capítulo 4

El mensaje decía: "Sofía, no puedes escapar de mí. He tomado el control de tu historia y no te permitiré cambiar el destino que he creado. Prepárate para enfrentar las consecuencias de tus acciones".

Sofía se quedó atónita al leer el mensaje. No podía creer que la villana hubiera tomado el control de su computadora y estuviera amenazándola. Se sentía impotente y asustada, pero también determinada a recuperar el control sobre su historia.

Decidió no responder al mensaje y en su lugar, se comunicó de inmediato con los expertos en tecnología. Les explicó la situación y les mostró el mensaje que había recibido. Esperaba que pudieran ayudarla a resolver este problema y recuperar el control de su historia.

Los expertos se mostraron sorprendidos por lo que estaba sucediendo, pero se comprometieron a ayudar a Sofía. Programaron una reunión urgente para discutir el problema y buscar posibles soluciones.

Sofía sabía que no podía escapar de la situación y que debía enfrentarla de frente, estaba determinada a recuperar el control de su historia y asegurarse de que el destino de sus personajes estuviera en sus manos, no en las de la villana.

Sofía decidió enfrentar a la villana directamente. Sabía que no podía permitir que alguien más controlara su historia y decidiera el destino de sus personajes. Estaba dispuesta a luchar por su creatividad y su libertad como autora.

Primero, se preparó mentalmente para enfrentar a la villana. Recordó que ella era la creadora de la historia y que tenía el poder de dar forma a sus personajes y su trama. Se recordó a sí misma que era valiente y capaz de superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

Luego, se armó de coraje y decidió confrontar a la villana directamente. Abrió un nuevo documento en su computadora y comenzó a escribir una carta dirigida a la villana. Expresó sus sentimientos y su determinación de recuperar el control de su historia. Le recordó a la villana que ella era la autora y que tenía el poder de decidir el destino de los personajes.

No había terminado de escribir los últimos párrafos de su descargo cuando la respuesta de la villana apareció frente a sus ojos.

Sofía se sorprendió al ver la respuesta de la villana tan rápidamente. Su corazón latía con fuerza mientras leía las palabras amenazantes en la pantalla de su computadora. La villana parecía desafiante y decidida a mantener el control sobre la historia.

Amalia — Autora, has sido muy cruel conmigo, por años me has hecho pagar por las acciones de personas ambiciosas que solo deseaban mi poder y estatus, tú te encargaste de arruinar mi vida, es momento de que pagues por lo que me has hecho.

Sofía se sintió impactada por las palabras de la villana. Parecía que había una historia más profunda detrás de su comportamiento y resentimiento. Aunque estaba dolida por las acusaciones, Sofía decidió responder con empatía y comprensión.

Sofá— Amalia,

Entiendo que te sientas herida y enfadada por lo que has experimentado en el pasado. Sin embargo, quiero que sepas que nunca fue mi intención hacerte daño. Como autora, mi objetivo siempre ha sido crear una historia interesante y cautivadora.

Reconozco que puede haber habido personajes y situaciones en la historia que te hayan afectado personalmente. Pero debes entender que los personajes y eventos son ficticios y no están basados en personas reales. Mi intención nunca fue dirigir mi escritura hacia ti específicamente...

Amalia — ¿Ficticios? Ya veo, ahora entiendo por qué decidiste hacerme vivir todo ese tormento, tú creías que solo era un personaje más de tu imaginación. Muy bien, veamos si sigues pensando lo mismo, después de que tomes mi lugar...

La luz de la pantalla de su computadora brilló y como si fuese una especie de portal, Sofía ingreso en la historia.

Amalia por su parte solo sonrió y dijo.

— Buena suerte autora, la necesitará...

En las afueras de Apophis, una joven doncella caminaba de regreso a su hogar cuando de pronto sintió como su cuerpo perdía fuerte y sin poder evitarlo se desvaneció. Su padre quien se encontraba arando a las ovejas, a lo lejos vio esto y corrió en su dirección, rápidamente tomó a la niña en brazos y llevándola hacia su hogar, entró con desesperación. En una de las habitaciones de la choza, Gregorio pasa un paño húmedo por la frente de su hija. No entendía por qué se había desmayado, pero esta situación lo alarmaba de por demás. Mientras que atendía a su hija inconsciente, las puertas de la habitación se volvieron a abrir, dejando entrar a una Lizbeth muy asustada. Al ver a su hija tan pálida tendida en su cama, Lizbeth preguntó con horror.

— ¿Que pasó? ¿Qué le pasó a mi niña?

Gregorio, quien aún se preguntaba qué le había pasado a su pobre hija, contestó algo nervioso.

—No lo sé, mujer. Veníamos de camino de regreso y de pronto se desmayó. No entiendo bien qué pasó.

Luego de unas horas la joven volvió a despertar, pero al ver donde se encontraba empezó a entrar en pánico. Sofía no sabía cómo, ni por qué que, pero Amalia había encontrado la manera de meterla en la historia, se preguntaba internamente si a esto se refería cuando dijo eso de tomar su lugar. De pronto sus pensamientos se vieron interrumpidos por la mujer que se encontraban hasta hacía unos instantes recostada en sus piernas.

— Cariño, despertaste, ¿cómo te sientes? ¿Qué te paso? ¿Por qué te has desmayado?

Gregorio, al ver a su esposa tan desesperada, solamente sonrió cálidamente y apoyando su mano en la de ella, dijo.

— Basta cariño, deja a la niña tranquila. No ves que aún se debe sentir débil.

Sofía, aún sin comprender bien todo lo que estaba sucediendo, miró a ambos y dijo con tranquilidad.

— Tranquilos, estoy bien. Fue solo una bajada de azúcar, no se preocupen por mí, ahora descansaré un momento.

Lisbeth, al escuchar las palabras de su hija, quiso contradecirla, pero Gregorio, al ver que su niña aún estaba algo agotada, dijo.

— Vamos cariño, dejemos a nuestra hija descansar tranquila, ya vimos que está bien, descansa mi niña, luego vendremos por ti para despertarte para la cena.

Sofía solamente asintió, y acomodandose nuevamente en su cama, se hizo a la dormida hasta que ambos se fueron. Una vez salieron, empezó a golpear el colchón frustrada y dijo.

— No, no, no, no, esto no puede ser, Amália, ¿qué has hecho?

Y sin que ella lo esperara una voz contestó en su cabeza.

— Te otorgué mi lugar, será divertido ver como luchas por sobrevivir. Buena suerte autora, al contrario de lo que piensas yo si quiero que vivas feliz.

Sofía quedó impactada por esto y al entender sus palabras dijo.

— Esto no puede ser Verdad, vamos Sofía despierta...

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