Capitulo 15

Solté un gran respiro, mientras que pensaba que el amor de la Princesa podía ser aceptado por un caballero del castillo, este solo se negaba a demostrarle que no la quería.

Tragué saliva al sentir a alguien detrás de mi, me di la media vuelta lentamente, cerré mis ojos mordiendo mi labio inferior, abrí un ojo viendo esa mirada de fulminación. Abrí mi otro ojo mirando a Bann demasiado serio. Su mano reposaba en un lado del árbol.

Bann: ¿No te parece muy mal escuchar conversaciones ajenas?

Leila: Ammm, yo.

Bann: ¿Lo sabes no?

Leila: Venía caminando, quería conocer un poco, no es mi culpa que ellos discutían.

Bann: A lo que me refiero es que si viste o escuchaste que había una discusión, uno se aparta.

Rodé los ojos dando la media vuelta, me tomó del brazo con algo de fuerza. Llevé una de mis manos empujando su agarre.

Leila: Oyeee… eres un bruto, suéltame.

El negó con la cabeza, pero para lo que me importaba su manera de pensar y de decir las cosas, le removí mi brazo haciendo que me soltara.

Leila: Que me hayas salvado del otro loco malo, no te da derecho de jalonearme de esa manera.

Bann: Bueno, que bien que me lo dices, con suerte la próxima vez que venga, deje que te lleve. Esa es la vida que te gustaría tener, donde todo lo malo lo atraes, donde todas las muertes son parte de ti.

Negué con la cabeza, rodé los ojos pasando de cada una de sus palabras, solo decía puras tonterías.

Bann: Créeme, tu vas del lado opuesto a lo que era Laila.

Me detuve al escuchar el nombre de Laila, me di la media vuelta apresurando mi paso levanté mi mano soltándole una tremenda cachetada, ladeó su cabeza levantando su mirada con tanto odio o lo que él pudiera sentir en este momento.

Leila: No vuelvas a mencionar el nombre de mi hermana. Si tanto la querías a ella, hubieras llegado antes que le quitaran la vida por ese asqueroso monstro.

Él negó con la cabeza sin apartar la mirada, me di la media vuelta sintiendo de nuevo un fuerte jalón.

Leila: NO VUELVAS A TOCARME MISERABLE… NO LO VUELVAS HACER.

Baan: Tranquila.

Leila: NO SE QUIEN DIABLOS SEAS, TAMPOCO SÉ POR QUE ESA ESTÚPIDA GATA TE DICE AMO, SI ELLA TE PERTENECE PERFECTO, PERO YO NO. ASÍ QUE NO VUELVAS A MENCIONAR EL NOMBRE DE MI HERMANA… NO TIENES NINGUN DERECHO.

Empecé a caminar escuchando sus pasos que venía detrás de mi.

Bann: ¿Crees que eres a la que queríamos?

Me di la media vuelta, mantenía mi distancia con él, se veía que era de esos que no lograban diferenciar entre las mujeres y hombres y las tomaba por igual, pero conmigo no.

Leila: Rogué, imploré, supliqué que ella se mejorara, solo que no despertó…

Él me miró levantando una ceja, la intriga que me estaba demostrando quizá me daba entender que no entendía a que se refería mis palabras.

Leila: TODO ESTE TIEMPO, SIN SABER QUE ERA LO QUE ELLA TENÍA ME RESTRINGÍA A PODER SEGUIR CON MI VIDA. DÍA Y NOCHE ESTABA AL PENDIENTE DE CUALQUIER CAMBIO. ASÍ QUE NO ME VENGAS A DECIR QUE ERA A LA QUE USTEDES QUERÍAN.

Bann: Si sigues con eso te vas hacer daño.

Leila: NO ME IMPORTA… TANTO ESPERAR… No funcionó, Si, imploré que me diera una señal que viniera alguien pero fue para salvarla. ¡Para Salvarla!. ¡Para que se curarla!

Bann: No fuí para curarla a ella.

Leila: SI VINISTE.

Bann: FUI PARA CURARTE A TI.

