ECOGRAFIA

ELENA WHEELER

Pasé una noche terrible. Leí cada comentario. Las personas que creí que eran amistades, no eran más que personas falsas, todos igual que Luis, unos falsos. Todos tomándo un pedazo mi vida con sus malditas opiniones.

Me levanté y me di un baño que duró alrededor de dos horas.

Tocaron la puerta.

Salí del baño en toalla y abrí la puerta.

— Buenos dias hija. Me voy al trabajo. Te encargo a tu padre. Cuando regrese, hablamos.

— Está bien madre. Cuídate.

¿Qué va a decirme? Seguro ya leyó todo.

Toda mi vida he sido una hija buena, decente, que se encargó de llenarlos de orgullo, nunca le di problemas en nada. Siento que todo mi consideración se viene abajo por culpa de Luis.

Hay un dicho que dice, "que mal paga el diablo a quien bien le sirve", Con Luis traté de ser una novia amorosa y comprensible, aunque no compartíamos algunas cosas en común, pero creo que aunque éramos diferentes, eso era lo que necesitábamos para complementarnos.

Bajé a la cocina, a ayudar a doña María a hacer el desayuno.

—¿Qué hace? Usted siéntese. Estoy para servirle.

— Doña María, usted no está para servirme. Yo no soy su jefa. Además, quiero ser útil.

— Usted es la novia del joven, madre de su hijo. Así que estoy para servirle.

— David no es — David tosió.

— Buenos días, Elena. Buenos días, Doña María— David me vio un poco serio, viendo a todos lados como percatándose que no estuviesen mis padres— Elena, no digas que ese bebé no es mío, OK. y María guarda el secreto. Aún los padres de Elena no saben que soy o seré el padre del bebé.

— David podemos hablar en mi habitación.

— Claro y¿tu mamá?

— Ya se fue.

David tomó mi mano. Caminamos hasta mi habitación.

— No digas que eres el padre de mi hijo.

— Pero quiero responsabilizarme por él, lo quiero reconocer como mío.

— Pero él tiene a su padre y crees que no va a pelear la custodia. Es bonito lo que quieres hacer, pero siendo sincera no pienso que Luis renuncie fácilmente.

— Todo el mundo piensa que es mío.

— ¿Leíste lo que publicaron? ¡Qué vergüenza!

— Qué digan lo que quieran. Tienes mi apoyo en todo. Ayer pude hablar con mis abogados, ya empezaron el proceso de divorcio, espero mantengas el querer separarte de él.

— Gracias.

— Agendé una cita en una clínica de un amigo mío, hoy a las 10. Quiero ir contigo.

Por increíble que sea, este hombre está tomando una responsabilidad que no le corresponde. Me tiene confundida.

— Me cambio entonces.

— Espero no abrumarte. Solo que quiero que veas que quiero ser parte de tu vida. Y que me importas. Me siento enamorado. Siento que te amo.

Cerré mis ojos y llevé mi mano a mi cara. Mis lágrimas empezaron a salir. No sé si por las hormonas del embarazo, pero últimamente ando muy sensible. Y este hombre ha hecho demasiado por mí que siento que todo lo que me ocurre, viene él y lo borra y siento la carga un poco más ligera.

— No llores mi amor, ¿Puedo decirte mi amor?— David me abrazó.

— Perdón, a veces siento que esto es irreal.

— Te pellizco para que veas que es real.

— Ja, ja, ja no. Voy a cambiarme. Así que bye-bye.

— Te espero en el auto.

Busqué entre mis cosas un vestido de estampado que me gustaba.

— Ya estoy lista— Subí al auto.

Era la primera vez que iba al doctor para un chequeo. No sabía con exactitud cuantas semanas de gestación tenía.

Llegamos a la clínica.

—Hola amigo, ¿Qué tal te ha ido? Me quedé sorprendido que me llamaras, tenías rato de no hablarme— El amigo de David hablaba.

— Me ha ido muy bien, me siento bendecido. Te presento. Ella es Elena, mi novia— me miró y sonrió—Quiero que le lleves su control prenatal.

— Un gusto Elena. Soy Mauro, seré tu doctor. Vamos a realizar una ecografía.

Mauro llenó unos papeles y me preguntaba mis datos.

— Hace poco tuve una tentativa de aborto, la ecografía no le hará daño al bebé. Perdón, si soy ignorante en este tema, pero me gustaría saber.

— No le hará daño. Es necesario saber cuántas semanas tienes para prepararnos para el parto. Vamos a la sala de radiología.

Caminamos a Radiología. Me preparaba para la ecografía. Seguía cada indicación de Mauro. Subí mi camisa y él puso un gel en mi vientre.

— Solo para que estés un poco más tranquila estoy realizando una Ecografía abdominal. Una ecografía abdominal es una prueba de control prenatal que se realiza a mujeres embarazadas para comprobar el crecimiento fetal durante la gestación. A través de unas ondas sonoras o de ultrasonido, es posible visualizar una imagen del embrión dentro de la placenta y analizar su estado. Si puedes ver en la pantalla, se puede apreciar tu bebé. Tu bebé tiene exactamente 10 semanas de gestación.

