capítulo 7

Los hermanos de Amalia la acompañarían hasta la torre mágica, habían pedido permiso en el ducado para poder ausentarse unos días. El duque al recibir esta petición mando a llamar a los soldados y preguntó cuál era la razón por la cual sus mejores hombres necesitaban ausentarse.

Los hermanos de Amalia, Dylan y Eric, se presentaron ante el duque con respeto y explicaron la situación con sinceridad. Le contaron sobre los poderes mágicos de Amalia y cómo habían descubierto que existía una maldición que afectaba su salud. Explicaron que necesitaban llevar a Amalia a la Torre Mágica para buscar ayuda y aprender a controlar sus poderes.

El duque escuchó atentamente y frunció el ceño, mostrando su preocupación. Sabía que los portadores de magia eran perseguidos en el imperio y que su existencia era considerada una amenaza. Sin embargo, también entendía la importancia de proteger a sus ciudadanos y asegurarse de que recibieran la ayuda necesaria.

Después de un momento de reflexión, el duque asintió y dio su permiso.

— Comprendo la gravedad de la situación y la necesidad de buscar ayuda en la Torre Mágica —dijo el duque—. Les concedo permiso para ausentarse y llevar a su hermana Amalia a donde sea necesario. Pero creo que es mejor que los acompañe.

Ambos hermanos miraron con seriedad al duque y antes de que estos pudieran decir algo, agregó.

—Será difícil salir del imperio si no tienen ningún encargo que los dirija hacia la Torre, y mucho menos si no cuentan con título.

Eric miró al duque y aun sabiendo que tenía razón dijo.

— Lo sabemos su excelência. Pero no podemos pedir algo así.

— Mi hermano tiene razón, veremos que hacer al llegar...

— De ninguna manera, quiero que mis dos hombres regresen con bien, además van en compañía de una jovencita. No pueden ser imprudentes.

— Pero señor, usted no ha estado muy bien de salud. No soportará el viaje...

Antes de que alguien pudiera decir algo más. El joven duque, Marcus, interrumpió la conversación con determinación en su voz.

— De ninguna manera, padre. Aún estás débil y no puedes emprender un viaje tan arriesgado.Yo asumire la responsabilidad y asegurarme de que lleguen a salvo a la Torre Mágica.

El duque mayor miró a su hijo con orgullo y aceptación.

— Marcus, entiendo tu preocupación y aprecio tu valentía. Confío en que co tu ayuda estos muchachos lleguen a salvo a la torre. Acepto tu propuesta y te encomiendo esta misión.

Los hermanos de Amalia asintieron en agradecimiento y reconocimiento hacia Marcus.

Al día siguiente, Marcus, Dylan, Eric y Amalia se prepararon para partir hacia la Torre Mágica. El duque mayor les dio su bendición y les deseó éxito en su misión.

Por otro lado, Amalia desde que habían llegado el día anterior solo espero a que sus hermanos terminaran con sus obligaciones y luego así poder continuar con su viaje, pero cuando estaban a punto de partir le sorprendió ver al joven duque Cisneros. Sin poder apartar la mirada del apuesto pelinegro se ruborizó cuando este camino directamente en su dirección y sonrió al ver como la chica lo miraba. Dylan quien se había percatado de las miradas que le echaba su hermana al duque frunció su ceño y dijo.

— ¿Hermana, que tanto miras?

Amalia, quien aún no salía de la nebulosa dijo.

— El hermoso paisaje...

Eric al escuchar esto también frunció su rostro y dijo.

— Es hora de irnos. Tu hermana iras conmigo.

Sin darle tiempo a decir nada más, Amalia fue arrastrada prácticamente hasta llegar al caballo de su hermano,, pero mientras que este la depositaba suavemente en la silla de montar dijo.

— Quita esa cara o me harás cometer una locura.

Amalia miró a Eric con sorpresa y confusión mientras se acomodaba en la silla de montar. No entendía por qué su hermano estaba tan serio y parecía tan preocupado.

— Eric, ¿qué te sucede? ¿Por qué estás tan tenso? —preguntó Amalia, buscando respuestas en los ojos de su hermano.

Eric suspiró y bajó la mirada por un momento antes de responder.

— Amalia, sé que eres joven y que puede ser emocionante conocer a personas nuevas, pero debes tener cuidado. No todos son lo que parecen y no quiero que te hagan daño.

Amalia se sintió conmovida por las palabras de su hermano y asintió con comprensión.

— Entiendo tu preocupación, Eric, pero debes confiar en mí. Sé cuidar de mí misma y tomar decisiones adecuadas. Además, el duque Cisneros ha demostrado ser amable y respetuoso. No creo que haya nada de qué preocuparse.

Eric la miró fijamente por un momento y luego suspiró nuevamente.

— Está bien, Amalia. Confío en ti, pero por favor, mantente alerta y no te dejes llevar por las apariencias. Tu seguridad es lo más importante para mí.

Amalia sonrió y asintió, agradecida por el amor y la preocupación de su hermano.

— Lo prometo, Eric. Estaré atenta y cuidaré de mí misma. Ahora, vamos, no podemos retrasar más nuestro viaje.

Con esas palabras, el grupo se puso en marcha, con Amalia montando junto a Eric y el duque Cisneros siguiéndolos de cerca. A medida que avanzaban, Amalia no podía evitar sentirse emocionada por las aventuras que les esperaban,

Pero también estaba consciente de los posibles peligros que podrían encontrar en su camino hacia la Torre Mágica. Miraba a su alrededor, observando el paisaje que se extendía ante ellos: colinas verdes, ríos cristalinos y bosques frondosos.

El duque Cisneros, montando elegantemente a su lado, notó la expresión de emoción en el rostro de Amalia y sonrió.

— Estoy seguro de que este viaje nos deparará muchas aventuras emocionantes, hermana. Pero recuerda, debemos estar preparados para cualquier desafío que se presente.

Amalia asintió, agradecida por las palabras de su hermano Dylan.

— Tienes razón, hermano. No debemos subestimar los peligros que nos esperan. Estoy lista para enfrentar lo que sea necesario para llegar a la Torre Mágica.

Eric, que había estado escuchando la conversación, intervino.

— Amalia, recuerda que estamos juntos en esto. Siempre estaremos ahí el uno para el otro, pase lo que pase.

Amalia sonrió y asintió, sintiéndose reconfortada por las palabras de su hermano.

— Gracias, Eric. Sé que puedo confiar en ti y en Dylan. Juntos superaremos cualquier obstáculo que se nos presente.

Los tres hermanos sonrieron y avanzaron por los caminos...

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