Leila: ¿A MI? YO NO NECESITO QUE ME CUREN. ¿CUANTAS VECES TENGO QUE DECIRTELO? AAAAAHHHHH.

Solté un gran grito de dolor, de nuevo estaba en mi mente el dolor que Laila estuvo pasando mientras estaba inconsciente… Dejé mi cuerpo caer de rodillas, de nuevo ese calor en mi cuerpo estaba sintiéndolo.

Abrí mis ojos viendo como una energía en color rojo salía de mi cuerpo… Las piedritas, hasta las piedras se elevaban, mientras que esa fuerza se concentraba, haciendo que saliera elevado Bann…

Bann: LEILAAAA…. CONTROLATE.

Negué con la cabeza… Las piedras pequeñas y las rocas empezaban a lanzarse de un lado y del otro viendo como golpeaban el cuerpo de Bann…

Su cuerpo cayó en el piso removiéndose rápidamente, se levantó extendiendo sus manos hacia adelante, era como un energía que lo estaba cubriendo para que no le dieran todo lo que estaba saliendo volando, varios hombres estaban corriendo por donde estábamos él y yo, miré a la Princesa Mirlena que llegó…

Leila: NOO… NOOOO…

Mirlena: AAAHHHHH…

Bann: PRINCESA MIRLENAAA…

Quería detener lo que estaba emitiendo mi cuerpo, pero ni sabía como controlarlo, miraba de un lado y del otro levantando mis manos viendo que esa energía roja cubría mis manos, empecé a ponerme de pie.

Allen: MIRLENAAAA….

Bann caminó con mucho trabajo hacia donde ellos estaban cubriéndolos con esa energía protectora.

Allen cubrió a Mirlena con su cuerpo. Me sentía desesperada estaba haciendo demasiado daño. Negué con la cabeza sintiendo como mis lagrimas recorrían mi rostro.

Bann: Vamos Leila, tienes que controlar tu poder.

Me puse de pie, mirando a los demás hombres que daban pasos hacia atrás… Levanté mi mirada viendo que Mariam venía apresurada arrojándose hacia mi.

Bann: MARIIIIAMMM…. NOOOO.

Mariam: Miiiiiaauuuuuu….. loca no mates a nadie…

Se arrojó hacia mi empezando arañándome en mis manos.

Leila: AAAYYYY…. Estúpida. Suéltame.

Mariam: No, tienes que bajar tus manos, BAJALASS…

Escuché a alguien correr, bajé mis manos hacia la tierra, viendo como se iba cuarteando la tierra. Negué con la cabeza… Se iba abriendo hasta llegar hasta nosotras.

Mariam: Nos vas a matar a todos….

Dirigí mis manos directamente hacia donde estaba parada.

Bann: NOOO Leila, hacia ti no.

La tierra empezó abrirse tanto…

Mariam: Loca… loca…

Bann, empujó a la gata hacia un extremo, levanté mis manos hacia Bann, soltándole a él sobre su cuerpo la energía. Extendió sus manos rodeándome con sus brazos… Apretó mi cuerpo, haciendo que los dos nos caigamos en el hueco de la abertura de la tierra.

Mariam: AMOOOOO BAAAAANNN…..

Los dos caíamos con tanta fuerza. Sentí su respiración cerca de la mía, nuestras mejillas se rosaron…

Bann: Ti… tienes que con.. trolarlo…

Nuestros cuerpos cayeron hasta el fondo del abismo que se había abierto. El cuerpo de Bann estaba encima del mío… abrí mis ojos lentamente. Bann se removió viendo que estaba sangrando un poco donde mi energía le había llegado. Se removió un poco mirándome fijamente. Sus manos se reposaron en la tierra.

Bann: ¿Estas… bien?

Asentí con la cabeza, mis lagrimas empezaron a caer a los lados de mis mejillas. Le miraba muy mal herido…

Allen: NO SE MUEVAN…. ¿ESTAN BIEN?

Levanté mi mirada viendo a Allen y a la Princesa Mirlena que estaban tan sorprendidos al igual que yo de lo que pasó.

