capítulo 16

Al día siguiente cuando Amelia llegó a la academia, se dirigió a la recepción como le había dicho el mago y una vez allí le entrego los papeles que este le había dado. La mujer que estaba a cargo de la administración, al ver el apellido Black en su formulario, rápidamente se dirigió a la oficina del director para informarle de lo sucedido. No paso mucho cuando un hombre algo robusto junto con la mujer volvieron y parándose frente a la joven este hizo una especie de reverencia.

— Saludos, Lady Black, es un gusto conocer a la hija del mago supremo.

Amelia volteó buscando también a la hija del mago, pero al ver que todos la miraban con asombro, volvió a mirar al frente y dijo.

— ¿me habla a mí?

El señor sonrió con gracia y dijo.

— Veo que es usted una jovencita encantadora. Es un honor para mí mostrarle las instalaciones de nuestro instituto personalmente.

Amelia sonrió forzadamente y al ver como el discípulo del mago intentaba contener su risa dijo en voz baja.

— Recuérdame matarlo.

Amelia siguió al director del instituto, aunque se sentía un poco incómoda con toda la atención que estaba recibiendo. A medida que recorrían las instalaciones, el director le explicaba con entusiasmo los diferentes programas de estudio, las actividades extracurriculares y las oportunidades que el instituto ofrecía a sus estudiantes.

Mientras tanto, el discípulo del mago, que la acompañaba en silencio, no podía contener su risa ante la situación. Amelia le lanzó una mirada de complicidad, recordándole que tenía una cuenta pendiente con él mago.

Después de un recorrido exhaustivo por el instituto, el director llevó a Amelia a una sala especial donde se encontraban otros estudiantes. Eran jóvenes con talento y habilidades mágicas excepcionales, y todos la miraban con curiosidad y admiración.

El director se dirigió a los estudiantes y anunció con orgullo:

— ¡Estudiantes, les presento a Lady Amelia Black, la hija del mago supremo! Estoy seguro de que su presencia en nuestro instituto será una inspiración para todos ustedes.

Amelia se sintió abrumada por la atención y los elogios. No estaba acostumbrada a ser el centro de atención y prefería pasar desapercibida. Miró al director algo apenado y dijo.

— Me gustaría mantener mi identidad en secreto. Quiero que me conozcan por quien soy, no por de que familia provengo.

El director entendiendo la situación de la chica dijo.

— Vaya, comprendo, no se preocupe señorita, ninguno de los aquí presentes diremos nada ¿no es así?

Los estudiantes asintieron en acuerdo con el director, respetando la decisión de Amelia. Comprendieron que ella quería ser valorada por sus propias habilidades y no ser juzgada por su linaje.

Amelia agradeció la comprensión y el apoyo de todos. Se sintió aliviada al saber que podría mantener su identidad en secreto y ser tratada como cualquier otro estudiante.

Una vez el director marchó los estudiantes la invitaron a participar en su conversación y uno de ellos dijo

— ¿Enserió tu padre es Mágnum Black?

— ¿Oye que no escuchaste? La señorita no quiere que la relacionen con ese tema. ¿No es así?

Amelia sonrió forzadamente y solo agregó

— No es eso. Solo quiero que no me teman— Sofía sabía que el mago era temido por los seis imperios que convivían en la isla de Maui, es por eso que dijo lo primero que se le vino a la mente.

Los chicos asintieron comprendiendo la situación y una de ellos dijo.

— Pero... ¿Es verdad todo lo que se dice de él?

Amelia suspiró y decidió que ya no podía ser honesta con sus compañeros así qué sólo agregó algunas mentiritas mas a su historia. Sabía que el mago tenía una reputación temible, pero también sabía que había muchas historias exageradas y malentendidos sobre él.

— Mi padre, Mágnum Black, es un mago poderoso y respetado. Es cierto que ha enfrentado muchos desafíos y ha tenido que tomar decisiones difíciles en su vida. Sin embargo, también es un hombre compasivo y justo. Muchas de las historias que se cuentan sobre él están distorsionadas o exageradas. Es importante no dejarse llevar por los rumores y juzgar a alguien sin conocerlo realmente.

Los estudiantes escucharon atentamente las palabras de Amelia y asintieron en comprensión. Sabían que no debían dejarse llevar por los prejuicios y estereotipos, y que cada persona merecía ser juzgada por sus propias acciones y carácter.

Los jóvenes siguieron hablando de diferentes temas sin saber todo lo que ya se decía de Amalia por los pasillos.

El príncipe de Sintra cuando por fin llegó a la academia, escucho como todo el mundo hablaba de la hija del mago, volteó a ver a su amigo el joven duque de Leber y dijo.

— ¿Tú sabes de lo que hablan?

— Por supuesto alteza, este año el mago supremo envío a su hija a la academia.

—¿Hija? ¿tú sabías que el mago Black tenía una hija?

— Nadie lo sabía, es por eso que todos están vueltos locos con la noticia.

— Y dime ¿ya la viste?

— No, pero se dice que su aura es igual de intimidante.

El príncipe de Sintra se sintió intrigado por las palabras del joven duque de Leber. Aunque no conocía personalmente al mago Mágnum Black, había oído hablar de su poder y reputación. La idea de que tuviera una hija en la academia despertó su curiosidad.

Mientras caminaban hacia el comedor, el príncipe reflexionó sobre lo que acababa de escuchar. Sabía que no debía dejarse llevar por los rumores y prejuicios, pero también entendía que la reputación de su padre podía influir en cómo la gente percibía a Lady Black.

Al llegar al comedor, el príncipe buscó con la mirada a Lady Black entre los estudiantes. Pero de pronto otra señorita le llamó mas su atención, está era la joven que le había ayudado en el bosque, la vio sentada en una mesa con algunos compañeros, riendo y conversando animadamente. Su presencia parecía destacar entre los demás, pero no por su linaje, sino por su carisma y energía.

El príncipe decidió acercarse a la señorita y saludarla. Quería conocerla un poco más ya que ella no le había dado la oportunidad anteriormente de conocerse.

Amelia, al notar la presencia del príncipe, se hizo la sorprendida y levantándose de su asiento dijo.

— Alteza, no esperaba encontrarlo aquí también.

— Lo mismo digo, ¿se siente mejor?

Amelia asintió y el príncipe solo sonrió. El príncipe al ver las miradas curiosas volteó y saludo a los chicos que miraban a ambos y dijo.

— Buenas tardes...

Los magos al darse cuenta de que todos estaban mirando al príncipe fijamente se levantaron de su asiento y se inclinaron ante el príncipe. Amelia al ver esto invito al príncipe a tomar asiento y al ver que el príncipe asintió el joven

duque Leber dijo.

— ¿Alteza, usted ya conocía a la hija del mago Black?...

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