— ¿10 semanas? — podía ver a mi bebé, David tomaba mi mano y acariciaba mi cabello.

— Sí, tiene 10 semanas. Todos los órganos vitales del bebé se han formado y han comenzado a funcionar juntos. Mide aproximadamente 3. 2 centímetros.

— ¿Sé puede ver el sexo?

— Aún no, podemos esperar a la semana 14 para ver el sexo, pero aun así no es seguro. Hay bebés que se dejan ver a la primera, pero hay otros que no, no se mueven mucho o cruzan sus piernas y no permiten que uno puede ver ese detalle.

Miré a David con lágrimas en los ojos. Mordía mis labios.

— Tranquila, mi amor. El bebe está bien y será recibido con mucho amor.

— Listo, puedes limpiarte— Mauro me dio un papel toalla para qué me limpiara el abdomen.

— Mauro me das un minuto con Elena— Mauro asentó su cabeza dando un sí y salió de la sala.

Me senté en la cama (camilla), David tomó mis dos manos, me miró, pero no decía nada. Agaché mi cabeza.

David me ayudó a bajar de la camilla, me dio un beso en la frente y me abrazó.

— Recordé esa vez que vi a mi hijo así de pequeñito— la voz de David se quebró— Perdón por recordar eso en este momento que es especial para ti.

Tenía ante mi, un hombre que aún está roto por dentro, era como si Dios nos juntase para sanarnos el uno al otro.

— David, ¿Me das otro abrazo? — Él se acercó y me abrazó, podía sentir su corazón.

— Vamos con Mauro.

Fuimos al consultorio que estaba a lado de la sala de radiología.

— Solo decirte que continúes con tus cuidados. Recomiendo que reposes lo que más puedas. Me alegra que sean padres.

— Gracias, amigo. Nos vamos.

Mauro puso una cita para dentro de un mes y medio.

— Elena, puedo pedirte una cosa y no te ofendas. Cuando lleguemos a casa, puedo quedarme un rato en tu cama.

— ¿Qué? — la verdad eso no lo veía venir.

— No te estoy pidiendo que tengamos sexo, solo quiero abrazarte mientras estamos acostados.

— Está bien.

Llegamos a la casa a esos del medio día. Fuimos a mi habitación. Puse seguro. Nos acostamos, puse mi cabeza en su pecho y nos abrazamos.

— Te quiero Elena.

Pude ver que David cerró sus ojos y suspiró. Podía escuchar como su corazón palpitaba con fuerza.

— No le pongas mente a ese loco. Cierra tus ojos y descansa un rato conmigo. Juro que quisiera tenerte así toda mi vida.

Escuchar su corazón, alborotaba al mío, me sentía acalorada. Este día ha sido un torbellino de emociones, lágrimas, alegría, bienestar y ahora mismo, solo tengo deseos de besarlo y pedirle que me haga el amor. Inhalaba y exhalaba.

¿Qué estoy sintiendo?

Me senté en la cama. David abrió sus ojos.

— ¿Te incomodé?— Él se levantó de la cama y se dirigió a la puerta— almorzamos juntos, ya es hora.

Me levanté y lo abracé desde su espalda. Él quedó con la mano en la manija de la puerta.

— Quédate un rato más.

Él se dio la vuelta.

— Temo que si me quedo no podré contenerme.

— No te contengas— lo vi directo a sus ojos.

— Pero tu reposo— no lo dejé hablar más, y lo besé.

David me cargó y me llevó a la cama. Nos besamos por un buen rato, las prendas de ropas, iban saliendo una a una, hasta quedar desnudos, uno al frente del otro. Él recorrió con sus labios mi cuerpo. Me hizo el amor con tanta delicadez, con dulzura, que juro que sentí cosas que jamás pude sentir con Luis.

Ahora entiendo, puedes tener una relación de tantos años y llegar a no funcionar, pero hay personas que con tan poco tiempo logra, lo que otro no hizo.

— Gracias Mi amor por permitirme llegar a ti.

Me sentía conmovida. Tapé mi cara con mis dos manos.

— No llores de nuevo. ¿Te lastimé?

— Soy feliz, me siento feliz contigo.

Lo abracé. Nos quedamos así unos 10 minutos. Bajamos a almorzar, luego él se fue a la empresa.

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Comments

Maribeth Minotta

Maribeth Minotta

por primera vez date la oportunidad niña

2024-06-03

11

Mary Montilla

Mary Montilla

Se feliz y haz feliz a ese papucho 👍🏻🤗❤️😍

2024-05-15

1

Melisuga

Melisuga

No se puede leer, mucho menos hacer caso, a lo que se publica en las RRSS. Hay quien se considera con derecho a opinar como amplio conocedor de un tema y no conoce ni 'la mitad de la misa'.
Salte de todo eso, Elena. Ya viste que no son tus amigos. No te quieran ni estiman; y tú no los necesitas.

2024-04-19

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