ELENA WHEELER
Llegué al hotel y me senté en la cama a esperar. No sé si he sido una completa tonta en dejar a Luis con esa mujer. Realmente me siento molesta, como si no se da cuenta de que soy su esposa y yo debería ser su centro de atención, pero no me ha dado mi lugar y su atención estuvo dirigida a Francella.
Tenía ganas de llamar a Irene o mi mamá y contarle, pero no quiero parecer inmadura, que en la primera cosa que me disgusta llamó a todo mundo.
Eran las tres de la madrugada y yo seguía esperando que Luis llegara al hotel, ni siquiera un mensaje. Me mordía los labios porque me sentía ansiosa. No quería pensar mal, pero seguramente él la esté pasando muy bien.
En un momento de desesperación, tomé el celular y marqué su número. No me contestó.
Me acosté en la cama a llorar hasta quedarme dormida. Que sensación más fea es irte a dormir sintiendo que tu mundo cae en pedazos. Tan pronto nos casamos él ha demostrado ser alguien diferente, o siempre fue así.
En nuestro noviazgo no tuvimos sexo, era una hija que no le daba problemas a sus padres, no iba a fiestas, Luis me invitó un par de veces y las dos veces me negué porque tenía que estudiar. Me ponía a pensar en mis padres, si yo me trasnochaba en alguna fiesta, ellos también se trasnochaban esperándome y seguramente preocupados.
Escuché que la puerta se cerró. Entreabrí los ojos. Luis acaba de llegar. Fue directo a la cama. Revisé mi celular y eran las 8 de la mañana. Cerré mis ojos y mis lágrimas salían en silencio. Al rato me levanté de la cama, y él bien dormido.
No se quitó la ropa. Tenía labial en su cuello. Cuando vi eso, mi corazón se agitó tanto que sentí un dolor enmudecido en mi garganta. Mis labios temblaban, mis manos temblaban y un frío invadió todo mi cuerpo. Perdí las fuerzas en mis piernas y caí de rodilla al piso. Estaba viviendo por primera vez esto.
¿Qué hago? Salí del cuarto, me fui a caminar por la playa. Me senté a ver el cielo y el mar, en un punto parecía fusionarse. Lloré con amargura.
Me decidí y llamé a Irene.
— Hola Irene.
—¿Estás llorando? ¿Por qué tu voz se escucha así? ¿Qué te hice el desgraciado de Luis?
— No sé que hacer. Anoche fuimos a una discoteca, y él bailó con una mujer, sentí un poco de celos y me regresé al hotel, eran como las 10 de la noche, pero él regresó a las 8 de la mañana y su cuello tenía labial rojo, la chica de la discoteca traía ese color en sus labios.
— Maldito. Pero que le pasa a ese desgraciado. Desde un inicio algo no me gustaba de él, nos ha engañado a todo, es un lobo disfrazado de oveja. Te regresas ya.
— Siento morir.
— No te vas a morir por ese hijo de put*, te regresas ya, no me importaría viajar y patearle el trasero.
— No le digas a mis padres, ya sabes como son ellos y no quiero que se enteren. Gracias por escucharme.
— ¿No me digas que te vas a quedar?
— Quiero escuchar de su boca lo que pasó.
— Amiga. No vale la pena escucharlo, pero no te puedo obligar a hacer algo que no quieres— Irene colgó la llamada.
Yo sé que ella está molesta, pero necesito escuchar de sus labios lo que pasó, aunque eso signifique un dolor para mí.
Quedé sentada ahí por varias horas.
— ¿Aquí estás?— la voz de Luis— te he estado buscando por todos lados.
Dirigí mi vista a él. Mis ojos estaban humedecidos por mis lágrimas.
— Regresaste a las 8 de la mañana.
— Sí. Regresé a esa hora, yo tenía ganas de bailar y vi que tú te habías ido.
— ¿Por qué no me seguiste?
— Te dije que quería bailar, ya te había dicho antes que iba a disfrutar mi estadía en las Bahamas.
— ¿Lo disfrutaste?
— Sí y mucho.
— ¿Con Francella?
— Sí, con ella. Ella tiene pasión por el baile.
— Tanta pasión que te besó el cuello. Eres un cínico.
— No me faltes el respeto. No he hecho nada de lo que me pueda arrepentir. Estás pensando mal, discúlpate.
— ¿Qué?
— Qué te disculpes conmigo.
Me levanté de donde estaba sentada.
— Esto no te lo voy a perdonar. Mi esposo en nuestra luna de miel, me ha sido infiel. ¿Y yo debo de disculparme? Por favor.
Me fui al cuarto del hotel y alisté mi maleta. Luis estaba ahí viéndome.
— Estás haciendo grande esto. Si sales por esa puerta te juro que tu padre será despedido de la universidad, así que te quedas aquí.
— ¿Despedir a mi papá? Tú no eres el dueño de la universidad.
— Haz la prueba.
— No sabía que tú eras así. Me arrepiento haberme casado contigo— Luis me dio una cachetada— ¿Me acabas de pegar?
— Perdón no quise hacerlo, tú me provocaste. Perdóname Elena.
Luis me abrazó.
— Perdóname.
No quiero afectar el trabajo de mi papá. Se que la familia de Luis es influyente.
Solté la maleta y me puse a llorar.
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Updated 24 Episodes
Comments
Anonymous Carmen diaz
Aceptaste el primer golpe y la humillación espera más
2025-01-09
1
Anonymous Carmen diaz
Hay Elena eres tonta te amenaza o te dice la verdad que despedirán a tu padre y encima te golpea Luis
2025-01-09
1
Anonymous Carmen diaz
Elena eres una tonta pero no hay peor ciego que el que no escucha y eso quieres ser engañada espera si excusa tu lo dejaste con ella
2025-01-09
2