CAP 19

No tenía donde ir. Lo había perdido todo. Solo tenía aquel apartamento vacío que había habitado durante años con su amiga y que casualmente aún no lo habían rentado otra vez, como si el dueño estuviera esperando su regreso. Observó todo... está vez le parecía estrecho... cómo que no circulaba igual el aire allí. Volvería a empezar, ya lo había hecho una vez... dejó su equipaje en la sala y se dejó caer en la cama personal donde antes dormía... el nudo que llevaba en su garganta apenas le dejaba respirar así que no tuvo más remedio que dejarlo salir...

Mientras ella lloraba a mares, un Edwin herido regresaba a casa, vio la habitación que antes ocupaba su esposa y entró en ella. Todo estaba igual que antes de que ella viviera allí... Se sentó en la cama y pasó una mano sobre el edredón... Entonces a su mente vinieron los recuerdos de aquella madrugada que le prometió no dejarla y que la besó apasionadamente aunque ella no lo recordaba... él no lo había olvidado.

- ¿Por qué tuviste que traicionarme? - se preguntó mientras recordaba la escena que antes había visto en la floristería.- Me enamoré de ti... ¿Por qué no pudiste amarme?

Inmerso en sus pensamientos quedó allí, sobre aquella cama, arropado por el olor del perfume femenino que aún poseían las almohadas, totalmente dormido.

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- ¡Daniela! - abrazo a su amiga apenas la vio - Tengo que darte las gracias

- ¿Por qué? - le pregunto extrañada de su comportamiento

- Fernando... ¡Sé que fuiste tú! - sonreía - Ayer me besó

- ¿En serio lo hizo? - estaba atónita ante la noticia

- ¡Si! - le tomó de las manos - Muchas gracias, amiga

Aunque Michelle quería parecer madura para su corta edad, realmente era muy inocente, tanta era su euforia que no se percató del desagrado en el rostro de su supuesta amiga.

- ¡Pues felicidades! Ya has tenido tu primer beso... Dentro de poco podré llamarte "mujer" - y comenzó a reír con algo de maldad.

- ¡No como crees! Aún soy muy niña para tener sexo con Fer... además apenas estamos iniciando, si de veras él me quiere, pues tendrá que esperar un poco más.

- ¡Si como no! - se sentó en un banco - ¿Crees que Fer espere? ¿Crees que sea de esos? ¡Es un hombre por dios!

- ¿qué me quieres decir? - le preguntó curiosa mientras se sentaba a su lado

- ¡Hay amiga! ¿Cómo te explico? Si tú no le das... Ya sabes... Él lo buscará tener con otra... ¿Entiendes?

Michelle se quedó pensativa y luego respondió

- Si de veras me quiere me esperará, eso es todo lo que entiendo...

La verdad es que Daniela era un poco mayor, ya estaba en la high school mientras que Michelle terminaba el último año de primaria. Ambas se habían conocido hacía un año atrás, cuando Michelle escapó de casa tras un berrinche y estando en un parque sentada apareció Daniela quien pasaba por un mal momento familiar... la verdad parecían ser la una ideal para la otra... Pero la realidad era diferente... No eran del mismo status social para empezar lo que generaba envidia... Y poco a poco Daniela fue influyendo en la vida y el comportamiento de Michelle hasta lo que se veía hoy.

- la semana próxima será mi cumpleaños decimotercero - le dijo feliz - Haré una fiesta... ¿Vendrás verdad?

– ¡claro! – le abrazo – soy tu media Naranja

Cada palabra, cada gesto era mentira, pero Michelle no podía notarlo...

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Por otro lado, Adele pasaba un momento difícil, así que dispuesta a salir adelante como siempre, había salido en busca de empleo pero no había tenido mucho éxito en las propuestas que había marcado en el periódico. Sin mucho ánimo se sentó en un café callejero para beber una taza de ese líquido negro cuando su móvil comenzó a sonar incesantemente dentro de su bolso... Lo tomó y levantó la llamada

- Dime Carmen

- Amiga se te escucha muy mal... ¿Ya encontraste algo?

- Pues la verdad es que no... Extraño mi floristería

- Imagino como te sientes en estos momentos... ¡Todo estaba saliendo tan bien! ¡Pero ese malnacido...!

- ¡Ni me lo menciones por favor! - le cortó Adele - Espero que se encuentre muy lejos en estos momentos

- De todos modos amiga, cuentas conmigo, eso está de más decirlo

- Lo sé, te quiero

- También te quiero, muchísimo. Espero que vengas a la noche a cenar con nosotros

- Está bien

Apenas colgaba la llamada cuando sosteniendo aún el teléfono en su mano comenzó a timbrar otra vez, miró la pantalla y su asombro fue mucho al ver de quien era la llamada entrante.

Sintió un poco de ansiedad y no sabía si levantar o no la llamada... Tomó aire y la tomó

- ¿Sí?

Escuchar su voz era un alivio para él... Llevaba casi tres días sin verla, desde que le había pedido el divorcio y él se lo había dado sin dudar...

- Hola - le saludó tímidamente

- Hola

- Yo... Necesito hablarte

- Ya lo haces

- En persona... Por favor

- ¿Queda algo más por hablar entre nosotros?

- Adele...

- No cree Edwin que debamos hablar de nada en absoluto... Solo me haría daño

- ¿Por qué te dañarías tú? - le causó curiosidad

- Debo colgar... Carmen me espera.

Y sin decir más nada le colgó.

Unos minutos después su móvil sonó otra vez... tenía la esperanza de que fuera él insistiendo... Pero era una de las clientas que ella había tenido.

- Señora Cornie como se encuentra

- ¡Mi querida Adele! No sé que le suceden a mis geranios, se están muriendo desde que dejaste de atenderlos

- ¿Los mantuvo en lugares con mucha luz como le recomendé?

- Pues la verdad es que no, acabo de mudarme a una casa más amplia y con un enorme jardín, pero no tengo quien cuide de él... ¿Lo harías por mí?

¡La oportunidad esperada!

- ¡Claramente señora Cornie! Ahora dispongo de mucho tiempo libre.

- ¡Perfecto! Te enviaré mi nueva ubicación, por favor Adele, pasa lo más pronto posible

- ¡Así será señora Cornie!

El alma le volvía al cuerpo con aquella llamada... haría lo que amaba y a la vez recibiría pago por ello.

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Estaba muy ansioso por verla... Necesitaba verla...

Detuvo su auto frente a la floristería... pero la encontró en remodelación...

- Buenas tardes, señor - saludó a un hombre robusto de edad algo avanzada - ¿Están remodelando la floristería?

Estaba extrañando, no sabía de aquella obra, su esposa... bueno exesposa le ocultaba muchas cosas...

- No - sonrió el hombre - ya no será una floristería, se la compré a la dueña unos días atrás... La verdad es...

- ¿Dice usted que la compró? - más extrañado aún

- Si señor - satisfecho - como le decía llevaba mucho tiempo queriendo comprarla y ella siempre se había negado a vender, decía que este era su sueño... No sé que le hizo cambiar de parecer...

Mientras el hombre aún hablaba Edwin se alejó a prisa hacia el auto.

Sabía que ese era el mayor sueño de Adele...¿Entonces que hizo que lo dejara?

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