Lucie y el profesor de Matemáticas

Lucie

Yo soy Lucie. Una universitaria en su último año de la carrera de enfermería.

Me gradué de secundaria a los 16. Y si todo marcha bien, en este año me graduaré de la universidad a los 20.

Mi cumpleaños es en septiembre. Estamos en junio así que todavía tengo 19.

Soy la más menor de entre mis amigos en la universidad, aunque eso realmente no es relevante. Mi mejor amiga Sofie es solo un año mayor que yo, y mi otra mejor amiga Julie es un año mayor que ella. Si ellas fueran incluso 10 años mayor que yo, eso seguiría siendo igual de irrelevante para mí.

Las relaciones entre personas no necesariamente deben tener un límite de edad, ¿saben? Aunque supongo que dirán que es común que alguien como yo piense así, debido a que mi novio es un par de años mayor que yo... Así es, mi novio Leo. Él tiene 34 años. Así qué solo tiene 15 años más que yo. Tampoco es demasiado, ¿okay?

Y todavía no les cuento la mejor parte...

Leo, además de ser mi novio, es uno de mis profesores en la universidad. Específicamente el de matemáticas.

La edad de una persona pierde todo tipo de relevancia al momento de enamorarse. Independientemente de quién te enamores. Pero eso solo lo comprendí cuando conocí a Leo... Vi en él lo que jamás había logrado ver en alguien más. Supongo que él seria como mi media naranja, o mi amor a primera vista como le dicen.

Sin duda alguna el destino me hizo encontrarme con él.

Aunque, el destino, a veces no es bastante claro cuando trata de decirte que algo no está yendo del todo bien...

Los últimos días Leo ha estado comportándose de una manera extraña. De la noche a la mañana sentí como si él ya no fuera el mismo. Tal vez exagero, pero, no miento al decir que Leo ahora se comporta distinto conmigo. No sé qué es lo que le pasa, pero, él... está evitándome. Incluso cuando estoy en su clase. Cuando lo observo y él se da cuenta de que lo estoy mirando, se pone nervioso y aparta la mirada, y luego actúa como si nada hubiera pasado.

He tenido mis dudas estos últimos días, pero, aún no le he preguntado qué es lo que en realidad le sucede.

Hablé con julie y Sofie sobre el asunto, y las dos están de acuerdo en qué lo mejor sería preguntárselo a él directamente. Sin embargo, no puedo evitar sentir miedo a su respuesta... Quisiera estar para siempre al lado de Leo pero... ¿Cómo reaccionaría si él me dijera que ya no quiere estar conmigo?

Fuu, ¡soy un verdadero desastre!

¿Qué debería hacer? Julie me obsequio dos boletos para invitar a Leo al zoológico pero, ¿debería hablar con él ahora? La verdad, preferiría primero escuchar su respuesta. No aceptas una cita proveniente de alguien que odias, ¿o si? Aunque ni siquiera sé si en realidad me odia...

¿Por qué demonios está ocurriendo esto? ¡Aaahrr...!

Son las 5:37 pm. Leo sale del trabajo a las 6:00 pm. Los boletos del Zoológico son para mañana... Invitaré a Leo y averiguaré de una vez que es lo que rayos está pasando. Si, eso es lo que haré.

***

Los horarios de Leo en la universidad, como profesor de Matemáticas respecto a sus clases, variaban de modalidad de lunes a sábado. Sin embargo, su jornada de trabajo era de 9 am a 12 pm y de 1 pm a 6 pm. Un total de 48 horas laborales semanales.

Aunque Leo era libre de dejar la universidad a las seis en punto, la mayoría de las veces se quedaba y pasaba a la oficina del rector para charlar un rato con él y con los demás profesores de esto y de aquello.

“Profesora Suzanne, ¿cómo está su madre de salud? Espero poder disfrutar junto a ella de la fiesta de invierno de este año.”

“Ella está bien, esté seguro de que asistirá. Ella también lo espera con ansias.”

“¡El profesor Joseph lleva 45 años casado con su esposa! Sin duda alguna es admirable.”

“¿¡45 años!? Creo que eso sería demasiado tiempo para mí.”

“Lo dices porque todavía no has encontrado a la indicada.”

“Profesora Sara, ¿qué le parece si vamos juntas al retiro espiritual este fin de semana?”

“¡Por favor, sii!”

“¿Retiro espiritual? Me gustaría ir también. ¿Puedo ir con ustedes?”

“Si, por supuesto.”

“¿Qué hay de usted, profesor Leo? ¿También quisiera acompañarnos?”

“Gracias, pero creo que esta vez paso. Espero que la pasen bien.”

Leo se llevaba bien con sus colegas en el trabajo, pero con frecuencia les rechazaba sus invitaciones para salir juntos. Sobre todo porque no le gustaba tener que responder afirmativamente a una propuesta súbitamente salida de la nada. Él prefería contar con el tiempo suficiente para poder subestimar los posibles riesgos o posibles beneficios detenidamente antes de acceder a algo. Aunque si ellos le insistían, él de todos modos aceptaría por educación.

Sus compañeros de trabajo siempre lo invitaban a salir porque lo consideraban alguien muy agradable y amistoso, pero ya estaban acostumbrados a que frecuentemente él los rechazara. Así que rara vez le insistirían para convencerlo de aceptar.

“De acuerdo, lo invitaremos a la próxima.” No obstante, siempre contraatacaban con ese tipo de respuestas para qué la próxima vez a él no le fuera tan sencillo escapar de sus propuestas.

La charla entre los catedráticos transcurrió por un par de minutos más. Luego de que finalizó, Leo se despidió de todos y se marchó.

Normalmente Leo va a casa utilizando el transporte público (autobús,) pero esta vez decidió ir a pie porque estaba de buen humor y no se sentía tan cansado.

Eran las 6:23 pm cuando Leo llegó a casa, luego de una caminata de 10 minutos desde la universidad hasta el hotel residencial en donde rentaba un apartamento. Un dormitorio de 3 metros cuadrados, una cocina y una sala de estar correspondientemente comparables, un cuarto extra (su estudio), y un cuarto de baño, justo lo necesario para residir cómodamente junto a su novia Lucie, quien seguramente esperaba por él sentada en el sofá de la sala.

Repasando mentalmente la plática que recién acababa de tener en la universidad con los profesores, Leo recordó el chiste que contó el profesor de biología; Steven, mientras conversaban: "maestra, si corro dentro de una universidad, ¿cuenta como carrera universitaria?" A Leo no le hizo tanta gracia, pero de todos modos se río por educación. Lo que en verdad si le causo mucha risa fue que pudo notar que a los demás profesores tampoco les hizo gracia el chiste, pero al igual que él también se rieron. Fue algo chistosamente incómodo. Así que cuando Leo abrió la puerta de su apartamento lo hizo con una pequeña sonrisa en su rostro y luego entró.

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Tadashi Hamada

Tadashi Hamada

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2023-08-04

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