ¿Qué demonios haces aquí?
Lo miraba sin poder decirle nada, tenía una mirada demasiado fuerte y me daba un poco de miedo. Apartó su mano de mi boca…
Leila: cof, cof, cof…
Levanté mi mirada, podía verlo apenas por la luz de la rejilla de la habitación de la princesa Mirlena.
Leila: (susurrando) Lo siento, me caí en una trampa creo.
Allen: Andando.
Se apartó esperando que empezara a caminar.
Leila: no sabía a donde llega este pasillo.
Allen: Es lo malo que no sepas controlar su poder.
Rodé los ojos, seguía los pasos de él que iba por camino en camino.
Leila: ¿Qué tiene que ver mi poder?
Allen: Tu energía es luz.
Lo que me faltaba, me detuve llevando mis manos a la cintura.
Leila: (susurrando) Oye… Oye… espera.
Allen: Me llamo Allen.
Leila: Mucho gusto Allen, pero no entiendo a que te refieres con lo que me dices.
Se detuvo dando la media vuelta, me miró de una forma que me daba entender que no somos amigos y menos lo podríamos llegar hacer. Sinceramente para lo que me importaba.
Dio pasos delante mientras yo di varios pasos hacia atrás, él sonrió negando con la cabeza.
Allen: Tranquila, no pienso asesinarte.
Leila: te recuerdo que me lanzaste una maldita flecha.
Allen: Agradecida estás en que sigues con vida.
Me tomó de la mano apresurando el paso. Entrecerré mis ojos arrebatándole mi mano.
Leila: ¿Cómo es que tú también estás aquí? Jummm, claro, espiabas a la Princesa.
Allen: No digas tonterías. No vuelvas a repetir eso.
Leila: No lo diría, si tan solo pudieras entender lo que ella trata de decirte.
Allen: No te metas conmigo niña. Sé perfectamente que seguro escuchaste todo lo que hablamos ayer.
Leila: No, no lo escuché todo, pero ella sufre, le duele ver la manera tan recia que la tratas, como si no te importara sus sentimientos.
Allen: CLARO QUE ME IMPORTANSUS SENTIMIENTOS, PERO NO PUEDO HACER NADA, NO ESTOY ES SU ESTATUS, NO PUEDE UN SIMPLE CABALLERO DE LA CORONA PRETENDER A LA FUTURA REINA.
Negué con la cabeza, él mismo se rendía ante lo que pudiera evitar. Pasé de su lado chocando con su hombro.
Allen: NO VUELVAS A TOCARME…
Me di la media vuelta cuando sentí que me tomó de los brazos empujando mi cuerpo hacia la pared, cerré mis ojos con fuerza, el golpe claro que me había dolido, abrí mis ojos mirándolo, su respiración estaba demasiada acelerada, removí mis manos empujándolo con gran fuerza.
Leila: No se quien te creas, pero tú tampoco vuelvas a ponerme una mano encima. No soy Mirlena que tiene que someterse a la decisión de su padre donde un cobarde (mirando de arriba hacia abajo) no es capas de luchar por el amor de una mujer que está dispuesto a renunciar a la corona, antes de que otro miserable le ponga una mano encima…
Allen: No sabes nada.
Leila: Puede que no lo sepa, pero no soy tan tonta como crees en que no me doy cuenta del pesar que tiene la princesa. Confiaba en un hombre que de seguro le decía que la amaba, que de seguro le bajó la luna y las estrellas prometiéndole que siempre estaría a su lado. TIENES RAZÓN NO TE CONOZCO, PERO ESTÁ CLARO QUE NO TE MERECES A MIRLENA… NO VALES NADA COMO PARA ATREVERTE A LUCHAR POR UN AMOR SINCERO. MI MUNDO NO ES TAN DIFERENTE AL DE USTEDES, PERO AL MENOS DECIMOS LAS COSAS DE FRENTE, AL MENOS EN MI CASO, TENGO UN NOVIO QUE DA LA VIDA POR MI, DA TODO POR PENSAR QUE ALGO ME PASÓ, SABIENDO QUE ESTÁ TAN PREOCUPADO POR ESTAR A MI LADO EN ESTOS MOMENTOS, ÉL ESPERO Y ESPERO HASTA QUE ACEPTÉ SER SU NOVIA. NUNCA SE DIO POR VENCIDO. AL MENOS TEN EL VALOR DE CERRAR BIEN ESE CICLO QUE TIENES CON ELLA, POR QUE TÚ CON LA MANO EN LA CINTURA DICES QUE SE CASE CON OTRO CUANDO ES ELLA LA QUE ESTARÁ EN MANOS DE OTRO HOMBRE.
