Luego de esa conversación, el duque tardo dos días en volver al ducado. En cuanto llego pidió audiencia con su padre, cuando amos estuvieron solos le comentó lo que el mago le había dicho.
El duque miró a su hijo seriamente mientras este hablaba y una vez acabó dijo.
— Entiendo la postura del mago, por años he visto como los magos han sido casados y los pocos que nacen en la nobleza, ocultan sus habilidades para no se perseguidos o tratados injustamente. Pero... no creo que los nobles y el emperador este desacuerdo con esto.
Marcus asintió porque sabía que esa era una gran posibilidad, puesto que la familia imperial odiaba a los magos, nadie sabía bien por qué tanto resentimiento, pero era de conocimiento que tanto el emperador como sus predecesores, habían tratado de forma injusta a todos los magos luego de la caída de la bruja albina.
El duque suspiró y continuó hablando:
— Marcus, entiendo que quieras luchar por los derechos de los magos, pero debemos ser cautelosos. Si el emperador y los nobles descubren tus intenciones, podrían tomar represalias contra nosotros y nuestro ducado. No podemos arriesgarlo todo por una causa incierta.
Marcus frunció el ceño, frustrado por la respuesta de su padre. Sabía que tenía razón en cuanto a los peligros, pero no podía quedarse de brazos cruzados mientras los magos sufrían injusticias.
— Padre, entiendo tus preocupaciones, pero no puedo ignorar la injusticia que se comete contra los magos. Si no hacemos algo al respecto, ¿quién lo hará? No podemos permitir que sigan siendo perseguidos y ocultando sus dones.
El duque reflexionó por un momento, mirando fijamente a su hijo. Finalmente, asintió con resignación.
— Marcus, eres mi hijo y confío en tu juicio. Si crees que debemos actuar, lo haremos juntos. Pero debemos ser cuidadosos y planificar cada paso. No podemos permitir que nuestro ducado sufra las consecuencias.
El joven duque miró agradecido a su padre y luego se pidieron a discutir de otros temas.
****
Amelia se encontraba en la biblioteca estudiando como lo hacía todas las noches cuando de pronto el mago ingresó.
Levantó la mirada y al ver el rostro serio de Mágnum dijo.
— ¿Qué sucede?
— Llego el momento, ya estás más que lista para lo que viene y solo falta dos meses para que la trama de la historia de Amelia empiece. Debes prepárate ira a la academia.
— Pero...
— Sofía, ya hemos hablado de esto, si quieres ganar esta vez debes hacerte de amigos poderosos y solo allí los encontrarás.
— Pero...
— Si no vas, no podremos asegurar nuestra victoria.— el mago caminaba de un lado a otro mientras hablaba y ni siquiera prestaba atención a lo que Sofía quería decirle.
— Pero...
— Ahí podrá...
— ¿Me dejarás hablar?— Mágnum volteó a verla con el ceño fruncido y Sofía solo agregó— por favor.
— Habla.
— Gracias, bien antes de venir aquí vi algo de lo que la villana planeaba no fue mucho, pero creo que podría ser de utilidad.
— ¿Qué viste?
— No lo diré, ella me vigila y si de algo me he dado cuenta en este tiempo que llevo aquí es que yo soy autónoma, tal vez ella esté controlando la trama de esta historia, pero yo estoy escribiendo mi destino.
Mágnum miró seriamente a la chica y con una sonrisa en sus labios agregó.
— Veo que eres muy observadora, me preguntaba ¿cuándo te ibas a dar cuenta de ese detalle?
— ¿Tú los sabías?
— Lo sospechaba, no es casualidad que tu Don principal sea el de la manipulación.— Sofía miró al mago con el ceño fruncido y este agregó — Pero aun así no debes confiarte, tú un no eres una maga, apenas llegas a aprendiz.
Sofía se cruzó de brazo y con una expresión de enojo dijo.
— Pues le he ganado a todos los contrincantes que me has puesto...
— Plebeyos y campesinos, si te pusieras a entrenar con algunos de mis discípulos no hubieras adquirido la confianza y fuerza necesaria que necesitas para esta batalla.— Sofía abrió su boca para refutar, pero el mago agregó.— Ahora dime ¿Viste algo importante no es así?
— Si, y si no parto mañana mismo no podre Salvarlo.
Mágnum observó a la chica en silencio y espero que esta le contará lo que había visto, pero al ver que ya no diría nada más suspiró y contestó.
— Muy bien, Sofía. Si has visto algo importante, debemos actuar rápidamente. Mañana partirás hacia la academia y te asegurarás de obtener la información necesaria para salvarlo. Pero recuerda, no te confíes. Aunque tengas habilidades especiales, aún eres una aprendiz y debes estar preparada para enfrentar cualquier desafío. Te proporcionaré todo el apoyo que necesites, pero también debes esforzarte por mejorar tus habilidades. Juntos, podemos cambiar el destino de esta historia.
Sofía suspiró y luego de una pausa dramática dijo.
— El príncipe Heredero de Sindra, el muere de camino a la academia...
Mágnum frunció el ceño y se acercó a Sofía con interés.
— ¿Estás segura de lo que dices? Eso podría cambiar por completo el curso de los acontecimientos. ¿Cómo obtuviste esa información?
Sofía miró al mago con resignación y luego de un suspiro habló.
— Vi un fragmento de la trama mi computadora. La villana planea sabotear el viaje del príncipe y asegurarse de que no llegue a la academia. Cuando eso sucede el emperador de Apophis declaran la guerra a Sindra y así no solo se adueñan de su imperio, si no que se vuelven el imperio con más tierras en la isla de Maui.
Mágnum miró seriamente a Amelia ante la gravedad de la situación y solo agregó.
— Si eso sucede no podremos ser libres, ¿quién se enfrentaría a un imperio que tiene la fuerza militar más grande de toda la isla?
Sofía asintió, comprendiendo la magnitud de las consecuencias.
— Exactamente, Mágnum. Si permitimos que la villana tenga éxito en su plan, no solo el príncipe estará en peligro, sino también todo el reino de Sindra. El imperio de Apophis se volverá aún más poderoso y nadie se atreverá a enfrentarlos. Necesitamos evitarlo a toda costa.
Mágnum frunció el ceño, pensativo.
— Esta es una situación mucho más complicada de lo que imaginaba. No solo debemos proteger al príncipe, sino también evitar una guerra entre los imperios. Sofía, necesitaremos un plan sólido y aliados confiables para enfrentar esta amenaza. No podemos hacerlo solos.
Sofía asintió, determinada a encontrar una solución.
— Estoy de acuerdo, Mágnum. Necesitamos buscar aliados en otros reinos, tal vez en la academia los encuentre.
Mágnum asintió y luego de eso solo agregó.
— Muy bien, entonces esto es lo que aremos...
Mágnum le empezó a contar sobre su plan y como debía acercarse al príncipe para que luego de su primer encuentro no la olvidara...
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