Bann:
Miré hacia la habitación donde se estaba quedando Leila. Esperaba que por un momento ella pudiera tenernos confianza y hablar claramente de lo que queríamos de ella.
Solté un gran respiro mientras Allen estaba peor que yo pensando en cosas que le estaban pasando.
Mariam: Amo Bann, ¿Por qué no nos deshacemos de la loca esa?
Sonreí negando con la cabeza, reposé mi mano en su cabeza revolviendo un poco su cabello. Mariam, una niña tan tierna que ha sufrido mucho por la perdida de su manada. Como si para ella fuera tan fácil moverse en este mundo donde los enemigos estarían en la espera para tomarla en su poder. Solo en imaginar lo que pudieran hacerle a cualquiera de nosotros hacía que mi estomago se revolviera.
Mirlena: Admiran la belleza de la noche.
Tanto Allen como yo dimos la media vuelta al escucharla. Allen tenía fija su mirada en la Princesa siendo tan obvio lo que sentía por ella.
Bann: Princesa. ¿Has hablado con Leila?
Ella asintió con la cabeza caminando hacia el barandal, levantó su mirada hacia el cielo encontrándose con nuestra hermosa luna y con el planeta Tierra que podíamos admirar la belleza de ese planeta.
Mirlena: si, es una chica que lleva un dolor muy dentro. Ha perdido reciente a su hermana gemela. Dime Bann… ¿Por qué la has traído sabiendo que ella no era la elegida?.
Tragué saliva, pasé mi mirada hacia Allen donde estaban esperando mi respuesta, sentí que me jalaron un poco la camisa. Bajé mi mirada encontrándome con la de Mariam que de seguro también ella quería saber.
Bann: el alma de su hermana la tiene Falcon. Sé que Leila puede despertar con sus poderes.
Mirlena: Pero ella ni siquiera sabe que posee poderes increíbles.
Allen: Princesa, para eso estamos para enseñarle a usarlos, siempre se puede. Leila, por lo que vi ese día no es de las personas que pudiéramos decir que escaparía.
Bann: si le damos razones para lograrlo y que ella lo desee, tendremos lo más grande del mundo.
Ella nos miró asintiendo con la cabeza.
Mariam: Pero es mala. Ella traerá la muerte.
Los tres nos miramos entre sí, tan ciertas eran las palabras de Mariam…
Bann: Son hermanas gemelas. Laila Novachek representaba el bien, por eso es la que teníamos en mente ya que ella tenía activo sus poderes. Leila Novachek representa el mal.
Allen: Pero si la enseñamos a usarlo para el bien, entonces podríamos hacer vuelta a lo que ellas representan. Si bien Falcon tiene el alma de su hermana, ella…
Mirlena: Ella representaría el mal una vez que se le despierte a Leila sus poderes.
Allen y yo asentimos con la cabeza… Estabamos de acuerdo en este momento de hacer que Leila que está con nosotros pueda utilizar su conocimiento en el bien. Solo es encaminarla, que ella misma sepa por nosotros que lado representa y como hacerla cambiar para que esté en esta batalla con nosotros.
Mirlena: ¿Puedo hablar con Allen?
Allen pasó su mirada hacia nosotros, asentí con la cabeza mirando a Mariam…
Bann: Vamos Mariam es hora de descansar.
Mariam: Estaré a su lado mi amo.
Sonreímos los tres, Mariam no se me despegaba ni por muy cansada que estuviera. Los dos nos apartamos de ellos, miré a Allen que esperaba a que nos alejemos.
Mariam: Mi amo, una vez que la loca esa tire su poder, ¿regresará a su planeta?
Bann: Así es, no hay nada que la retenga, ella tiene una vida en su mundo y nosotros en el nuestro.
Ella me abrazó tan fuerte llenándose de tanta felicidad, Leila tenía que seguir su vida con el conocimiento que en la vida hay diferentes manera de llevar la vida. Mundos que tienen sus propias batallas y sus propias guerras.
Mirlena:
Esperé a que ellos ya no estuvieran cerca, no quería que nos escucharan. Pasé mi mirada hacia Allen que él solo miraba hacia el frente.
Mirlena: Es muy hermoso el planeta Tierra ¿verdad?
Allen: Princesa, no creo que desee hablar nada más de lo hermoso que es la Tierra.
Asentí con la cabeza, sintiendo mi corazón que me dolía por sus palabras tan secas y con un dolor que él también estaba padeciendo.
Mirlena: Lo que dijo mi …
Allen: Es lo correcto, usted debe casarse con alguien que tenga el mismo estatus que usted.
Mirlena: Allen, pero yo no quiero… ¿Puedes entender eso?
Él giró un poco su cabeza mirándome con gran dolor, mis ojos se llenaron de lagrimas, negué con la cabeza al ver que sus hermosos ojos demostraban que tenía muchas cosas pero no era quien diría lo que lleva por dentro.
Allen: Puedo entenderlo, pero usted es la Princesa de este Reino, su padre va ceder el trono y solo usted queda para tomarlo. Debe estar esposada con un hombre que pueda brindarle lo que usted desea.
