Te conozco de otro lugar

El trabajo en el bar no era muy demandante, y en la agencia de damas de compañía recién empezaba está noche.

Estaba nerviosa por qué no había tenido tiempo de prepararme para mí primer evento, todo fue de pronto de echo era Emma la que tenía que asistir pero se enfermo y me pidió suplirla está vez.

– ¿ Estas lista?. Recuerda tu nombre es Laura Waist y tienes 26 años y serás acompañante del Sr Tomsom es un hombre de 59 años.

– Ok, una duda más. ¿ No tengo de que preocuparme cierto?.El tipo no se va a querer sobré pasar.

– Descuida, es un hombre muy atento ya eh sido su dama en varias ocasiones, seguro te presentará como su sobrina o algo así, pero jamás intentará tocarte, tu solo limitante a responder si te preguntan alguna cosa y a saludar por supuesto.

– Está bien, debo irme donde está la tarjeta de presentación.

Cuando llegue ala agencia unos treinta minutos después la dueña me acompañó ala salida exactamente me llevo asta una lujosa limosina que estaba esperándome. No se pero antes de subir en ella me pasaron por la mente mil escenas morbosas. Pero es que no entendía el por qué un hombre pagaba tanto dinero solo por ser acompañado a un evento esto era algo ilógico.

Sostuve todo el aire que tenía para poder subir y no lo solte asta que el tipo sentado frente a mi habló.

– Buenas noches. ¿ Así que tú eres Laura?. No parece que tengas la edad que me indico tu superior.

– Buenas noches. – Fue todo lo que me límite a responder como Emma me indico.

– No tienes que responder todo lo que te pregunto, es normal que estés asustada. No te voy a hacer nada puedes estar segura de eso.

El tipo no parecía malo, de echo ni siquiera me miraba, y con el vestido tan escotado que estaba usando cualquier tipo con malas intenciones me estaría viendo descaradamente, pero este solo miraba y ojeaba papeles durante el transcurso. Un poco después mi cuerpo se empezó a relajar y empecé a disfrutar de la vista por la ventanilla de la limusina, asta que el hombre mi hizo saber que estábamos llegando. No logré ver nada más asta que bajamos con ayuda del chófer, estábamos en una fiesta lujosa en una henorme mancion.

Me quedé parada esperando que el señor me indicará algo pero solo dijo que si quería tomarlo del brazo o si entrábamos separados, obvio dije que sueltos era más cómodo para mí y este asintió con una gentil sonrrisa.

Ya adentro saludamos a un sin fin de personas, casi todas importantes por lo que se veía y por lo que lograba escuchar de sus conversaciones.

– Laura ven conmigo me acaban de informar que uno de los más importantes empresarios a llegado, me gustaría ir a saludarlo antes de que se marche. Es un tipo que no acude mucho a este tipo de eventos y si hoy está aquí imagino que no durará mucho.

Caminé detrás del hombre y este llegó a dónde se encontraba un grupo de hombres conversando y bebiendo de sus copas.

– Señor Beckmann. Que tal como está, mi nombre es Geremias Tomsom.

– Muy bien, y usted qué tal un gusto saludarlo señor Tomsom.

– Es gusto es mío señor.

Me quedé ala espalda del señor Tomsom escuchando la conversación con el otro típo, de echo solo escuchaba que parlanchiaban pero no preste ni la más mínima atención a lo que decían. Me perdí observando cualquier cosa asta que el tipo al que acompañaba me llamo por mi nombre y me puso frente a el.

– Señor Beckmann le presento a mi aijada su nombre es Laura Waist. – Me hizo extender mi brazo en dirección del tipo y este respondió serio y tomo mi mano con delicadeza.

– Un placer conocerte Laura mi nombre es Darío Beckmann.

– El placer es mío señor Beckmann. – Respondí con una medicina sonrrisa que esté devolvió.

– Nos conocemos, no se por que creo que ya te había visto antes. – Pregunto el hombre con un gesto de curiosidad.

– No, no lo creo tengo poco tiempo que llegue a vivir Nueva York no conozco a nadie aquí. Seguramente me confunde con alguien más.

– No lo creo un rostro como el tuyo no es muy común.

