capítulo 9

Una vez dejo al lobo lejos del grupo con el que ella iba, dejando atrás al lobo inconsciente, volvió junto con sus hermanos.

Amalia se sentía frustrada por no poder controlar su don de manipulación como la villana le había sugerido. Sin embargo, no tenía tiempo para lamentarse, ya que debían seguir avanzando hacia la Torre Mágica. Mientras más rápido llegara, más rápido se iría de ese lugar, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió como unos enormes brazos la rodeaba y sujetando sus brazos y tapando su boca con un pañuelo la durmieron dejándola inconsciente.

Por otro lado sus hermanos, el duque y los soldados al despertar y ver que la chica no estabaentraron en pánico. Buscaron desesperadamente a Amalia por los alrededores, pero no encontraron rastro de ella. El duque Cisneros ordenó a sus hombres que se dispersaran y buscaran cualquier indicio de su paradero.

La preocupación y el miedo se apoderaron de Eric y Dylan. No podían entender cómo Amalia había desaparecido tan repentinamente. Temían lo peor y se culpaban a sí mismos por no haberla protegido adecuadamente.

Mientras tanto, Amalia despertó en una habitación oscura y desconocida. Estaba atada y no podía moverse. Miró a su alrededor, tratando de entender dónde se encontraba y quién la había secuestrado.

De repente, la puerta se abrió y una figura encapuchada entró en la habitación. Amalia sintió un escalofrío recorrer su espalda al ver los ojos fríos y maliciosos de su captor.

— ¿Qué es lo que buscas en estas tierras?

Amalia miró fijamente al captor, tratando de ocultar su miedo y mantener la calma.

— No sé de qué estás hablando —respondió con voz firme—. Solo estamos perdidos. No tenemos intención de causar problemas.

El captor soltó una risa burlona y se acercó lentamente a Amalia.

— No me engañas, señorita. Sé quién eres y sé lo que eres capaz de hacer. Tus habilidades son muy valiosas para mí...

Amalia frunció el ceño, confundida por las palabras del captor.

— No entiendo de qué estás hablando. No tengo habilidades especiales. Solo quiero encontrar a mis hermanos y regresar a casa.

El captor se acercó aún más, sus ojos llenos de curiosidad

— No te hagas la inocente. He visto lo que puedes hacer. Eres capaz de manipular la neblina, de controlar a las bestias. Eso es algo que no puedo ignorar.

Amalia se quedó sin palabras. No podía creer lo que estaba escuchando. ¿Cómo sabía este hombre sobre su don de manipulación? ¿Quién era él y qué quería de ella?

Antes de que pudiera hacer más preguntas, se escucharon ruidos provenientes del pasillo. Los hermanos de Amalia, el duque Cisneros y sus hombres habían llegado a la habitación.

El captor se giró rápidamente, sorprendido por la llegada del grupo. Sin embargo, no parecía intimidado.

— Así que finalmente decidieron unirse a la fiesta. Estaba esperando este momento.

El duque Cisneros avanzó hacia el hombre, pero al reconocer al mago supremo se detuvo.

Por otro lado los hermanos de Amalia, al verla atada en el suelo miraron furiosos al hombre y acercándose a él de forma peligrosa dijeron.

— ¿Quién eres y qué quieres de nosotros? —preguntó Eric con voz firme.

El mago sonrió y contestó con desdén.

— De ustedes nada, no son valiosos, pero de ella...

El mago señaló a Amalia, quien estaba atada en el suelo, y continuó hablando con una sonrisa en sus labios.

— Ella es especial. Tiene un poder que puede cambiar el curso de la historia. Y yo, como mago supremo, necesito ese poder para mis propios fines.

Dylan apretó los puños, lleno de rabia ante las palabras del mago.

— No permitiremos que lastimes a mi hermana.

El mago soltó una carcajada burlona, pero antes de que las cosas se pusieran color hormiga.

El joven duque Cisneros intervino, tratando de calmar la situación.

— Será mejor que todos nos calmemos. Nosotros hemos venido en busca de su ayuda, mago...

El mago supremo arqueó una ceja, sorprendido por las palabras del duque Cisneros.

— ¿En busca de mi ayuda? ¿De qué se trata?

Eric al ver que nadie hacía nada para desatar a su pequeña hermana, dijo.

— Primero suelte a mi hermana.

El mago sonrió de lado, por la valentía de ambos jóvenes, o mejor dicho estupidez al creer que ellos podrían hacer algo contra él. Si tomarle mucha importancia, chasqueo sus dedos y las sogas mágicas que mantenían cautiva a Amelia desaparecieron. Una vez Amalia fue liberada el mago miró en dirección de la chica y dijo.

— La escuchó, ¿por qué necesita de mi ayuda?

El duque Cisneros tomó la palabra y explicó la situación con calma.

— Magno Mago, hemos venido en busca de tu ayuda porque Amalia posee un poder especial. Ella tiene la capacidad de controlar y manipular la magia de una manera única. Pero ese poder también la hace vulnerable a aquellos que desean utilizarla para fines oscuros. Como sabrá en Apophis, luego de la caída de la bruja albina, ya los magos no son bien recibidos en nuestro imperio...

El mago supremo frunció el ceño, considerando las palabras del duque Cisneros.

— ¿Y por qué debería ayudarlos? ¿Qué garantía tengo de que no están tratando de engañarme?

Eric intervino rápidamente, con determinación en su voz.

— No estamos tratando de engañarte, mago supremo. Estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para proteger a Amalia. Si necesitas pruebas de nuestra sinceridad, estamos dispuestos a someternos a cualquier prueba que consideres necesario.

El mago observó a los jóvenes con detenimiento y evaluando su sinceridad.

— Muy bien, duque Cisneros. Acepto tu petición de ayuda. Pero recuerden, no toleraré traiciones ni juegos. Si descubro que han sido deshonestos, no dudaré en retirar mi ayuda.

Con el acuerdo establecido, el mago supremo y el grupo se prepararon para dirigirse a la torre mágica, pero quien no estaba convencida en esos momentos de haber tomado la mejor decisión, era Amalia. Ella había decidido ir a la torre para poder hacerse del medallon mágico que anularía el hechizo que la verdadera villana había puesto en ella y que en estos momentos la mantenía cautiva en esa secuela de su historia, pero ahora que había conocido al mago, no estaba tan segura de que este la ayudara así como así...

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