¿EMBARAZADA?

ELENA WHEELER

¿Embarazada? Me seguía preguntando una y otra vez esto. Mi padre salió del hospital tras dos semanas en él. Luis pagó todo, su estadía, todos sus exámenes. Esto me hacía sentir comprometida con Luis.

Luis dio la noticia a su familia. Sonreía cuando estaba junto con él, porque tenía que aparentar una felicidad que no sentía. Pero como él había pagado todo a mi papá, tenía que agradecer fingiendo ser feliz a su lado. Tenía que ser la esposa perfecta antes mis suegros, ante mis padres.

En la casa, él me llenaba de detalles, pero la verdad no quería nada.

Mientras él estaba en el trabajo salí a dar un paseo por el parque, a eso de las 4 de la tarde. Me encontré con David.

—Hola, ¿cómo estás? ¿Cómo sigue tu padre?

— Mi padre, mejorando y confío en Dios que pronto volverá a ser como antes.

— Tienes que ser fuerte, eres una mujer— David en este instante se guardó silencio y sonrió.

— No acepto coqueteos— le sonreí y le mostré el anillo de boda de mi mano.

— Yo no dije nada. Pero que tristeza, realmente me simpatizas y le gustas a Molly.

— Ella es adorable.

— Veo que te gusta venir al parque.

— No es que me guste, pero me aburro estar en casa.

— Sí quieres trabajar, tengo un puesto especial para ti.

— No te cansas de coquetear— le seguía sonriendo.

— Tienes una sonrisa muy bonita.

— Es hora de irme. Voy a pensar lo del trabajo. Solo que después no te vayas a arrepentir cuando llegué a tu empresa a pedirlo.

No me había percatado que Luis estaba viendo todo desde el auto. Mi sonrisa se borró de mis labios y mi cara cambió.

— ¿Pasa algo? — David preguntaba.

— No me hables, es hora de irme. Adiós.

Me levanté de la banca y caminé a la casa. Luis estaba en la puerta esperándome.

— Entra.

¿Qué era esto que sentía? ¿Miedo? Luis se veía molesto.

— Mientras yo trabajo, tú le sonríes y coqueteas con el jefe de tu mamá. ¿Es ese hijo mío o de él? Responde.

— Es tu hijo.

— Él vive por aquí. Ya veo. Todas las tardes te ves con él, te estás vengando por lo que pasó con Francella y por el día que vine borracho ¿es eso?, ¿te estás vengando?

— Yo solo salí al parque a caminar y él estaba ahí paseando a su perro, no es algo premeditado simplemente es una casualidad. Además, tú eres el menos indicado para reclamarme, ¿no lo crees?

— Llevas a mi hijo en tu vientre así que compórtate como mi esposa porque para zorras pago prostitutas.

Me fui a mi cuarto y puse seguro a la puerta. David me envió un mensaje:

"¿todo está bien? Tenías una cara como qué tal había visto un fantasma. ¿Por qué me dijiste no me hables?

"Todo bien, pero ya no me envíes mensajes por favor puedo tener problemas con mi esposo.

Maldita seas Luis, mil veces maldito. Juro que en cuanto nazca mi hija o hijo me iré muy lejos donde no me puedas encontrar.

ELENA WHEELER

Después de ese día que Luis me vio platicar en el parque muy ameno con el jefe de mi madre, no ha parado darme insultos.

"Eres una zorra"

"No sabía que eras capaz de serme infiel"

"Vos, maldita mal parida sírveme la cena"

"Yo soy quien te mantengo, así que no hagas cosas estúpidas"

"Estás gordas, fea y vieja"

"Te estás poniendo muy gorda"

Eso eran algunos de sus insultos. Me ha hecho sentir mal, he llorado lagunas, no pensé que ese amor que juró amarme y respetarme me falte el respeto como que tal yo fuese un pedazo de piedra.

He tomado una decisión y es abandonarlo. Ya no me importa si él pagó las facturas del hospital. Ya no voy a permitir que siga insultando. Toas las mujeres merecemos respeto, nadie nos puede juzgar por nuestra silueta, o forma de vestir o por los años que tengamos, por absolutamente nada.

Luis salió a su trabajo e inmediatamente él se fue, yo empecé a preparar mi equipaje.

Al llegar a la puerta, lista para empezar de nuevo mi vida junto al bebe que esperaba que era lo único que me daba consuelo y esperanza a mi infeliz vida, la puerta estaba con seguro. Busqué las llaves por todos lados, pero no la encontré. Era como si él sabía que hoy era el día que yo marchaba de esta casa.

No lo pensé tanto y busqué como salir por una ventana. El único detalle es que todas las ventanas tenían verjas de hierro, a excepción de la ventana del cuarto de él. Fui directo a su cuarto. Su cuarto estaba con seguro, pero de esas llaves había una copia en su despacho. Bajé nuevamente a buscar la llave a su despacho y la encontré. No podía sentirme más alegre.

El cuarto de Luis estaba en la segunda planta, abrí la ventana, tiré la maleta, la maleta se abrió y mis pertenencias cayeron por todos lados. Me dio un poco de temor la altura y más por mi estado. Agarré todas las cobijas las amarré y a estilo de rapunzel, tiré de las cobijas por la ventana y empecé a deslizarme sobre ellas.

Al llegar abajo, recogí mis cosas del suelo. La maleta se había dañado. Por fin, estaba fuera de la casa.

Un auto conocido se detuvo frente de la casa. Bajó su ventana.

— ¿Estás huyendo de casa o eres rapunzel o Spider-Man? — Era el CEO de mi madre.

— Práctico un poco— le sonreí.

— No quiero ser indiscreto, pero ¿puedo saber por qué hiciste eso? Te llevo a algún lado?

Recordé que la entrada a la casa había cámaras de vigilancias.

— Sí, llévame donde mi madre, por favor.

Él se bajó de su auto, tomó mi maleta y la puso en la parte trasera de su auto. Yo subí al frente.

Me sentía con mucha adrenalina por lo que estaba haciendo, pero no sentía arrepentimiento para nada. Creo que todo lo hacía por mi salud mental, por mi hijo que llevaba en mi vientre.

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Comments

Isabel Ortiz

Isabel Ortiz

yo mo mando a freir monos al África y me voy donde nunca me encuentre

2024-06-15

4

Mary Montilla

Mary Montilla

Tenías que irte bien lejos 🤦🤷

2024-05-14

1

Eleonor Baker

Eleonor Baker

Ay nena la cachetada ahí va! cómo te dejas.

2023-10-05

6

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