Confrontandolo

Puse mi pijama y estaba a nada de lanzarme sobré la cama de un brinco cuando tocaron a mi puerta. Apenas abrí miré a Darío jugueteando balanceándose para enfrente y para atrás con sus pies, no era gracioso verlo hacer esas cosas, apenas me miró acomodo su postura y habló diciendo si podíamos hablar y luego pidiendo permiso para entrar, solo asentí pero estuve a nada de decir que está era su casa y que el podía estar en cualquier parte de ella sin pedir permiso.

Apenas entró lo vi como escaneo de reojo y rápidamente cada rincón y luego por fin se sentó a la orilla de la cama.

– ¿De qué hablaremos? – dije rápidamente y él elevó su vista en dirección con mi rostro.

– Me parece que no está nada claro entre nosotros. Para empezar las razones por las que me casé fueron las que leíste en el contrato, lo segundo lo creas o no… no tenía ni la más mínima idea de que con quién me iba a casar eras tu.

– Okey te creo. -- dije sin refunfuñar nada más , pero no le creía absolutamente nada.

– Muy bien. Entonces ya que aceptaste como son las cosas te dejo dormir.

Al pasar de los días por más que intentaba levantarme temprano y compartir el desayuno con Darío, me era imposible, es que quién rayos a parte de él podía estar levantando a las 5 de la mañana e irse al trabajo a las 7 en punto.

Eran muy raras las ocasiones en las que Darío llegaba a casa para comer o cenar, de sobra sabía que este matrimonio era una farsa total y que yo no tenía ningún derecho de preguntar por qué me evitaba.

Darío estaba diferente, no actuaba de la misma forma de cuando recién nos conocimos, ahora era muy diferente como si algo escondiera, como si no quisiera siquiera que yo me acercará o dirigiera la palabra.

Esta noche estaba decidida a esperarlo a confrontarlo y obligarlos a decirme la verdad ¿ Por qué me estaba evitando?

Pasadas de las 10 escuché como subía las escaleras sin haber encendido las luces del salón.

– Llegaste temprano a comparación de otras noches. – dije y enseguida escuché cómo detuvo su andar.

– No tenía idea de que estuvieras al pendiente de mí y mis horarios. – respondió aún parado.

Luego de eso volví a escuchar sus pasos en la escalera y las luces se encendieron.

– No estoy pendiente de nada, me doy cuenta por casualidad. Hoy quise esperar despierta, quiero que resuelvas una duda en mi.

Frunció el ceño mientras me miraba – Bien, si puedo resolverla dime.

– He hecho algo mal, no se alguna cosa que te molestará fui impertinente que cosa hice o dije que te tiene distinto.

Arrugó el entrecejo y lo vi dudar por un momento antes de hablar.

– De qué hablas, mi comportamiento es el mismo de siempre solo que recién empiezas a conocerme, creo yo.

– Cuando me invitaste a salir… ya sabes cuando tuvimos algo, tu forma de tratarme era diferente. ¿Fuiste lindo solo por qué querías llevarme a la cama?

Su expresión cambió totalmente de tranquila ha decepción, lo se por qué no pude evitar ver en Darío un gran parecido en las expresiones que Dave tenía.

– ¿Eso crees? Blair si hubiera sido esa la razón jamás hubiera sido amable el día que te salve de que te suicidaras en el puente.

– Entonces ¿Qué cambió entre nosotros?

Suspiro frustrado y frotó su rostro con sus manos.

– Blair! No debería de estar dando explicaciones, mucho menos por qué no hay nada entre nosotros, pero si te puedo dejar tranquila te daré dos respuestas muy claras. Cuando pasó lo que pasó, tu sabes a lo que me refiero, no buscaba un compromiso pero me interese en ti de una forma sentimental. La segunda, es que ahora se que me mentiste con tu nombre tu vida a lo que te dedicabas, estamos casados por un contrato y entre otras cosas, ya no me interesa enredarme sentimentalmente contigo Blair. Y perdón que te deje pero estoy cansado y lo único que quiero es entrar a la ducha después a mi cama.

Me había dolido mucho más de lo imaginé que fuera doler lo que Darío pudiera decirme, y de verdad de verdad que yo no estaba enamorada de él y no tenía un sentimiento hacia él.

A la mañana siguiente, después de que ayude a Lola con la limpieza en la cocina fui al cementerio, no había regresado a visitar la tumba de Dave, había pensado mucho en lo que quería platicarle estando ahí, y cómo la primera vez que vine hice lo mismo me acomode recargada en su lápida, cerré mis ojos y me encontré sentada sobre él con sus brazos rodeando mi cuerpo.

** Jure que nunca amaría a nadie más que no fueras tu, y aquí estoy cumpliendo mi promesa no hay nadie que logré hacer que salgas de mi corazón. Sabes me siento una gran mierda por lo que te hice, me acosté con otro hombre, con el mismo hombre con el que ahora estoy casada. No estoy enamorada, todo lo hice para arreglar un poco el desastre que se volvió mi vida desde que tú no estás, quisiera contarte todo con detalles para justificar un poco lo que hice, pero entiendo si tú ahora mismo estás enojado conmigo por buscar una salida fácil a mis problemas. Me tengo que ir, iré a buscar a Emma para comer y no quiero llegar tarde ya sabes cómo se pone cuando me retraso, te amó voy a regresar pronto para contarte muchas cosas más.**

Cerca de las cinco llegué a casa, el auto en qué había salido Darío estaba ahí. Cuando entre lo vi sentado en el salón mirando el teléfono.

– Hola!, no esperaba encontrarte a está hora en casa.

– Creí que no querías que te evitará, llegue temprano para comer juntos pero no estabas y terminé comiendo solo.

– Perdón estuve todo el día con Emma, pero si quieres por la noche podemos cenar juntos. – le dije para arreglar un poco mi error.

– No te preocupes, tengo que regresar al trabajo y se me hará imposible llegar temprano tal vez compartamos el comedor otro día, es tarde tengo que irme.

Así pasó otra semana y era muy poco el tiempo que nos veíamos con Darío, a veces y apenas nos cruzábamos en el pasillo o las escaleras y era la única vez que nos veíamos en el restó del día

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