El bar

– Blair, donde estabas ya viste la hora que es!! estaba muy preocupada por ti cariño. – apenas entre al departamento Emma se me vino encima con todas las cosas que me dijo.

– Estaba ayudando al vecino con unas cuentas, se me pasó el rato platicando perdón por no avisarte.

– Bueno está bien lo importante es que estás bien. ¿ Tu pie como sigue ya lo puedes apoyar al piso?

– Ya casi no cojeo, en la mañana que fui con el doctor dijo que no tuviera miedo de lastimarlo de nuevo que todo estaría bien.

Siempre fui muy buena con los números y las cuentas, creo que desde que era una niña siempre fui muy inteligente y eso me había ayudado estos días, el vecino de enfrente me pidió ayuda en dos ocasiones para las cuentas del bar donde trabajaba. El contador del bar había robado durante años y lo despidieron, ahora como el vecino es quien más entendía de números se le asignó ese trabajo pero nunca los entendía tanto como yo.

La tercera vez que esté me pidió ayuda también me invitó al bar donde trabajaba, y pues acepte por qué dijo que su jefe quería ofrecerme un trabajo.

– ¿Ya te vas?

– Si voy a ir a una exposición de pinturas con un cliente, voy a regresar antes de la media noche ¿ A qué hora te irás tu?

– En un rato más.

– Blair ten mucho cuidado con Jonh en el edificio no saben mucho de el, parece un buen tipo pero es muy misterioso.

– Voy a estar bien, dijo que solo me iba a llevar con su jefe luego me voy a regresar en un Uber.

Cuando llegue al bar con Jonh este estaba lleno, era un lugar lujoso de barios pisos, todo ahí brillaba y había movimiento asta en el último rincón.

– Espera aquí Blair, voy avisar al jefe que estás aqui. – me senté en un lugar cerca de la barra y unos minutos después Jonh regreso.

– Voy a entrar a mi turno en la barra. El jefe está ocupado con un socio de el en cuanto se desocupe te va a recibir.

– Está bien – dije lo suficientemente fuerte para que me escuchará.

– Quieres algo de tomar mientras esperas.

– Una limonada está bien.

**Darío Beckmann**

– Déjate de juegos Santos, te di un plazo quiero mi dinero de regreso con los intereses.

– Darío entiende el negocio no está en su mejor momento y además sabes lo que pasó con mi contador el desgraciado me robo durante años.

– Pretextos!!! cuántas veces mandé a Augus para cobrarte y siempre mandabas decir que ya casi juntabas mi dinero y ahora vengo yo y me dices que no lo tienes que estás en quiebra. No quiero tomar medidas drásticas Santos, quiero mi dinero, tienes un mes para pagarme o de lo contrario te olvidas de este lugar.

Odiaba tener que asistir a este tipo de lugares, el ambiente y el escándalo de este tipo me provocaba jaqueca.

– Vamonos Reynolds.– Dije saliendo de la oficina de Santos.

– No se va a quedar un rato señor. – Mire serio a Reynolds y este agachó la cabeza en forma de disculpa.

– Sabes que, diviértete un rato te espero en el auto. – Empecé a andar con pasos firmes en medio del bulliceo asta llegar ala barra.

Levanté mi mano haciendo una señal al tipo que servía. – Un whisky por favor.

Empecé a recorrer el lugar con la vista cuando una mujer me habló llamando mi atención, a pesar de estar sentada al lado mío paso completamente desapercibida para mí.

– ¿Es la primera vez que vienes aquí? – volteé un par de veces a lado para estar seguro de que me hablaba a mí.

– ¿Estas hablando conmigo? – le cuestione ala chica frente a mí.

– Creo que si, eres el único que está aquí al lado de mi.

Fruncí los labios y respondí por educación. – Había venido hace mucho tiempo, años de echo.

– En cambio yo, bueno está es mi primera vez aquí.

– Que bien, bueno me gustaría continuar con esta charla pero tengo cosas que hacer, con permiso. Joven le sirve lo que quiera a esta chica yo invito. – le puse los billetes sobre la barra al hombre y salí de ahí sin volver a ver ala chica.

**Blair Spencer**

–¿ Blair? el jefe te espera.

Desvíe mi vista del tipo que estaba caminando ala salida, y me fui por el pasillo. Toque un par de veces la puerta y enseguida un hombre me dijo que entrará.

– Buenas noches, señor.....

– Santos, llámame Santos.

– Señor Santos, Jonh dijo que usted quería hablar conmigo.

– Así es, me sorprendió lo bien que salieron las cuentas y presupuestos que le encargue a Jonh. Cómo sabes pequeña mi contador resultó ser una rata así que tengo libre el puesto el motivo por el que te site es ese justamente. Quiero que te encargues de mis finanzas niña, te pagaré muy bien.

– Señor yo, de verdad ocupo el trabajo y le agradezco mucho que me dé esta oportunidad.

– Eso quiere decir que aceptás.

– Claro que sí señor, usted me dice cuando empiezo.

– Entonces bienvenida a mi equipo – dijo el hombre con una sonrrisa macabra y extendiendo su brazo para que yo lo tomara.

– Gracias.

– Puedes retirarte, te enviaré indicaciones con Jonh.

Cuando salí del lugar todas las calles estaban alumbradas pero solas, apenas y avance unos metros lo primero que vi fue un auto lujoso color negro, cuando pase por un lado de el este tenía las ventanas abajo, pude ver qué en su interior estaba el mismo tipo de la barra recargado en el asiento del auto con la cabeza echada hacia atrás y masajeando suavemente sus sienes.

No le tomé importancia y me pare en la siguiente esquina a esperar mi Uber.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***