Mi pecho subía y bajaba de cada una de las palabras que le había dicho… Allen solo negó con la cabeza… De nuevo me encaminé chocando con su hombro, que se atreviera hacerme algo y no lo iba a contar. Tampoco iba a estar dispuesta para aguantarme de ver que por culpa de un hombre como Allen, Mirlena pueda perder algo que por derecho le correspondía.
Llegué a un espacio donde habían como 5 caminos más, me di la media vuelta esperando que Allen viniera. Él se asomó dejando ver que estaban estos 5 caminos… Cruzó los brazos y las piernas, haciendo seña cediendo a que decidiera. Rodé los ojos tampoco me la iba dejar montar por ese tonto.
Le señalé uno de los caminos, él levantó los hombros. Pasé de su gesto, tomé el primero, que más podía pasar, levanté mi mirada viendo que ya entraba un poco más la luz en este lugar.
Leila: Hasta caminos secretos tiene un castillo, pensé que solo en los cuentos o en películas podía encontrar algo así.
Allen: Estas muy acostumbrada a la vida común.
Leila: Por favor, si estuvieras en mi mundo también lo harías. Aun no me has dicho. ¿Qué hacías por la habitación de la Princesa Mirlena?
Allen: Mi deber es protegerla..
Sonreí asintiendo con la cabeza. Este si que era tremendo. Me puse frente a él…
Leila: De cierta manera si, pero que ella te viera, no a escondidas.
De nuevo que quedé parada viendo varias puertas… Llevé mis dedos hacia mi cabello rascándome la cabeza…
Allen: cual puerta deseas abrir.
Leila: La que me lleve al castillo o un lugar donde pueda asesinar a esa gata.
Allen: ¿Mariam? ¿Acaso no te agrada?
Leila: Me dice loca, además que por su culpa me caía en ese agujero. ¿Cuál es la puerta de salida?
Se puso de frente caminando hacia mi, reposó sus manos en mis hombros.
Allen: ¿En verdad quieres darle su merecido a Mariam?
Lo miré por encima de mi hombro, asentí con la cabeza, tragué saliva al mirar su sonrisa entre divertida estando de acuerdo que tenía que darle su merecido a esa gata.
Allen: Esta es la salida al castillo, esta es al del Rey, esta es para llegar a la cocina, esta es para llegar donde entramos, esta es la que te lleva donde Mariam duerme.
Allen tomó la perilla dejando ver que había luz detrás de la puerta. Giró la perilla abriendo lentamente miré a Allen que me había empujado hacia adentro… Con una rapidez cerró la puerta…
Me di la media vuelta…. Abrí mis labios que hasta mis ojos se quedaron sin poder cerrarse.
Bann, estaba sin ropa reposando las manos en la meseta. Levantó un ceja demasiado asombrado al verme en… en… en su baño… Me pegué lo más que pudiera hacia la puerta. Me miraba demasiado serio.
- Maldito Allen.
Bann se giró quedando expuesto ante mi… me llevé las manos a mi rostro cubriéndome. No podía si quiera mirarlo. No quería hacerlo. Me sentía muy fuera de lugar. Sentí que hasta mis ojos se llenaron de lagrimas ante esta situación que no podía hacer nada para remediarlo.
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Leila
Allen
Mariam
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Updated 45 Episodes
Comments
Anonymous Carmen diaz
Hay Leila terminaras enamorada dé Bann
2025-02-01
0
#trufita#
jajajaja le vio el canario....menos mal que no se había convertido en halcón
2024-02-13
2
Maria Rosalva
jajaja 😂
2023-09-13
1