Un accidente

Sus manos recorrían mi piel, y nuestras respiraciónes agitadas apenas nos dejaban hablar, nuestros cuerpos encajaban perfectamente la habitación se hunandaba de nuestros gemidos, el calor de su respiración agitada la sentía en mi cuello y terminamos de hacer el amor mirándonos con ese brillo en los ojos y con esa felicidad que quería fuera eterna. Me desperté con un orgasmo provocado por el sueño. – Joder todo esto se sintió tan real, como si Dave me hubiera estado haciendo el amor encerio, mi última noche aquí y bajaste a darme una despedida cariño. – Hablé sola mientras mire fijamente la hora el reloj. – 1:00 am como rayos voy a poder dormir después de soñar contigo otra vez.

El primer día en Nueva York.

Acepté la propuesta de Emma ¿ Que otra opción tenía? probablemente ninguna otra, era tener una deuda tras otra con el banco y vivir solo para pagarlas o haber venido aquí por un mejor trabajo.

– ¿En que tanto piensas? en el avión estuviste muy distraída y aquí igual lo estás. – Pregunto Emma me sirvió un vaso de agua. – Te doy agua por qué es lo único que tengo, más tarde ire al super por si quieres venir.

– Me voy a quedar a desempacar, no tengo nada de ánimo para salir hoy y además estoy un poco cansada.

– Entonces me dirás por qué estás tan distraída.

– No pude dormir bien, anoche soñé con Dave. Fue muy bonito como si hubiera venido a recordarme que estará conmigo en cualquier lugar que vaya, siempre sueño con el pero está vez lo sentí tan real cuando me desperté sentí el calor de su compañía y era como si pudiera oler su perfume en ese momento. En fin toda la madrugada no pude dormir estuve melancólica.

– Creo que es normal que te sientas así, Londres fue tu hogar y donde pasaste cosas muy lindas con Dave.

Terminé de guardar mis cosas y de ordenar un poco el departamento, para cuando Emma llegó todo estaba limpio, fui a ayudarle a cargar las bolsas del super y apenas dejamos todo sobre la barra está me habló y me extendió un montón de papeles.

– ¿ Que es? – no me dio respuesta por qué empecé a ver qué eran folletos de universidades. – Emma de dónde sacaste ésto.

– La próxima semana estarán abiertas las inscripciones en muchas universidades, creo que deberías empezar a buscar.

– Es muy pronto para ésto. Quiero pagar una parte de las deudas y luego veré si puedo pagar los estudios también.

– Ey!! tus estudios son prioridad el trabajo no es muy desgastante puedes conseguir otro empleo y estudiar te aseguro que vas a poder con esto y más.

– En la mayoría hay que pagar inscripción y la ficha no tengo dinero para ésto.

– Vas a ver estos folletos y en mi habitación hay una computadora, puedes buscar más opciones e información pero quiero que empieces este año Blair, por favor yo te daré el dinero para la ficha cuando empieces a trabajar me lo devuelves deacuerdo.

Un día antes de ir a inscribirme mire todos los documentos listos a un lado de la mesilla de noche, suspiré dudosa y pensé que podía perder, no creí que las cosas pudieran empeorar.

Por la mañana nos despedimos con Emma y cada una tomó su rumbo. Había salido más de una hora antes y empecé a caminar por las calles mientras se acercaba la hora.

**Darío Beckmann**

Era el primer día sin Augus y su suplente ya me había echo llegar 10 minutos tarde ala primera reunión del día. El tráfico por la mañana era estresante, mire por la ventanilla del auto y me relaje un poco al ver que esté estaba disminuyendo faltaban 15 minutos para las 10, por lo menos al almuerzo con los franceses llegaría un poco antes de las 10:30.

– El auto se está empezando a calentar puedes prender el clima frío. – ordené al chófer mientras revisaba las estadísticas de la semana en la tableta.

– Como ordené señor Beckmann.

Mientras seguí deslizando mi mano por la pantalla cerré mis ojos al centir un leve golpe en la parte de enfrente del auto.

– ¿ Que ocurrió? – Pregunté sin abrir los ojos y masajeando las sienes con los dedos de mi mano.

– Lo ciento señor, me distraje mientras encendía el clima. Creo que golpeé a una persona con el auto.

