Segundo arco: Ese omega.
La risa de Ciaran llenó la sala, resonando en cada rincón y capturando la atención de todos los presentes. Era una risa desafiante, llena de ironía y desprecio. Su risa alta y contagiosa llenó el aire, provocando una mezcla de confusión, ira y rabia en los alfas que lo rodeaban.
Los alfas observaron a Ciaran con desconcierto, incapaces de comprender el motivo detrás de su risa. Sus rostros reflejaban una combinación de incredulidad y enfado, mientras trataban de entender qué era lo que le parecía tan divertido en medio de esa tensa situación.
La risa de Ciaran continuó resonando en la sala, sin mostrar signos de detenerse. Era una risa liberadora, una manifestación de su fortaleza y determinación. Su expresión desafiante dejaba en claro que no temía a las consecuencias y que se regocijaba en su propia audacia.
Mientras los alfas se preguntaban qué había llevado a Ciaran a reír de esa manera, la sala se llenó de un aire tenso y cargado. La risa del omega masculino parecía desafiar a todos los presentes, desestabilizando su poder y autoridad.
—Al menos, me robé el espectáculo… —susurró Ciaran y se sentó con desenfado en una de las sillas, con el espaldar mirando hacia los demás presentes. Una expresión de satisfacción y desafío adornaba su rostro mientras observaba las reacciones de los alfas a su alrededor. Les parecía fascinante ver las expresiones de confusión y asombro en sus rostros—. Lo admito, señores, una parte de mí quiere hacer estupideces…
Imprevistamente, un alfa sacó un arma, dispuesto a asesinar al omega que estaba haciendo semejante show. No le daría con el gusto, no cuando era inferior a todos los alfas de esa sala. Sin embargo, tuvo que bajar su brazo al sentirse mareado y acalorado de repente. El aroma que se filtró a su cuerpo no era un chiste. Miró, sin esperar más, al omega sentado frente a ellos.
—¿Qué? —inquirió Ciaran y mantuvo su enorme sonrisa—. ¡Ah, es cierto! Estoy en celo, perdón, no tenía el medicamento —se excusó, soltando otra risotada.
Algunos alfas empezaron a perder la cordura por el fuerte aroma de las feromonas de Ciaran e intentaron acercársele. Sin embargo, el bálsamo que los invitaba, de repente, se volvió amargo y empezó a asfixiarlos. Los más afectados se desmayaron por el shock de feromonas al que fueron sometidos. Y, Ciaran, no hacía más que reír y burlarse de los débiles que eran los alfas.
—Tú… e-eres un omega dominante… —masculló el del arma antes de caer inconsciente al suelo.
Ciaran observó con satisfacción cómo el alfa que había amenazado con el arma se desplomaba al suelo, inconsciente, incapaz de resistir el poder de sus feromonas dominantes. Los demás alfas presentes retrocedieron, cohibidos y asombrados por la abrumadora cantidad de feromonas que emanaban de Ciaran.
Con una sonrisa dulce en su rostro, Ciaran se regocijó en su dominio sobre la situación. Su risa resonó nuevamente en la sala, mezclándose con el aroma dulce y embriagador que desprendían sus feromonas. Mientras algunos alfas luchaban por mantenerse en pie, otros se desmayaban ante el abrumador impacto de su presencia.
—Ah, sí. Ese detalle también se me olvidó —dijo Ciaran y sonrió dulcemente—. Ahora, ¿otra pregunta?
El silencio llenó la sala, interrumpido únicamente por los jadeos y susurros de aquellos que luchaban por recuperarse del impacto de las feromonas dominantes de Ciaran. Los alfas presentes, quienes habían subestimado al omega y considerado su presencia como una mera diversión, se vieron obligados a enfrentar la realidad de su poder y presencia avasalladora.
Caesar se mostró impresionado por el actuar de Ciaran y, claro, por sus feromonas. Aunque él era un alfa dominante, las feromonas de un omega dominante y en celo, le estaban afectando duramente. Difícilmente mantendría su raciocinio intacto por mucho más tiempo. Debía hacer que Ciaran dejara de libar feromonas.
No obstante, Mikahil no estaba tan seguro de quedarse quieto. Tomó su revólver Smith & Wesson, calibre 38. Con cuatro cartuchos disponibles, estaba seguro de acertarle al endemoniado omega. Solo quería inmovilizarlo para luego utilizarlo. Era un omega dominante, poseía la capacidad para darle alfas puros y dominantes. Solo debía someterlo y dejárselo a Caesar, o, en su defecto, hacerlo suyo. Aunque, esto tampoco le importaba mucho, simplemente, podían venderlo. Los alfas pagarían millones por un bebé de ese omega dominante.
—No ganarás nada con esto, omega psicópata —gruñó Mikahil.
El arma se accionó y un fuerte estruendo resonó en la sala, pero la bala se estrelló en el suelo cuando Caesar se interpuso, evitando que el disparo alcanzara a Ciaran. Sujetó con fuerza el brazo de su padre, doblándolo hasta hacer que el arma cayera al suelo. Otros alfas se animaron a seguir su ejemplo, intentando detener la violencia, pero antes de que pudieran hacerlo, la puerta se abrió de par en par.
Un hombre imponente cruzó el umbral, acompañado por un numeroso equipo de hombres uniformados y armados hasta los dientes. La sorpresa y el asombro se apoderaron de la sala al ver su llegada. Algunos reconocieron al hombre y se preguntaron qué estaba haciendo allí, mientras que otros simplemente no tenían idea de quién era.
Mikahil, el padre de Caesar, quedó paralizado al ver al recién llegado entrar de esa manera.
—Duncan Miracle, el Monarca... —murmuró, su voz cargada de asombro y temor.
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Updated 58 Episodes
Comments
VAMOOOOOS, AL FIN.
2025-01-06
2
No saben lo mucho que estoy disfrutando esto. /Chuckle/
2025-01-06
2
Estrella Guadalupe Martinez Vera
y se armó la gorda ahora sabrán quién realmente es el hermoso Omega vola de pervertidos
2024-12-31
2