Negué con la cabeza, Allen era demasiado testarudo y eso muchas veces hacía que siempre terminemos en discusión.
Mirlena: Está claro que nunca has sentido nada por mi.
Allen: Mirlena, eso no está en discusión. Pero no puedo, no puedo estar más tiempo cerca de ti, no me merezco ver como entregarán a la mujer que amo a otro hombre.
Mirlena: Escapemos entonces.
Él frunció el seño mirándome tan sorprendido de mis palabras, sé que era una locura y que nunca hubiera esperado que le dijera algo así, pero me sentía contra la espada y la pared, no sabía en que momento mi padre podría hacer que llegara Atiles para tomar mi mano en compromiso.
Allen: Jamás, me escuchas, jamás permitiría que hicieras algo así.
Mirlena: ENTONCES PREFIERO ESTAR MUERTA ANTES QUE SER DE OTRO HOMBRE.
Negué con la cabeza una y otra vez, mis lagrimas caían por mi rostro sabiendo que con Allen todo estaba por terminarse, esos encuentros donde nuestro amor era sellado por nuestros besos siendo nuestro anhelo en ser el uno para el otro.
Las manos de Allen tomaron mis manos, él miró hacia todos lados asegurándose que nadie pudiera vernos. Empezó a caminar llevándome por un camino donde solo nosotros sabíamos que nadie pasaría. Nos detuvimos escuchando el río como pasaba lentamente por su corriente hacia el sur.
Allen: Te amo, te deseo, eres lo que mi vida más protege, pero esto no puede ser.
Mirlena: ¿Por qué no? Si le decimos la verdad a mi padre sé que podrá entendernos. Te aprecia demasiado.
Allen: Tu padre me aprecio por que sabe que cuido a la Princesa de Asturias, que daría mi vida antes que te llegara a pasar algo. ¿No comprendes? Ni tú ni yo podemos hacer que no pasa nada.
Cerré mis ojos al sentir su rose de su mano en mi mejilla.
Allen: Nunca me cansaré en saber que eres feliz, aunque sea con otro hombre debes casarte si tu padre lo dispone.
Abrí mis ojos apartando su mano de mi con un golpe en ella. Negué con la cabeza.
Mirlena: No tienes idea de lo que dices. Otro hombre me tocara, otro hombre me besara, otro hombre… me hará el amor. ¿Eso no te importa?
Allen: Claro que me importa, me va a doler… pero así tiene que ser.
Esto era inconcebible, no podía creer lo que el mismo Allen me decía, solo me demostraba que no le importo en lo más mínimo.
Me acerqué a él empujando dos veces, sostuvo mis manos donde empecé a forcejear con él, quería que me soltara, quería demostrarle que sus palabras me hacían tanto daño.
Mirlena: No te mereces mi amor, no te mereces nada de lo que puedo entregarte, no te mereces mis noches ni mis sueños.
Allen: Mirlena… también sufro en silencio.
Allen me atrajo con todas sus fuerzas donde nuestros cuerpos batallaban removiéndose, mientras él me atraía, quería alejarme de él.
Pasó su mano por mi mejilla juntando nuestros labios. Mi cuerpo empezó a sentir esta sensación tan agradable que siempre tenía al sentir los labios de Allen, en una entrega del amor que él sentía por mi y yo por él. Mi mundo se iba creando con cada palpitar de mi corazón sabiendo que Allen es el único hombre que pudiera amar, no me importaba si mi padre estuviera de acuerdo o no, esto era lo que quería. Quería a Allen en mi vida y que no deseara más en tenerme lejos.
Nos apartamos lentamente, levanté mi mirada encontrándome con la hermosa mirada de Allen… Tomó mis manos llevando hacia sus labios dejando un beso en cada una de ellas. Entreabrí mis labios viendo caer una lagrima por su mejilla.
Allen: Me despido de todo lo que siento por ti.
Mirlena: ¿Qué dices?
Allen: Soy tu caballero de protección, mi misión es protegerte en todo momento. No volveré acercarme a ti con otra intensión que no sea para protegerte. Te vas a casar con el hombre que tu padre te diga. Eso hace la Princesa de un reino. Acata las ordenes de su padre sin cuestionarlas.
Negué con la cabeza, mis lagrimas caían una tras otra, lo miré cuando él me soltó las manos dio pasos hacia atrás. Empezando caminar del lado contrario.
Mirlena: ¡¡¡ ALLEEEEEEN!
Ni siquiera se detuvo para darme una explicación más concreta, me sentía morir, no quería que las palabras de mi padre en algún momento se lleguen a cumplir. No lo podía aceptar, no de esta manera.
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Comments
Anonymous Carmen diaz
Moler a lo que te dice alllen cierto no puede huir contigo ni tu dejar a tu reino desprotegido atoles al ser príncipe y futuro rey es quien debe despostarte
2025-02-01
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Anonymous Carmen diaz
Leila tú demostrarás que eres más fuerte que Laila al poder controlar y dominar la maldad
2025-02-01
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Maria Carolina montiel
no la conocen y la tildan de mala porq primero su otra hermana salgame ahora cn el yin y yan
2023-11-11
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