NO SE QUE HACER

ELENA WHEELER

Dormí plácidamente.

Abrí mis ojos. Miré el techo, ¿Dónde estoy? Qué estúpida soy, estoy en la casa de David. Se me había olvidado que ya no estaba en casa de Luis.

El celular lo había puesto en silencio. Había 57 llamadas de Luis y una docena de mensajes denigrantes.

Cada mensaje que leía, eran como una estocada en mi pecho. Me juro que me quitaría a mi bebe en cuanto naciera.

Me fui a dar un baño que estaba justo en el cuarto. Me parecía que habían tocado la puerta, pero no salí a ver, ni dije nada. Salí del baño, prácticamente desnuda porque no tenía toalla, David estaba en mi habitación.

— Pe, pe, perdón. Toqué la puerta varias veces y te llamé, pero no contestaste, pensé que te había pasado algo, pero doña maría me abrió la puerta— David salió del cuarto.

Quedé paralizada. Con que cara iba a verlo después de verme así. Me vestí y Bajé con la maleta.

— ¿Dónde vas? Perdón por todo. No fue mi intensión, tú necesitas estar aquí.

— No debo abusar, ya tuve una noche bajo techo.

— Quédate. Realmente fui imprudente, creí que te había pasado algo, o que te habías hecho algo.

— MARIA— David grito— Lleva su maleta de nuevo al cuarto. Prepárale un buen desayuno, yo me voy a la empresa.

— ¿Regresa joven?— le pregunto doña María.

— No voy a regresar hasta el sábado. Así que siente cómoda, ya te había mencionado que vengo aquí de vez en cuando.

Le tomé la mano a David.

— Podemos hablar en privado.

David me miró mi mano y subió su vista hasta mis ojos. Yo solté su mano de inmediato.

— Vamos a mi despacho.

David caminaba y yo iba detrás de él.

— Perdóname todas las molestias. Solo estaré unos días mientras resuelvo donde estar.

— Está bien. No es una molestia, para mí es una placer ayudarte. Créeme. También créeme, que no fue mi intensión entrar al cuarto, yo había pensado algo fatal.

— Okey, olvidemos ese tema— Bajé mi cara un poco avergonzada.

— Le diré a tu madre que estás aquí, para que no se preocupe. Me voy al trabajo.

Salí del despacho. Él quedó aún. Doña María se acercó y me indicó que el desayuno estaba listo.

— Puedo desayunar en mi cuarto, es que ese comedor es muy grande para mí y la verdad no me siento cómoda.

— Ya le subo el desayuno.

Subí a la habitación. María llegó con el desayuno.

— Le puedo decir algo señorita, no lo tome a mal. No juegue con el joven David, veo ese brillo en su ojo otra vez. Él ya sufrió mucho.

— Solo somos amigos.

— Mil disculpas por mi comentario. Después de cierta situación, él compró esta hermosa casa y es la primera vez que trae a una chica aquí. Disculpe si lo malinterpreté.

Doña María salió del cuarto. Me entró la curiosidad. Dijo que soy la primera chica en venir, pero dijo que después de cierta situación. ¿Qué has vivido David, que doña María quiere proteger tu corazón?

Desayuné, pero lo terminé vomitando. Me sentía fatal. Me acosté y me quedé dormida. Mi celular sonaba y sonaba. Así que lo tomé, era Luis. Bloquee su número.

No puedo creer que jamás me di cuenta de que Luis era un patán. Cuando está enamorado no vemos esos detalles. Mi matrimonio se acabó, mi amor por él se murió. Lo único bueno de todo esto, es mi bebe. Toqué mi abdomen y lo acaricié. Aunque no sé nota aún, sé que mi bebe siente todas mis emociones.

Salí a caminar por el jardín, que era lo más hermoso, el cantar de las aves y la frescura de los árboles era lo suficiente para sentirse bien.

Llamé a mi mamá.

— Mamá. ¿Podemos vernos otro día?

— Ya me dijo mi jefe que estás en su casa. Me quieres explicar que diablo está pasando.

— Me voy a divorciar de Luis. Ya te dije, me engañó en plena luna de miel, además me daba violencia, me insultaba, el día de ayer que decidí dejarlo, me había encerrado en la casa, tuve que salir desde el segundo piso, por eso mi maleta estaba así. David solo me ha ayudado.

— Entiendo eso, pero no debiste irte a la casa de un hombre. Te di para que te quedaras en un hotel. Además, Luis me dijo que estás embarazada.

— Es cierto que estoy embarazada.

— Voy a vender esta casa y compraremos una pequeña.

— No lo hagas mamá. Yo voy a resolver. ¿Quién cuida a papá, ahora que regresaste años trabajo?

— Solo trabajo 4 horas. El señor David me ha ayudado en eso. Además, en ese tiempo tu padre está en rehabilitación.

— Y el resto del tiempo, la rehabilitación es a lo mucho 2 horas. Y las otras dos horas.

— Luis pagaba la rehabilitación y a una enfermera esas dos horas. La verdad él ha sido bueno con nosotros. Ahora me temo que nos deje de ayudar y sabes muy bien que tu padre lo necesita. Pero también entiendo que no debes aguantar malos tratos. Por eso, voy a vender la casa.

— Voy a empezar a trabajar para ayudar.

— Estás embarazada ¿Quién te dará empleo?

— Voy a colgar. Yo te llamo okey.

Empecé a sentirme estresada, me puse a llorar. No sabía qué hacer. Se acercó doña María. Limpié mis lágrimas.

— El joven David, la llamó.

— Hablaba con mi madre. Ya le devuelvo la llamada.

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