¡Pégale, pégale!...- se escuchaban a los chicos de diferentes edades gritar en el traspatio escolar...
-¿Pero qué es lo qué sucede aquí? - preguntó agitado uno de los profesores al ver la escena
Rápidamente, tomó a Michelle del brazo y la separó de la otra chica la cual tenía el rostro destrozado
- Señorita del Monte, creo que otra vez irá usted a la dirección...- miró a la otra chica y con voz más suave - ¡tú también vendrás!
Entonces todos los demás se fueron retirando del lugar mientras las dos peleoneras iban caminando hacia la dirección
Unos minutos más tarde ambas chicas estaban frente al director del centro quien no dejaba de mirar a Michelle
- ¡Venga, deja de mirarme y termina de pronunciar tu discurso barato! - le retó
- Michelle - le dijo en un tono de voz sereno - Está es la cuarta vez de esta semana, con otra de tus compañeras. ¿Qué puedo hacer contigo y tu comportamiento? Hablar con tu padre es casi imposible, siempre manda a la niñera.
- Pues vaya personalmente a su empresa, a lo mejor tiene más suerte que yo y logra verlo
En su voz se notaba el abandono, era sarcástica al hablar
- Hija mía, esta chica - señaló a la otra muchacha - tiene marcas en su rostro que podrían causarte problemas mayores...
-¡Ya quisiera yo! - le interrumpió - ¡A lo mejor así logro estar en paz!
- ¿Estás diciendo que quieres ir a una correccional? - pregunto perplejo el director - Creo que necesitas ayuda psicológica, veré a la psicóloga de la escuela para que así hables con alguien
- Puede usted mandarme con un loquero si quieres, pero no pienso cambiar señor director
Y sin decir más, sin siquiera pedir permiso se puso de pie y se marchó.
Un rato después su padre recibía nuevamente una llamada.
-... lo siento señor del Monte, pero esta vez, si no se presenta usted en la escuela, tendremos que sacar a su hija de la misma. Ya Michelle es un peligro aquí
La voz de la secretaria del director retumbaba en su mente mientras iba en camino a la escuela privada donde cursaba Michelle estudios... había tenido que abandonar una reunión muy importante, dejando a Diógenes a cargo de esta para ir a solucionar los problemas de su hija.
Una vez en la escuela, se reunió con el director casi inmediatamente
- Señor del Monte - le estrechó la mano en señal de saludo. - Es un placer al fin poder conocerlo.
- Siento mucho no haber asistido antes, mi vida laboral es muy ocupada.
El director asintió con un gesto
- Voy a ir directo al grano señor del Monte, usted no es ajeno al comportamiento que tiene su hija en nuestro centro, ayer golpeó tanto a una chica, que necesitó sutura sobre una ceja. Y... como usted comprenderá, no puedo permitir ese tipo de comportamiento en esta escuela.
- Comprendo
- ¿Ah pensando alguna vez en buscar ayuda para su hija de manera profesional?
Edwin sonrió y asintió luego
- Si, lo he hecho... pero como que no funciona mucho.
- Señor del Monte, no le puedo decir como educar a su hija, pero si puedo decir lo obvio, si su hija continúa así, o irá a una correccional o terminará suicidándose... en mi experiencia docente, casi siempre terminan en lo segundo ¿Es consciente usted de eso?
La verdad es que no, nunca lo había pensado así, se sintió incómodo entonces... tragó en seco y miró algo asustado al director
-¿Dice usted...- hizo una pausa - que mi hija puede... morir?
- Eso temo señor, y me gustaría equivocarme.
...****************...
Aquella conversación con el director dejó muy dolido a Edwin. No podía permitirse perder también a Michelle.
- Por favor, llévame a la floristeria - le pidió al chófer.
Unos minutos después estaba frente a la floristería de Adele. Se bajó del auto y fue hasta allí. Ella estaba atendiendo a una clienta que compraba unos hermosos tulipanes.
- De seguro le gustarán mucho a su nuera...- le decía - además, el tulipán, no por gusto es conocido como reina de las flores...
Ella sonreía al atender a la clienta, parecía muy complacida en su trabajo. Lo vio entrar, con las manos dentro de los bolsillos del pantalón como la primera vez... era alto... tendría unos cuarenta años ya, pero lucía muy apuesto... sus ojos azules oscuros, casi cobalto enmarcado bajo aquellas cejas gruesas... ¡Sí, sí que era un galán! ¡Hay, sí Carmen lo ve!...
- ¡Buenos días, señor del Monte! ¿Qué lo trae de regreso a mi floristería? - se le acercó una vez que terminó con la clienta.
Llevaba un vestido corte princesa que dejaba ver sus hombros, era delicada, aquel cabello rojizo y sus grandes ojos marrones... esos labios...
Carraspeó un poco para aclarar su garganta
- Necesito de su ayuda - fue directo
Adele lo miró algo confusa y frunció el ceño un poco
- ¿Tiene un jardín que cuidar?
- Algo así - miró los tulipanes detenidamente antes de continuar. - tengo una flor en casa que se marchita lentamente y no sé cómo cuidarla, hace tiempo debí pedir ayuda, pero fui egoísta.
- No lo entiendo...
- Tengo una hija, le conté de ella hace unas noches atrás - Adele asintió - Está en una edad difícil y necesita una madre.
Adele abrió un poco la boca, trataba de digerir la propuesta que ella creía q él le estaba haciendo. Pestaño varias veces seguidas como para así reaccionar... fue un silencio incómodo, pero Edwin le dio tiempo
- Usted me... pide .. Que...
- ¡Así es! - le cortó - Le pido que sea la madre sustituta de mi hija, que la ayude a crecer
- No sé tratar con niños, nunca he tenido uno imaginé si podré lidiar con una adolescente
Se dejó caer en una silla cercana, estaba atónita con la repentina propuesta
- Sé que usted podrá, tómelo como un trabajo parcial... podrá atender su floristería y experimentar la maternidad.
- Entienda señor que lo que me pide no es fácil, además tengo mis propios planes¿Por qué lo ayudaría?... ¡Es más! ¿Por qué me lo pide a mí?
- Porque te pareces un poco a mi difunta esposa y si estoy en lo cierto, lograras la tarea.
- Señor del Monte - carraspeó - es muy gratificante saber que confía en mí para educar a su hija, y también que le recuerdo a alguien que amó mucho... pero yo no quiero vivir la vida de su esposa, quiero vivir la mía.-
Adele se puso de pie y lo miro a los ojos - Espero que entienda
Edwin entonces asintió, se sentía avergonzado y desesperado a la vez.
- Si cambia de opinión, - le extendió una tarjeta - puede llamarme.
Y sin decir más se marchó
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Comments
Marysim R de Monasterios 🇻🇪
No soporta a los de uno a esa edad menos a uno que ni conoce ni es nada de uno 🙄🇻🇪
2024-11-28
0
Marysim R de Monasterios 🇻🇪
Pero que hija vas a perder si no la tomas en cuenta, no compartes con ella o sea un hueco no te va a dejar su ausencia 🤔🇻🇪
2024-11-28
2
Yazmin Gómez
Adele tiene razón, quien puede con un adolescente,( yo tengo dos en casa y hay días que ya no se que hacer con ellos)
2024-04-27
7