– Los molesto si los dejo un rato voy a saludar a un amigo, Laura ya regreso. – Dijo el señor Tomsom y yo asenti con una sonrrisa.

Me fui alejando del evento asta que llegue afuera y por fin pude tomar un poco de aire. No había podido respirar tranquila desde que llegamos todo el tiempo estuve detrás del señor Tomsom saludando a personas que nisiquiera conocía y que dudaba que volviera a ver en la vida.

– ¿Tampoco te gustan este tipo de eventos? – Escuché una voz detrás mío y voltee enseguida.

Era el tipo de adentro, no respondí enseguida por qué quería asesorarme que me hablaba a mí y si efectivamente me lo decía a mí.

– Me sofoca tanta gente junta y me incómoda pensar que todos tienen sus ojos sobre mí. – Respondí.

– Me pasa igual. ¿ Oye seguro no nos conocemos? sigo pensando que ya te había visto antes.

No había forma de que nos conociéramos, el era un tipo importante y bien parecido imposible que hubiéramos coincidido en algún lugar.

– Seguro que no. Tal vez nos topamos por casualidad en algún lugar.

– Quizá.

Nos quedamos en silencio ambos, y no perdí oportunidad para escáner bien su rostro mientras lo miré perderse mirando ala nada.

Tenía el rostro más perfecto, piel blanca y lisa parecía un muñeco de porcelana no lograba ver en su rostro ni la más mínima línea de expresión era como el rostro de un bebé, joder podría jurar que tocarlo sería como estar tocando un pedazo de algodón, su cabello negro brillante resaltaba más por lo blanco de su rostro.

– Ya se! – Volteo de repente y me exalte enseguida cuando descubrío que lo miraba, pero este no dijo nada como si hubiera pasado desapercibido para el el echo de que lo hubiera estado viendo.

– Eres la chica del bar. – dijo y no tuve tiempo de responder por qué el señor Tomsom apareció enseguida.

– Laura, por fin te encuentro es hora de irnos. – Caminé asta el y sin devolverle una mirada a Darío caminé hacia la salida.

– Nos vemos luego señor Beckmann un gusto coincidir con usted está noche. – Dijo el señor Tomsom despidiéndose.

Lo que habían sido dos encuentros casuales se convirtieron en tres, cuando fui al bar de Santos a entregarle unas cuentas. Era la tercera vez que lo veía y está vez ambos nos reconocimos apenas nuestras miradas chocaron en aquel pasillo, el tenía los ojos más hermosos que había visto tan hermosos que ni siquiera los hubiera podido imaginar.

Esa noche cuando salí del bar el estaba afuera recargado en su auto y apenas me vio se enderezó y dio unos pasos en dirección mía.

– Hola Laura. – Me saludo y yo apenas pude responder, joder mi nombre ni siquiera era Laura y no se acercaba ni un poco en el parecido.

– Hola.

– Sabía que eras la misma chica, me disculpo por lo grosero que fui la primera vez que te vi aquí, ese día estaba terriblemente mal.

– No pasa nada, igual no me conocías no tenías por qué hablar con migo.

– ¿Como disculpa puedo invitarte un trago?

– Gracias pero debo ir a casa.

– Traes auto o podemos llevarte mi chófer y yo.

– Llame un Uber y este no tarda en llegar.

– ¿Bueno entonces te puedo invitar a cenar algún día de estos?

– Mi Uber llegó debo irme. Gracias por su invitación pero no creo que sea prudente.

– Está bien, ¿espera te puedo dar mi tarjeta? por si cambias de opinión. – dijo extendiendome si tarjeta, la tomé y me despedí.

" Darío Beckmann " su nombre retumbó muy adentro de mi cabeza, asta que caí en cuenta que ese era nombre que tenía en cheque cuando me atropellaron.

Más populares

Comments

Carolina Acosta

Carolina Acosta

así es, ya va Darío es hermano de Dave 🤔 pero como que no son hijos del mismo padre❓

2023-08-22

0

Carolina Acosta

Carolina Acosta

y pensar que estás con tu ex cuñado

2023-08-22

0

Mar

Mar

más capítulos porfa 🙏

2023-08-22

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play