El comienzo

Visitar a Dave en el cementerio no había mejorado mi humor. De hecho creo que estuve más deprimida los últimos días después de estar con él, y la ausencia de Emma no me ayudaba en nada porque prácticamente ella había sido mi única distracción desde que estoy viviendo aquí.

Emma regreso de su viaje y junto con ella trajo un sin fin de trabajo, en un mes no había tenido prácticamente ni un solo día de descanso en los eventos, y eso me dejaba muy poco tiempo para revisar los ingresos y gastos del bar de Santos.

Darío

– ¿Cómo vas con el asunto que te encargue?

Hace dos meses me dijiste que estabas cerca de encontrarla.

– Lo se señor, pero…

– Dijiste pero? – Interrumpí. – Dime si no puedes con el asunto y me encargaré de buscar a alguien que pueda darme resultados rápido.

– Yo puedo con esto señor. Es solo que, encontrar a una persona en Nueva York, una persona que encontré por casualidad en el aeropuerto, es como buscar una aguja en el mar.

Me eche de espaldas sobre el respaldo de mi asiento, luego en un rápido movimiento pegue mis puños sobre el escritorio. – Al igual que a ti, este asunto me tiene cansado Augus. Necesito que encuentres a Blair Spencer para terminar con esto. Necesito encontrarla para seguir con mi vida, para sentirme vivo. No puedo empezar de nuevo si la culpable de la muerte de mi hermano no paga por lo que hizo.

– La voy a encontrar, y la voy a traer frente a usted se lo aseguro señor.

No había un solo día que no pensará en mi hermano, en todos los planes que tenía. Dave era un chico que tenía metas, sueños. No había conocido a otra persona que tuviera las mismas ganas de vivir que el, no se merecía lo que le hicieron,Dave era un chico noble, solidario con un corazón enorme, todo lo contrario a mi, ahora entendía porque mi madre lo prefería.

No me concentraba en nada, todo el tiempo pensaba en la mejor manera de hacer sufrir a esa mujer, sobre pensaba mucho y no encontraba una forma que doliera tanto como para que esa mujer pagará.

Me estaba volviendo loco pensando, asta que Augus se anunció con mi asistente y me dio la mejor de las noticias del día.

– ¿La encontraste?

– No solo la encontré, también encontré la forma de hacer justicia.

– ¡Habla!! – Dije con muy poca paciencia.

– Santos nos servirá mucho para acabar con la chica.

Fruncí el ceño confundido. – Santos ¿Que tiene que ver él con ella?

– Es empleada de santos en el bar. También es dama de compañía en la galería de pegaso.

Asentí orgulloso y le indiqué a Augus que continuará hablando. – ¿ Y cuál es tu plan?

– La chica es la encargada de la contaduría de Santos. Pensé que sería bueno que se perdieran unos cuantos miles de cuentas del bar. Si eso pasa sabemos de sobra que Santos no perdona una traición y mucho menos dejaría que una chica se quiera pasar de lista con él, o tenemos un plan B ese sería en su otro trabajo, podría ser culpable por la muerte de un cliente e ir a prisión.

– Me gusta como piensas. Pero está vez quiero ser yo quien se encargue de ésto, pero tú primer plan nos va a servir de mucho. Llama a santos y dile que me urge hablar con el, le tengo una propuesta.

Blair

Me sentía desesperada, llamé en medio del llanto a Emma y está no tardó en llegar al departamento.

– Blair! ¿ Que paso? Vine apenas colgué la llamada.

– Estoy en problemas Emma.

– ¿De qué hablas?

– ¡Me asaltaron! – dije llorando.

– ¡Que! ¿Pero estás bien?, ¿no te hicieron daño?, ¿por qué estás llorando?

– Me robaron el dinero de Santos, y la computadora donde tenía todas sus cuentas, tenía las claves de las tarjetas ya lo intente llamar pero no responde.

– ¿Qué? Pero por qué lo tenías tú, él nunca te deja salir de ahí con dinero y mucho menos con su computadora.

– No sé, pero estoy en problemas a estás horas ya deben estar vacías las cuentas del banco.

Unos minutos después mi teléfono no dejaba de timbrar, era Santos. Apague mi teléfono por qué no sabía ni que le iba a decir si le decía lo a verdad él no lo iba a creer, como creerte que te asaltaron justo el día que tienes todo su dinero.

Una hora más tardé ya los tenía a el y a Jonh tocando la puerta del departamento.

– No soy estúpido Blair, tuenes 24 horas para regresarme todo, o de lo contrario tu y tu amiguita me las van a pagar.

– No puedo regresarte nada, entiende que me asaltaron te juro que no me lo robe yo.

– 24 horas Blair, y empiezan a correr desde ahora.

– Dame un poco más de tiempo, voy a ir con la policía, tal vez me ayuden a recuperar todo.

– Ni se te ocurra ir a la policía. Busca la forma de pagarme, y que sea rápido.

Fui a la policía a pesar de que Santos me dijo que no lo hiciera. Hacía dos semanas y no tenía una sola noticia de quién pudo haber sido. Al contrario ignoraron todo lo que dije ni siquiera estaba segura de que estuvieran buscando a los culpables.

