Todo diferente

**Blair**

No hay mal que por bien no venga.

Fue lo último que me dije antes de llamar a Emma a su teléfono y decirle que hablara con el jefe. Le acabé de decir que aceptaba la propuesta del matrimonio pero con condiciones escritas.

Ese mismo día me citaron en la oficina de Pegaso, un tipo que yo ni siquiera conocía pero que decía ser el dueño de la agencia donde yo trabajo.

Cuando entré a la oficina pude ver por primera vez el rostro del hombre que rentaba mis servicios como dama de compañía, no era para nada como yo lo había visualizado en las imágenes que creé en mi cabeza de él.

Mi loca imaginación creó a un hombre viejo y con cara de malandro, al contrario este verdadero pegaso era un tipo guapo, de piel blanca, cabellos castaños y una barba levemente creciente, tendría unos 30 años.

Rompió mi encanto otro tipo que estaba sentado justo enfrente de él, este se puso de pie y nos dio la bienvenida a Emma y a mí. No pude evitar pensar que tal vez este sería el tipo con el que me iba a casar, me dio terror pensar que él podría ser, porque era tan mayor y no tenía un solo atractivo.

– Me presentó. Soy el abogado Gil Valdez, vengo representando al hombre que quiere ser su esposo. – Cuando escuché que era sólo el abogado el alma volvió a mí, por qué no me imaginaba cada con este tipo.

– Mucho gusto, mi nombre es Blair Spencer.

– Conozco su nombre. Bueno quise reunirme con usted por motivos de seguridad, mi cliente no quiso revelar su identidad por el mismo motivo. Por el momento solo me envió para llegar a un acuerdo, aquí tengo un contrato con ciertas cláusula y condiciones lo puede revisar con calma o consultar algún abogado antes de dar una respuesta definitiva. – me extendió una carpeta de piel que contenía el dicho contrato.

Aún con la carpeta abierta en mis manos volteé a ver a Emma pero ella solo se encogió de hombros y apenas susurro para que yo escuchará.

– Vamos Blair, por qué no solo tomas la pluma y firmas, qué puede tener de turbio el documento. – Dudosa voltee a ver a Pegaso y este me dijo algo sonriente.

– Puedes llevártelo y revisarlo con calma en casa, no creo que el abogado tenga inconveniente. ¿ Cierto abogado? – Dirigió la mirada al hombre y este asintió sonriendo.

– También puedo explicar las cláusulas yo mismo. Me permites los documentos. – Acepte dándole la carpeta y este me invitó a sentarme.

– Cláusula número uno, en caso de aceptar dicho contrato la susodicha no sabrá la identidad del contrayente hasta el día del compromiso, #2 una vez firmado el contrato y el acta de matrimonio la chica debe ir a vivir ala casa de su nuevo esposo, #3 El matrimonio es solo un contrato, no será un matrimonio real, ninguno de los contrayentes tiene que cumplir con las obligaciones de un esposo u esposa, es decir no habrá intimidad,#4 la mujer gozará de los privilegios de ser la esposa de — , dicho esposo. #5 No habrá derecho a divorcio, ni a abandonar la casa donde ambos vivirán o se amerita una sanción de por una cantidad de 5 millones de dólares. Y por último debido a que la contrayente está recibiendo un pago millonario, queda estrictamente prohibido que se relacioné con otros hombres , sentimentalmente.

Dicho ésto y quedando claro ¿ Quieres tomarte un tiempo para reunirnos y dar tu respuesta?

No había una sola cláusula que pidieron perjudicarme, podía cumplir sin problemas solo sería un año, había soportado cosas peores, por qué no podría aguantar ésto.

– Acepto, puedo firmar ya mismo.

**Darío**

– Pensé que iba a estar feliz con la noticia que le dio el abogado.

– Quién puede estar feliz de casarse con una mujer así.– Dije con evidente molestia.

– Pero entonces ¿Por qué quiso hacerlo así?

– No creí que la chica aceptará. Pero igual lo hecho, hecho está, así que al mal paso darle prisa. Reúnete con el abogado y tengan todo listo, la ceremonia será en una semana.

– Tan pronto!!!

Lo mire sin expresión en el rostro e intente responder lo más calmado posible. – Mientras más rápido mejor.

