Mi venganza

**Darío**

No la veía como una chica especial. Pero por algún motivo mi yo interior me insistía en buscarla, ni yo mismo entendía mi obsesión. Ella misma lo había dicho fue solo sexo no teníamos nada en común. Lo que estaba sintiendo por ella era algo más que atracción y tampoco voy a decir que me enamore por qué sería completamente absurdo. La conocía apenas de unas semanas y aún que ya hubiéramos estado juntos, es que yo no conocía nada de ella.

Nunca tuve una relación amorosa, no había tenido oportunidad de ligarme a una relación de ese tipo, primero por qué cuando era el momento de conocer chicas yo no fui ni la mitad del partido que soy ahora y después por qué el trabajo disponía de todo mi tiempo, lo más cercano que tuve a un noviazgo fue con una prima lejana que nos visitaba cuando mamá vivía, pero nisiquiera se podía decir que teníamos una relación por qué por el vínculo familiar que nos unía teníamos que ocultarlo, las únicas oportunidades de estar juntos era cuando venía de vacaciones y se colaba en mi habitación.

En la vida me eh enamorado pero eso no quiere decir que no conozca ese sentimiento, por eso puedo decir que el motivo que me lleva a buscar a Laura no es el amor.

No soy un hombre que se queda con dudas y Laura no sería la excepción, ella tenía algo que a mí me interesaba y descubriría que era.

**Blair**

– Te voy a extrañar – dije a Emma dándole un abrazo, y luego la vi irse por la entrada de pasajeros.

Uno de sus clientes la requería para un par de eventos fuera de la ciudad y se iría de viaje con el por cinco días.

Cuando estaba saliendo del aereopuerto choque con un típo.

– Lo ciento mucho señor, no lo ví.

– Está bien no pasa nada. – Dijo el hombre mientras me miraba extraño, como espantado o sorprendido.

–¿ Pasa algo señor? se puso pálido está bien.

– ¿Disculpa te conozco de algun lugar?– Pregunto seguro.

– No lo creo, tengo poco tiempo viviendo aquí.

– ¿ Segura? ¿ Cuál es tu nombre?

– Si lo conociera seguro lo recordaría. – Dije y luego empecé a caminar sin responder la otra pregunta, pero pare en seco cuando hablo de nuevo detrás mío.

– Blair Spencer! – dijo mi nombre y di la vuelta para cuestionar por qué conocía mi nombre, por qué sabía quién era yo.

– Eres Blair Spencer.

– ¿Por qué me conoces?

– Por Dave.

Me quedé helada y no por miedo. Era más algo de emoción por encontrar a una persona que conocía a Dave. No hablamos solo le dejé saber que si yo era Blair Spencer.

Recordé que desde que llegué a aquí no había buscado la tumba de Dave, me sentí una egoísta y como si yo nunca hubiera estado enamorada de verdad de Dave no me había echo el más mínimo esfuerzo por encontrarlo. Apenas todo eso paso por mi cabeza le envié un correo a Marck pidiendo los datos del sitio donde estaban los restos de Dave.

Compré el ramo de flores más colorido que encontré para Dave, por qué era así me hacía el mundo más colorido y feliz. Apenas estuve frente a su tumba llore.

Estar con el me hacía sentirme protegida, no estaba físicamente pero estaba ahí lo podía sentir, no pude evitar recordar la noche que lo perdí. Recordar nuestro último abrazo, nuestro último beso la última vez que me dijo te amo, nuestro último momento juntos, aquella noche que lo tuve en mis brazos y cuando sus ojos y los míos se vieron por última vez antes de que los de el se cerrarán para siempre.

Después de que paso mi agonía por volver a revivir aquel momento. Me senté al lado de su tumba y puse en mi teléfono la lista de canciones que el me había dedicado, y mientras sonaba cada una de ellas le platique tal cual el estuviera sentado al lado mío, recargando su cabeza en mi hombro mientras me escuchaba con atención.

– Sabes desde que te fuiste pasaron muchas cosas. Tu hermano te llevo de mi lado y eso dolió mucho, no me dio la oportunidad de despedirme de ti. Estuve muy enferma de depresión y casi muero de un corazón roto.

Y sabes que fue lo mejor, estuve embarazada, íbamos a tener un bebé al que pensaba llamar Dave, como tú sin importar el sexo. Luego lo perdí, lo mato un tipo que nos disparó a mi tía y a mí. También tuve que dejar los estudios, no pudimos con los gastos. También como vez estoy aquí en Nueva York, ya estoy un poquito más cerca de ti. ¿Y adivina quién se casó? Marck, por fin sentó cabeza, estaba triste en su boda por qué no estabas tú, pero saque mucho valor para hacerlo sentir bien.

Por último y lo más importante, sigues siendo el único dueño de mi corazón, te sigo amando como el último día, no hay nadie aún ocupando tu lugar y jamás lo habrá. – Mis lágrimas empezaron a brotar y un viento cálido me cubrió como si de un abrazo de Dave se tratara.

– Te amó mi nenito hermoso, solo quiero estar contigo por siempre, casa segundo te extraño más me haces mucha falta.

**Darío**

Llegue a casa ala hora de la comida, en la sala estaba Lola como si ya me estuviera esperando se puso de pie y me miró como si me fuera dar la noticia de una tragedia.

– ¿Que pasa? – pregunté despreocupado mientras serví un whisky.

– Nisiquiera as comido y ya vas a beber.

– Basta de sermones y dime lo que vas a decir.

– La chica esta bien.

Eleve una ceja y le di a entender con un gesto a qué chica se refería.

– La chica que asesino a tu hermano.

–¿ Quién te lo dijo? joder, bien en qué sentido, dijo Augus que posiblemente había muerto, no se supone que por accidente le dispararon a ella también.

– Está bien en todos los sentidos, está aquí en Nueva York.

– ¿Como sabes que se trata de ella? Tal vez estás confundida.

– Augus se topo con ella de frente y confirmo que era ella.

Apenas hablé con Augus y me confirmó lo que Lola dijo, ordené que la buscará que investigará todo sobre ella, la cosa más mínima de su vida, cualquier cosa que me ayudara a acabar con ella por completo. Aún qué acabar con ella sería muy fácil, lo que quería era verla sufrir hacer miserable cada segundo que le quede de vida, verla arrepentirse por lo que le hizo a mi hermano.

– ¿Augus?– lo detuve antes de que se fuera.

– Dígame señor.

– No quiero que le agas nada. Cuando la encuentres tráeme toda la información, yo mismo voy a acabar con ella, la voy a matar en vida y muy lentamente.

Hacía mucho que no visitaba la tumba de mi hermano, cuando llegue me di cuenta que tenían flores nuevas, cuando pregunté quién las había dejado el cuidador dijo que había sido una chica, no tenía que preguntar más ya sabía quién había sido la chica. Tome las flores y se las di al cuidador para que las pusiera en la basura. Sin derramar una lágrima y con el mismo coraje de cuando lo perdí le prometí que haría pagar ala culpable de que el no estuviera aquí conmigo.

– Te prometo que la haré sufrir tanto, que rogara por su muerte te lo prometo hermano.

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