CAP 13

Amiga tienes que venir aquí... ¡Ya viene! ¡Mi bebé ya viene!

- ¿Pero qué dices? - buscaba desesperada el bolso - ¿No que faltaban tres semanas? ¡Lo encontré! - exclamó emocionada al ver el bolso, rápidamente salió de la floristería rumbo a casa de su amiga. -¿Ya llamaste una ambulancia? ¿Estás en casa?

- ¡Sí! ¡Tendré al bebé aquí!

- ¡Estás loca! - se montó en un taxi que detuvo en plena calle - ¿Por qué no en el hospital de maternidad? ¿Y dónde está ese marido tuyo?

- ¡Ayyyyy! - contracciones dolorosas - ¡Llega tú por favor, ya él lo hará después... ¡Apúrate, duele!

- Chofer por favor - golpeó el espaldar del asiento - apúrese, mi amiga está de parto

- Señorita comprendo, pero no puedo tener un accidente.

- Tiene usted razón - se reclinó en el asiento trasero del taxi. Aunque iba apurada y muy nerviosa, pudo ver por la ventanilla del auto a Michelle conversando con un chico mayor que ella y este traía un cigarrillo. Frunció el ceño pues no le gustó lo que vio - ¡detenga el taxi!

Frenó.

- ¿No que iba usted apurada? - le recriminó el chófer, pero Adele ya se había bajado e iba al encuentro de su hijastra.

- ¿Michelle? - miró a su hijastra y luego al joven - ¿Quién es?

- ¡Lo que me faltaba! ¿Acaso me persigues?

- No, no lo hago, pero es mi deber...

Michelle río burlona

- ¿Tu deber? ¡Pues deja de cumplirlo! ¡Es más! ¡Corre a dónde está mi padre y cuéntale!

- ¿Quién es ella? - preguntó nada menos que Fernando mientras daba una cachada a su cigarrillo para luego arrojar al rostro de Adele el humo.

- Lo vuelves hacer y te lo tragas - le dijo Adele desafiante al joven

- ¿Quién te crees tú para amenazar a mi amigo? - la enfrentó - ¡mejor apártate! - entonces cogió su mochila del sueño y tras ponérsela en el hombro salió chocando a Adele.

Fernando la siguió y mientras se alejaba miraba sonriente a Adele.

El taxista sonó el claxon del taxi entonces Adele volvió a su plan inicial...su amiga estaba de parto.

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-¡Ya estoy aquí Carmen! - corrió a abrazarla

- Demoraste mucho

Su amiga lloraba a mares, realmente dolía... aunque su esposo estaba con ella ya era la segunda vez que se desmayaba.

- ¿Y a él que le sucedió? - preguntó al verlo tendido en el suelo

- Tenías razón amiga... el padre de mi hija es un inútil... ¡Ayyyy! ¡Necesito que esto termine ya!

Llegaron unos médicos que Carmen había llamado acompañado de unas enfermeras y tras dos horas de labor de parto una pequeña princesa llegaba al mundo.

- ¡Es muy hermosa! - exclamó Adele al verla...

- Si, valió la pena el dolor - lloraba su amiga toda emocionada

Ambas amigas acariciaban a la pequeña criatura mientras está succionaba el pecho materno.

- ¿Quieres tener una así? - le dijo su amiga pícaramente

- Mejor no, traen muchos problemas...- y quedó pensativa

- ¿Qué sucede?

- Hoy vi a Michelle conversando con un chico de unos dieciocho años, la edad es lo de menos, pero él no me gustó, además estaba fumando

- ¿Fumando dices? - Adele asintió - ¿Le dijiste al padre?

- No, temo que si lo haga la castigue severamente y eso la aleje más de mí

- ¿Le has cogido cariño verdad? - sonrió - ya hablas como si realmente fueras su madre.

- Ni tanto, pero no quiero que le pase nada malo, ya ella ha sufrido bastante para solo tener doce años.

- ¡Sí! ¡Tienes razón! Esa chiquita merece más amor. ¿Y qué sucedió en el fin de semana que pasaron en esa casa campestre?

- Cierto que no te había contado...

Entonces narró todo lo sucedido

- ¿Él te sostuvo en sus brazos? ¿Y qué sentiste? - estaba emocionada

- No sé decirte ...- sonrió - no quería que me soltará, quería sentir sus labios...no sé

- ¡Vaya amiga! ¡Te has enamorado!

- ¡No, como crees! Solo es el deseo...

Y entre risas pasaron un rato agradable.

Eran pasadas las diez y Adele aún no regresaba a casa... Edwin parecía fiera enjaulada caminando de un lugar a otro de la sala y mirando cada segundo su reloj de pulsera

Cierto que ella no era su esposa realmente, pero él la amaba y se preocupaba por ella.

¡Al fin decide llamarla!

- ¿Dónde estás? - le pregunto secamente

- En casa de Carmen, pasaré aquí la noche

- ¿Porqué? Estás casada y no quiero comentarios mal intencionados

- ¿Eso es lo único que te preocupa? ¿Qué no existan comentarios? - se enojó un poco

- N…No quise... yo - balbuceaba - solo quiero que regreses.

- ¡No lo haré! ¡No hoy!

- Entonces yo iré...

- No lo hagas... molestarías. Buenas noches, señor del Monte.

¿Otra vez señor? Desde el fin de semana ella estaba así, alejada de él... ¿Porqué se quedaría en casa de su amiga? Balbuceó algo y tomo su abrigo... iría él mismo a ver por qué el molestaría allí.

Condujo el auto hasta el condominio dónde vivía Carmen. Después de parquear en la calle subió y tocó el timbre principal. Adele le habría la puerta, llevaba un pijama de algodón en conjunto pulover con pantalón y unas pantuflas, también el cabello estaba recogido en una cola en la nunca ¡Y llevaba lentes! Nunca la había visto con ellos así que quedó asombrado.

- ¿Qué haces aquí? - salió y entrecerró la puerta - te dije que no vinieras.

- Quería saber por qué molesto... ¿Usas lentes?

- Son para leer... por favor vete

- ¿Porqué?

- Carmen tuvo hoy a su hija aquí en casa, necesita de mi ayuda

- Ah...¿Porqué no me dijiste?

- No somos un matrimonio real para darte explicaciones todo el tiempo de los acontecimientos de mi vida...

- Si lo sé, pero...- el llanto de un bebé interrumpió lo que iba a decir

- ¿Pero qué? - quiso saber

Edwin Entonces suspiró profundamente

- Mejor me voy, tu amiga necesita de tu ayuda

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