Los tres días siguientes tuve una opresión en el pecho, era algo que no me dejaba respirar. Llegué a creer que las crisis y los ataques estaban por regresar, apenas y los medicamentos podían controlar un poco mi ansiedad, Lola estaba más que preocupada no estaba de acuerdo con lo que iba a hacer pero ya no había vuelta atrás la chica ya había firmado y yo no pensaba echarme para atrás.

– ¿Darío estás seguro? No hubiera sido mejor dejar a la mujer esa en manos de Santos.

– No sería lo mismo. Yo tengo que verla sufrir de cerca, tiene que llorar y arrepentirse por lo que le hizo a Dave.

– Tus ataques han estado a punto de volver, no quiero verte mal otra vez. No sabes lo doloroso que sería para mí volver a verte enfermo.

– Los medicamentos me tienen controlado.

– Por qué no pruebas regresar a terapia. – La miré amenazante y agachó la cabeza disculpándose.

Blair

***Sueño***

Me sentía cansada, mi respiración estaba agitada, por más que corría el pasillo no terminaba.

Después de tanto correr logré salir de la casa pero todo lo que había cerca era un extenso bosque, no encontré una dirección en la cual seguir corriendo. Por un momento mire mis manos lastimadas e intente sacar el anillo de dedo, por más que jalaba este ni siquiera resbalaba ni un milímetro.

– No vas a poder escapar tan fácil. – Voltee y el hombre que me perseguía me había encontrado. Era de noche todo estaba tan oscuro, la luz de la luna apenas y lograba entrar entre las árboles, no podía seguir corriendo y dejé el fallido intentó de sacar la argolla de mi dedo, solo me quedé recargada sobre un árbol viendo como un hombre alto de voz gruesa se acercaba a mí, no podía ver si rostro pero él quería hacerme daño, podía sentir su sed de querer vengarse.

Fin del sueño

– Blair!! Despierta es el día, vamos tenemos que arreglarte. – Me desperté y sentí todo el cuerpo sudado. Suspiré y me di cuenta de que estaba soñando.

– ¿Que hora es?

– Pasa de las 11, a qué hora te quedaste dormida jamás habías despertado a esta hora.

– Los nervios no me dejaron dormir bien. – me levanté de la cama y fui al baño a lavar mi cara.

– Tranquila no sobre pienses, será un año y luego todo volverá a la normalidad vas a volver a estar bien te lo aseguro.

Suspiré aceptando. – Voy a llamar a mi tía, quedé de hablarle al terminar el mes.

– ¿Le vas a contar que te casas?

– Claro que no, no quiero matarla. Solo le diré que estoy bien y que sigo trabajando.

Emma se encargó de arreglarme el peinado y el maquillaje también me compro un lindo vestido color aperlado, el abogado se encargó de pasar por nosotros y de llevarnos ala casa de mi futuro esposo.

Apenas bajamos del auto casi se me cae la quijada al ver el tamaño de esa casa, esto era una mansión, rodeada de árboles y con un gran campo de jardines.

No salí de mi asombro cuando pegaso y otro hombre se acercaron a mi, no había nadie más en la casa más que una mujer mayor, me miraba con desprecio casi podía jurar que ya me odiaba.

Unos minutos después la misma mujer dijo que entramos al despacho.

Mis manos sudaban y cada vez que escuchaba la puerta abrirse sentí mis piernas desmayeser al pensar que era el, pero era uno y otro empleado.

– Podemos empezar a firmar, aquí están los documentos ya firmados por su esposo.

– ¿Que? ¿ Por qué él no está aquí? Es nuestra boda.

– Salió de viaje por motivos de trabajo, regresará en unos días. – dijo la mujer que estaba cuando recién llegué.

– De Acuerdo, entonces firmó y puedo irme al departamento, me voy a quedar allá mientras él regresa.

– El señor dejó indicaciones de que después de firmar uno de los empleados la lleve a recoger sus cosas y luego se instalé en su nuevo hogar.

Vi la gran habitación que me asignaron y me sentí tan sóla, las cosas que traje del departamento de Emma apenas habían ocupado unos cuantos cajones del clóset, dentro de un armario con llave guarde las cosas y las fotos que me recordaban a Dave, apenas me iba a cambiar el vestido de la ceremonia cuando tocaron a mi puerta. Era una chica con uniforme la que bino a decirme que la cena estaba servida.

Apenas y probé bocado , y en la habitación apenas y podía cerrar los ojos, todo era tan incómodo en la gran casa , sentí que incluso el aire que estaba respirando era ajeno a mí

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