Solo esto me faltaba. –¿ Y que estás esperando? baja a ver si está bien o esperas que alguien más lo aga.

" – Señorita ¿se encuentra bien? perdón no la ví venía distraído con el clima del auto.

– Está bien. Yo también me cruce sin mirar la calle.

– Permítame que la ayude a levantarse.

– Auch, no puede ser creo que me fracturé el tobillo.

–El tobillo solo eso, seguro no tiene otra lesión venga la ayudó a sentarse acá, listo.

– Solo el tobillo y algunos raspones.

– Deme un momento voy a hablar con mi jefe, no se vaya a mover de aquí deacuerdo.

– Oh no te preocupes no creo poder ir a ningún lado. – dijo la chica con gracia.

– Listo señor.

– ¿Está todo bien?

– La chica se fracturó un pié, le dije que esperara ahí mientras venía a hablar con usted.

Suspiré molesto y me tomé unos segundos antes de hablar. – Tu nombre es Reynolds cierto? – Asintió con la cabeza y lo mire con evidente molestia. – Llevas que son, dos, tres horas como suplente de Augus y ya me hiciste llegar 10 minutos tarde a una reunión, golpeaste a una persona con el auto y por lo visto voy a llegar tarde también a la próxima cita. ¿De verdad eras lo mejor que encontró Augus para suplirlo?

– Lo ciento señor. Me voy a esforzar más le aseguro que no volveré a cometer otro error señor.

– Como sea. Consígueme un taxi y luego vas a un hospital a llevar a esa chica.

Me dirigí al taxi pasando frente ala chica que estaba sentada en la banqueta, no la mire mas de dos segundos ella solo sostenía una carpeta de papel en sus manos pero nunca volteo a verme, en gran parte agradecí por qué era un problema menos, antes de subirme al taxi llame a Reynolds y le di indicaciones para el asunto.

– Te encargas de los gastos del hospital y dale un cheque ala chica, no quiero tener problemas con esto más adelante.

**Blair Spencer**

Regrese a casa sin un lugar en la universidad y con un tobillo fracturado, además sin la mínima esperanza de empezar a trabajar en las próximas dos semanas, suspiro frustrada y al momento Emma cruzó la puerta de la casa.

– ¿Blair que te paso?– Dejo una bolsa sobre la mesa y miró las muletas a mi lado y luego mi pie enyesado.

Me encogi de hombros y luego respondi. – Creo que me levanté con el pie izquierdo, un auto me atropello antes de llegar ala universidad.

– Por dios, ¿ Cómo paso? seguramente un conductor torpe de esos que siempre llevan prisa.

– Fue un accidente, culpa de ambos del conductor y mía.

– Joder entonces no te inscribiste en la escuela. Voy a tener que llamar a mi jefe te había conseguido tu primer trabajo para mañana en la noche.

– Encerio?

– Si una señora mayor que necesitaba compañía en una subasta.

– No puedo trabajar voy a tener el yeso unas dos semanas por lo menos.

– Está bien nena, ya veremos cómo le hacemos estos días.

Tome mi bolsa y le mostré un papel a Emma.

– ¿ Que es esto? no puede ser, joder Blair de dónde sacaste ésto.

– Me lo dio el tipo que me atropello, es chófer y por lo visto su jefe no quería problemas legales o un escándalo.

– Ya viste la cantidad que está en este cheque con esto puedes vivír sin problemas por meses.

– Por el auto que tenían ese dinero se lo gana el tipo en un día.

– Darío Beckmann!! Ya viste el nombre en el cheque, está cantidad no se la gana en un día este hombre está jodidamente rico es dueño de exportadora más grande del mundo y además es socio de proyectos importantes, lo que te dio el se lo gana en menos de un minuto y se lo gasta en una comida en un restaurante lujoso.

–¿ Lo conoces?

– No lo conozco, nunca lo eh visto en la vida pero es una persona muy importante en Nueva York todo mundo habla de el.

– Y pensar que rechace el cheque más de una vez.

– ¿Hiciste que?– Emma pego un grito.

– No quería dinero, ya había pagado los gastos del hospital, pero el chófer casi me rogó que lo aceptará o perdería su empleo. Pero ahora que se de quien viene el dinero me siento un poco más tranquila, debe de ser uno de esos tipos explotadores que se hacen ricos a costillas de sus empleados.

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