(Escuchen- May It Be, Enya)

Tragué saliva viendo que con mucho trabajo se levantaba, se puso de pie tambaleándose un poco, sostuvo su camisa partiéndola en dos. Abrí tanto mis ojos, viendo el cuerpo tan perfecto que tenía, cada parte de el bien marcado, mi mirada estaba pasando por cada una de las partes de su cuerpo sin perder detalle de ninguna. Mordí mi labio inferior cuando vi que él me miraba. Negó con la cabeza, haciendo que poco a poco sus alas empezaran a salir de su espalda, me puse de pie viendo como iban formando sus alas, estaban algo lastimadas, recordando el motivo que aun estuvieran así…

Di varios pasos lentamente hacia él. Me quedé a una distancia muy corta de él. Su cuerpo estaba sangrando bastante.

Leila: Estas perdiendo mucha sangre.

Negó con la cabeza reposando sus manos en la pared de tierra…

Bann: Esto no es nada.

Su mirada la mantuvo fijamente hacia mi. Tragué saliva nuevamente, esto era fuera de mi alcance, de mi mundo que no había nada de esto. Allen arrojó una cuerda viendo que Bann estaba con sus alas abiertas. Ellos estaban en la espera.

Levanté mi mano con mucho miedo, no sabía si al tocarlo lo pudiera lastimar más… Se apartó de la pared girando hacia mi, tomó mi mano sin ningún tipo de miedo acercándola a su pecho en dirección de su corazón.

Intenté apartarla pero él negó con la cabeza dejando su mano encima de la mía.

Bann: Cierra tus ojos.

Leila: ¿Y… si te hago daño?

Bann: Te dije que vine a curarte a ti. Solo hazlo.

Levanté mi mirada viendo que todos estaban atentos a lo que pudiera pasar. Tragué saliva empezando a cerrar mis ojos.

Bann: Concentrarte… Eres poderosa Leila Novachek, no por tus ancestros, lo eres por ti.

Mi cuerpo empezaba a sentir de nuevo ese calor, escuchaba cada movimiento del agua que hacía el río, cada respiración de los que nos miraban, las ranas que saltaban, los caballos que estaban extasiados, relinchaban, se podía escuchar como si estuvieran forjando maquinas, el ruido de las llamas de algunas velas…

TUN TUN…. TUN TUN… TUN TUN…

Bann: Abre tus ojos.

Empecé abrirlos lentamente viendo como la energía roja que hace un momento estaba por todos lados ahora solo estaba abarcando a Bann y a mí, las plumas de sus alas iban saliendo volando poco a poco. Entreabrí mis labios al ver como las heridas que le había hecho empezaban a cerrarse, sus alas iban curándose dejando nacer nuevas plumas por donde les faltaba…

Lo miraba fijamente, bajé mi mirada admirando su cuerpo, sonreí volviendo a subir mi mirada hacia él.

Bann: DEJANOS AYUDARTE… PERMITENOS ENSEÑARTE A CONTROLAR TU PODER. SIN TI NO PODEMOS HACERLO.

Leila: El alma de mi hermana.

Bann: Tu hermana está con los Nacros, su alma será de ellos, no te voy a mentir, pero puede llegar hasta el momento que tengas que enfrentarte a ella. En este momento ella te supera y por mucho. Si nos permites mostrarte el alcance de todo tu poder, tendrías una vida tranquila dejando descansar la memoria de tu hermana gemela.

Abrí y cerré mis ojos, esbocé una pequeña sonrisa… Asentí con la cabeza. Bann rodeó mi cintura con su mano.

FUUZZZ, FUZZZ, FUZZZ, FUZZ..

Sus hermosas alas empezaron a elevarnos, enrollé mis manos por su cintura donde mis pies ya no tocaban más la tierra. Nos íbamos elevando saliendo del agujero que estaba demasiado profundo. Salimos por lo alto, me sujeté bien donde Bann, me sostuvo de los brazos apartándome de su cuerpo.

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Leila

Bann

Mariam

Mirlena

Allen

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