ME GUSTA

DAVID MONTENEGRO

Salí de la mansión y me fui a la empresa. Me encontré con Matilde Roys, madre de Elena, en los pasillos.

— Señora Matilde, Elena está en mi casa. No sé si sabía, pero le comento para que no se preocupe.

— ¿En su casa? ¿Por qué ella está en su casa?

— Llámala, ella le explicará. No piense mal tampoco. Ella necesita mucho apoyo.

La madre de Elena se fue a su área. Había acordado con ella, que trabajará medio tiempo mientras su esposo se recuperaba.

Terminé de llegar a mi oficina. Me senté.

Creo que estoy totalmente loco. Como me puede gustar una mujer casada. Ella debe estar sufriendo por su marido, y seguramente en un momento ella regrese a su casa.

Me puse a firmar unos pendientes. Algo que me tenía muy inquieto era el recuerdo que haberla visto desnuda. Tiene un cuerpo muy bonito.

Tengo años de no tener una relación desde que mi prometida falleció junto con el bebe que esperaba. Realmente aún siento la partida de ella y de mi hijo no nacido.

Nadie sabe de esto, porque esto ocurrió en Italia, mientras estudiábamos la universidad. Solo doña María lo sabe y eso porque mis padres le contaron.

Sufría depresión a la edad de 19 años. Me costó entender que la vida sigue aún después todo lo malo que nos pueda ocurrir.

Cuando la vi en el parque ese día y Molly se le acostó en sus pies y ella la acarició con confianza me dio mucha seguridad, porque para mí, un humano que ama a los animales merece todo. Desde ese día me he sentido atraído por ella, no por su amabilidad con Molly, sino porque tiene una brillo especial.

Busco explicación del porqué me gusta y la verdad no tengo ninguna. Me gusta porque simplemente me gusta.

Llamé a Elena, pero no me contestó. Así que llamé a Maria para ver si todo está bien en la casa.

— Joven David, no sé si decirle. Vi a la chica llorar en el jardín. La verdad no sé si estuvo vomitando.

— Dile que me devuelva la llamada—Colgué.

Me senté a esperar la llamada de Elena.

— Hola— era Elena.

— Hola Elena, solo es una llamada para saber si necesitas algo o todo bien en casa.

— Todo bien.

— No te molestaría si te pido que vayamos a comer algo hoy en la noche.

— La verdad, quiero descansar, no me siento bien.

— ¿Qué te sientes?

— Estoy embarazada.

— Es eso. Necesitas medicina para el malestar, ya fuistes con un médico.

— Gracias por todo. No hay necesidad.

— Okay. Voy a colgar.

Casada y embarazada. Tengo que dejar de pensar en ella. Solo soy una mano ayuda, pero se me venía a mi mente, sus pechos.

Me levanté de la silla. Busqué un poco de agua helada y me la eché en la cara.

Estoy desconcentrado.

A las 2 de la tarde, me di por vencido. Elena estuvo paseando por mis pensamientos todo este tiempo. Pasé por la farmacia y le compré medicina para las náuseas. Conduje hasta la casa mansión.

— Maria, ¿Elena está en el cuarto?

— No. Anda por el ojo de agua.

— Gracias.

Caminé hasta el ojo de agua, que es un manantial. Había comprado esta propiedad por eso.

Vi a Elena sentada viendo el manantial. Caminé hacia ella.

— ¿Te sientes bien? Te traje medicina.

Ella me miró con lágrimas en sus ojos. Agachó su cabeza y tapó su cara con sus manos.

— Pensé que venías hasta el sábado. Perdón, es tu casa, puedes venir cuando quieras. Solo que has visto lo que no quiero.

— Toma. No te preocupes. Ya te dije que lo hago por muchas razones.

— Sabes que estoy embarazada. Sabes la difícil situación de mis padres y la mía. Quiero contarte mi maldita historia.

Elena hablaba y yo escuchaba atentamente, ella lloraba, se pausaba y continuaba hablando.

Después de todo lo que me dijo, ahora pienso que hay personas que no merecen nada.

— Perdón si te aburrí, lo sentía aquí— Señalando su corazon— tenía que sacarlo. Mi mejor amiga Irene no ha querido contestar mis llamadas, ella debe estar molesta porque desde la luna de miel me dijo que lo deje y yo no le hice caso.

Me había sentado a su lado. La abracé. Ella puso su cara en mi pecho y lloró durante un buen rato. Ese sentimiento de pérdida se me hacía familiar. Pasamos duelos de distintas maneras, con la muerte de un familiar, pareja, el abandonar un empleo, el terminar relaciones tóxicas. Elena está viviendo un duelo.

— Gracias por escucharme— tenía sus ojos, nariz y labios rojos.

— Gracias por compartir esto conmigo.

— Puedo pedirte un favor. Necesito trabajar, usted me había ofrecido trabajo en su empresa.

—¿Usted? Te parezco abuelo. Solo tengo 27 años.

— Es por respeto.

— Solo David. Nada de usted, de señor, de joven y todo eso. Con esto, creo que somos amigos.

Elena sonrió.

— Eso me gusta. Con respecto al trabajo. Será un trabajo de medio tiempo debido a tu embarazo. Y serás mi asistente personal.

— Gracias.

— Vamos a caminar por allá. Hay un sendero. Me gusta la naturaleza. Esta es mi propiedad favorita sabes.

— Sí ya vi. Todo es bello. Sabes, muy pronto me mudaré con mis padres, mi mamá va a poner la casa a la venta y pues, viviremos en una casa más pequeña.

— Puedes quedarte cuanto tiempo desees. Y tus padres no necesitan vender la casa.

— Necesitan dinero para la rehabilitación de mi papá, para que pueda regresar al trabajo. Él es profesor de Física de la universidad.

— Voy a hablar con tu mamá. No te preocupes.

Caminamos por el sendero. Conocer un poco más a Elena, hacia que mi corazón palpitar. No veía a una mujer embarazada ni casada. Veía una mujer que merecía ser feliz. Elena me gusta, de eso no hay duda.

Más populares

Comments

caro

caro

necesité un David en mi vida en su momento 🥲

2025-02-13

1

Mary Montilla

Mary Montilla

Todo un caballero 👍🏻😁🤭😍❤️

2024-05-15

8

Verónica Bustos

Verónica Bustos

algo hay con la amiga,como no le contesto, seguro tiene su escondido, ojalá sepa luego.

2024-02-22

7

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play