SECUESTRO

ELENA WHEELER

Se le hizo la prueba de ADN a Valentina. Se confirmó que la bebé era su hija. Durante el proceso con los juzgados, Mauro le dio de alta a Valentina. Había pasado un mes completo en la incubadora. Sus pulmones ya estaban maduros.

La llevamos a casa.

— Llegó una citación de los juzgados— Doña María me entregó el sobre.

Abrí el sobre. Luis pedía la custodia absoluta de Valentina. Esto es una locura.

Llegó el día. Me presenté en los juzgados con mis abogados y con David, la bebé se quedó en casa al cuido de mi madre.

El juez me dio la custodia de Valentina. Luis una vez por mes podría visitarla y pasar una pensión alimenticia. Luis estaba muy molesto, se le notaba en su cara. Lo único que no me agradaba es que tengo que verle la cara de por vida a Luis.

Al salir de los juzgados. Luis nos esperaba afuera.

— Esto no se queda así. No quiero que mi hija la críe este hombre.

— Yo no quisiera verte la cara, después de todo el maltrato que viste.

— Nos vamos amor, no perdamos nuestro tiempo en cosas absurdas— David le tiró una mirada a Luis.

David tomó mi mano y caminamos hasta el auto.

— Hay dos cosas que no me gusta de todo esto— David sonrió — Qué le quitaron mi apellido a mi Valentina y que él la visite mensual. Pero bueno, es su papá, y tiene ese derecho, pero si le hace algo a Valentina o a ti, está vez seré más enérgico.

— Gracias por tu apoyo, eres el mejor.

Durante un año, Luis llegaba en algunas ocasiones a la mansión ver a Valentina durante una hora, a veces solo duraba unos 10 minutos, recibía una llamada y se iba.

Cada que Luis intentaba cargarla, Valentina lloraba. Era lo contrario con David, que cuando estaba cerca, Valentina le extendía sus manitos para que él la cargara.

Sin duda había un vínculo afectivo de Valentina con David.

— Estamos a unos días que Valentina cumpla su primer año, me gustaría que fuésemos a pasear a Londres.

—¿Londres? Sabes que tengo que pedir el consentimiento al baboso de Luis, para poder sacar del país a mi princesa.

— Bastardo ese, ni cumple con las visitas, ni con nada. Lo único que quería era molestarte. Bueno, otra opción es visitar el zoológico.

— Me parece bien.

Estuvimos en el jardín jugando con Valentina.

— Es hora de entrar. Valen, necesitas darse un baño y cenar. Y nosotros necesitamos descansar también.

— ¿Descansar? — David señalaba con su dedo índice un NO— Está noche es de nosotros.

Cuando Valentina se durmió. Nosotros tuvimos nuestra noche de pasión.

Platicamos esa noche, después tener sexo, que iríamos con Valentina al zoológico el día de su cumpleaños

Los días pasaban con tranquilidad. Tocó el día de visita de Luis. Llevé a Valentina al jardín. Luis hacía él intento de cargarla y ella siempre lloraba.

— ¿Cuándo cumple la niña?

— En dos días.

— Ese voy a venir a traerle su regaño. Mis padres quieren conocerla.

— Tu día de visita es hoy. No puedes sacarla de casa. Lo siento por tus padres. Además, ese día no estaremos en casa.

— Desgraciada, soy su papá. Ese estúpido no es su padre y pasa más tiempo con ella.

— Ese estúpido como tú le dices, es padre de ella que vos.

— ¿Dónde la llevarás? Quiero saber, porque no me has dicho nada.

— No tengo por qué decirte nada.

— ¿Quieres que consiga un permiso especial para pasar ese día con mi hija? Lo único que te estoy pidiendo que me digas donde llevarás a Valentina.

— Zoológico— Luis me irritaba.

— Perfecto mi amor.

— No soy tu amor. Ya cumpliste tu hora. Vete.

Luis me dio a Valentina y se fue.

Pasaron los dos días rápido. Cuando vimos ya estábamos preparándonos para ir de paseo. Luis llamó.

— Voy a ir un rato a ver a Valentina solo quier entregarle algo.

— Puedes dejarlo con doña María. No estamos en casa.

Llegamos al zoológico, anduvimos viendo todos los animales.

Nos sentamos en una banca. David fue a comprar comida rápida y yo quedé sola con Valentina que estaba en su cochecito. Cuando una señora se me acercó a platicar. Me distraje por un momento. Cuando giré a tomar a mi hija ella no estaba en la carreola.

Me levanté buscando a todos lados. La Señora había desaparecido. Empecé a correr por todos lados buscando a mi hija.

¿Cómo es posible que no me di cuenta? Corrí donde David.

— ¿Qué te sucede? ¿Valentina donde está?

Me solté a llorar.

— No lo sé. Una señora se acercó y me distraje.

Le dimos vuelta a todo el zoológico.

— Aquí hay cámaras de vigilancia. Vamos a que revisen.

Fuimos a que revisaran, Pero las malditas cámaras no servían.

— Vamos a ir a la policía— David hasta la estación de policía.

Nos tomaron la denuncia. Empezó la búsqueda.

— Es mi culpa. Ella debe estar muy asustada, y si la violencia, y si la matan— lloraba a mares.

— Tranquilízate. Esperemos que la policía la encuentre pronto.

No sabe como se siente una madre cuando pasa esta situación. Mi vida se caía en pedazos. Mi razón de ser es Valentina. Me descompesé.

Cuando abrí los ojos, estaba en la clínica, canalizada con suero. Empecé a gritar.

— Tranquila amor, te va a hacer daño.

— Solo quiero a mi hija.

Mauro entró con unos papeles en mano.

— Te mande a hacer unos exámenes sangre. Estás embarazada. Entiendo la situación, piensa en el otro bebé.

—¿Embarazada?, pero mi hija está desaparecida. David— lo miré con mis ojos humedecidos.

— Ella va a aparecer. Te lo prometo.— David me abrazó.

¿Embarazada? Es cierto, no me había cuidado porque estaba confianda que porque daba lactancia exclusiva eso me protegía y como me había bajado la menstruación pensé que todo estaba bien.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***