capítulo 10

Amalia caminaba junto al grupo hacia la torre mágica, pero su mente estaba llena de dudas y preocupaciones. A pesar de su deseo de liberarse del hechizo que la mantenía cautiva, la presencia del mago supremo había sembrado la semilla de la desconfianza en su interior.

Mientras caminaban, Amalia decidió acercarse al mago y dijo.

— Me gustaría hablar con usted a solas.

Mágnum detuvo su paso y mirando detenidamente el rostro de la chica dijo.

— Interesante, ver lo que tú has visto.— Amalia sin entender bien del todo sus palabras volvió a escuchar al mago hablar— Lo haremos cuando lleguemos, no falta mucho.

Amalia asintió, aunque todavía se sentía insegura. Continuaron caminando hacia la torre mágica en silencio, mientras la curiosidad y la incertidumbre se mezclaban en su mente.

Finalmente, llegaron a la entrada de la imponente torre. El mago supremo hizo un gesto con la mano, abriendo las puertas de par en par. El grupo entró en la oscuridad de la torre, guiados por la tenue luz de las antorchas que iluminaban el camino.

Amalia aprovechó el momento para acercarse nuevamente al mago supremo y le pidió con determinación.

— Magno Mago, por favor, necesito hablar contigo a solas. Hay algo que debo entender antes de continuar.

El mago supremo la miró con seriedad, pero asintió y se apartó del grupo. Caminaron unos pasos más adentrándose en la torre hasta encontrar una pequeña sala apartada de los demás.

Una vez allí, Amalia dijo.

— Necesito que me preste su reliquia que anula...

— No, esta vez tendrás que aprender a sobrevivir en el mundo que tú misma has creado.

Al decir aquellas palabras, Sofía abrió grandes sus ojos y Mágnum sonrió ampliamente.

— ¿Quién crees que ayudó a la verdadera Amalia a prestarte aquí?

— Tú... ¿Lo sabes?

El mago supremo asintió con una sonrisa enigmática.

— Así es, Amalia. Fui yo quien ayudó a la verdadera Amalia a traerte aquí. Sabía que necesitarías liberarte del hechizo que te mantiene cautiva y que tarde o temprano vendrías aquí. No puedo darte la reliquia que anula el hechizo, porque solo tú tienes el poder de cambiar la situación del imperio. Como ya viste, a raíz de la muerte de Amalia todos los magos sufrimos por tus decisiones, es por eso que ella decidió crear un bucle de tiempo, guardó parte de sus memorias en su subconsciente y cuando llegó a la madurez y está historia empezó a desarrollarse ella decidió traerte a ti.

Amalia se quedó sin palabras, procesando la información que el mago le estaba dando, hasta que de pronto dijo.

— Espera un momento, dices que no podre volver?

El mago supremo suspiró y miró a Amalia con compasión.

— Lamentablemente, Amalia, no puedo garantizarte que puedas volver a tu mundo anterior. El bucle de tiempo que creó la verdadera Amalia tiene sus propias reglas y limitaciones. Tu presencia aquí es parte de ese bucle y puede que no haya una forma directa de regresar. Sin embargo, eso no significa que no puedas encontrar una forma de liberarte y encontrar tu propio camino en este nuevo mundo.

Amalia sintió una mezcla de desesperación y angustia. No poder volver a su mundo anterior era una noticia difícil de aceptar, pero aun así buscaría la manera de salir de ese lugar. De pronto una idea se le cruzó por la mente y dijo.

— Déjame ver si entendi, ¿tengo que corregir esta historia para así podre volver a mi mundo…?

El mago supremo asintió con seriedad.

— Efectivamente, Amalia. Para tener la posibilidad de regresar a tu mundo anterior, debes corregir los errores y desafíos que se presentan en esta historia. Tu presencia aquí es una oportunidad para enmendar el pasado y cambiar el rumbo de los acontecimientos. Si logras superar los obstáculos y encontrar la solución adecuada, podrás liberarte del hechizo y regresar a tu mundo.

Amalia reflexionó sobre las palabras del mago supremo. Sabía que no sería fácil, pero estaba dispuesta a hacer todo lo posible para encontrar una forma de corregir la historia y regresar a su hogar.

— Entiendo. Haré todo lo que esté a mi alcance para corregir esta historia y encontrar una forma de regresar a mi mundo. No puedo permitir que el hechizo me mantenga atrapada aquí para siempre.

El mago supremo sonrió con aprobación.

— Muy bien tendrás que trabajar duro si quieres recuperar él tronó...

— ¿Qué? ¿él trono?

A las afueras de la oficina del mago los hermanos de Amalia estaban algo alterados, Eric quien era el más ansioso de los hermanos de pronto dijo.

— Iré a ver que sucede...

— Te acompaño hermano...

El duque al ver esto dijo.

— Soldados, quédense tranquilos.

Dylan estaba por desafiar su autoridad, cuando de pronto vio venir. su hermana junto con el mago.

— ¿Hermana estás bien?

Amalia quien se encontraba algo aturdida por toda la información que le había dado Mágnum solo asintió y dijo.

— Si tranquilos.

Los jóvenes al ver que su pequeña hermana se encontraba algo extraña miraron mal al mago y este con una sonrisa en sus labios habló.

— Será mejor que vayan a descansar, señorita Amalia empezamos mañana con su entrenamiento.

Y antes de que alguien pudiera decir algo más el mago desapareció del lugar. Pronto un discípulo llego y al ver a todos reunidos dijo.

— Buenas noches, Síganme por favor...

Sin más remedio todos siguieron al discípulo, y mientras esto sucedía, Sofía, iba aturdida, no podía creer lo que el mago le había dicho. Según lo que había entendido, Amalia quería que ella recuperara su trono y revirtiera todo lo que ella había hecho en la historia original, es ahora que entendía todo lo que había visto en esos pocos capítulos que la villana había creado. Ella estaba decidida en hacerla vivir, todo lo que ella había vivido en sus historias. El mago le había dicho que solo tenía, seis meses para prepararse, puesto que pronto la trama de la nueva historia empezaría y tenía que estar lista para ese momento o lo más probable era que no logrará sobreviví.

Con todo eso en mente siguió hasta la habitación que el joven le indicaba y sin despedida de nadie entró. Sus hermanos al verla así fruncieron sus rostros y Dylan fue el primero en hablar.

— ¿Qué crees que le habrá dicho?

— No lo sé, pero mañana lo averiguaré, ahora vamos a descansar, el viaje fue largo.

Dylan solo asintió, pero al igual que su hermano estaba preocupado por Amelia, ya no estaban tan seguros de que déjala allí, fuera la mejor decisión...

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