– ¿Blair? – Escuché a Emma hablarme del otro lado de la puerta.

– Ahora no Emma, no estoy bien. Quiero estar sola pensar en que voy a hacer que le voy a decir a Santos cuando venga.

– Blair perdón, pero le platique tu problema a nuestro jefe.

– Está bien, ya da igual quien lo sepa, nadie puede ayudarme.

– Te equivocas. Pegaso te quiere ayudar.

Mire incrédula a Emma y cuestione la razón. – Por qué querría ayudarme, ni siquiera me conoce, jamás me ha visto en persona.

– Sé que es una locura pero me dijo como ayudarte.

– No tienes que aceptar pero es una buena propuesta.

– ¿ Que propuesta?

– Pegaso tiene un conocido que está buscando una esposa, ofrece una buena cantidad de dinero a la mujer que sea su esposa por un año. Sería un contrato luego te dará tu libertad.

Blair

Perder al amor de tu vida es lo más doloroso, pero todos creen que lo peor es cuando te despides de él, de sus cosas, cuando tienes que aprender a salir adelante solo con los recuerdos que crearon juntos. Pues no, para mí lo peor fue tener que aprender a vivir sin el, tener que enfrentar una vida donde regresas a la escuela al trabajo, a todos esos lugares donde iban juntos, convivir cos los amigos que teníamos en común y entre tantas voces y risas no volver a escuchar la de el.

Hoy había llegado el final de todo eso para mí, tal vez todo lo que había pasado solo había sido un empujón de él para yo poder dar el último paso y poder estar juntos de nuevo.

Unos minutos antes llore y grite por lo que me estaba pasando, y ahora estaba a un saltó de dejar el dolor atrás y caminar de nuevo de la mano del amor de mi vida.

– ¿ Qué crees que haces? Es enserio que te vas a matar.

Escuché la voz de un hombre detrás mío pero ignore sin voltear.

– Ese es el mayor acto de cobardía que había visto en la vida.

– Deja de meterte en lo que no te importa y vete, déjame sóla.

– Laura! ¿Eres tú?

Voltee para atrás y vi que el hombre que estaba ahí era Darío, este dio unos pasos para acercarse a mí, pero yo le advertí que no lo hiciera.

– Que tan malo puede ser lo que estás pasando como para querer suicidarte. Nada es tan malo como para que valga la pena esto.

– Basta vete de aquí, tengo que acabar con esto. – Apenas di el último paso para caer sentí sus brazos rodearme y detener mi caída.

Solté en llanto y le grité que lo odiaba por qué había arruinado mi oportunidad para reunirme con el amor de mi vida.

Todo esto lo había hecho de principio para escapar del problema con Santos, pero cuando estuve aquí todo eso lo deje detrás y en lo único que pude pensar fue en Dave.

Después de mucho llorar creo que me quedé dormida por qué cuando abrí los ojos estaba sobre una cama.

–¿ Donde estoy?– Pregunté confundida.

– Estamos en un hotel, ayer te di un tranquilizante y te quedaste dormida, no podía llevarte a tu casa y mucho menos ala mía.

Me sentí avergonzada cuando recordé todo lo que pasó, no tenía una sola palabra para decirle. Tampoco quería agradecerle, por qué de no haber sido por él ahora yo estaría libre de problemas y muerta tal vez reencontrandome con el amor de mi vida.

– Me vas a decir cuál problema es tan grande como para querer morirte. – dijo Darío mientras se sentó en un sillón frente ala cama.

– No es tu problema. – dije volteando mi rostro al lado contrario de él.

– No se si recuerdas pero tú y yo ya tuvimos algo en algún momento.

– Y fue un error. – dije enojada.

– Coincido contigo, fue un completo error pero pasó y no podemos cambiarlo. Ahora dime por qué querías morirte, o de lo contrario tendré que llevarte con un psiquiatra y decirle lo que pasó. Y sabes que te dejarían encerrada en una clínica con personas que tienen problemas mentales con pensamientos esquizofrénicos y suicidas.

Agaché la cabeza y evitando que las lágrimas salieran intente decirle todo lo mas valiente posible.

– Perdí a mi novio en un accidente. Mi vida a sido un desastre total desde que lo perdí, yo solo quería estar con el. Me hace mucha falta, me duele mucho no tenerlo, no poder verlo, abrazarlo. Fue la única forma que encontré para llenar el vacío, cerrar la herida.– Se acercó a mi y me abrazo, por unos segundos susurro.

– Te entiendo, pero aveces la muerte no es la mejor salida.– Ignore sus palabras y solo deje que me abrazara.

– Piensa que tu novio no quiere que mueras aún, tal vez por eso me puso en tu camino para evitar que cometieras un error.

Me separé de Dario y le dedique una sonrrisa, luego se ofreció a llevarme a casa y nos despedimos.

Me dijo que no intentará mas acabar con mi vida, que siempre había forma de seguir adelante sin una persona e incluso siempre habría solución para todo.

Me di cuenta que detrás del hombre que quise mantener alejado de mi había un hombre que con unas simples palabras había sanado algo dentro de mi.

No sabía si fuera a volver a verlo, pero le agradecí al destino por ponerlo en mi camino.

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