15: Ese extraño; tiene un plan.

El silencio se apoderó de la habitación, pesando sobre los dos protagonistas. Grey y Ciaran se miraron en silencio, conscientes de que algo debía romper esa tensa calma. El alfa se encontraba sumido en una lucha interna, sosteniendo el aire en su pecho como si cargara con el peso del mundo. El tiempo parecía detenerse mientras ambos buscaban las palabras adecuadas para expresar lo que sentían.

Finalmente, Grey dejó escapar un suspiro cargado de desesperación. La tensión en la habitación se hizo palpable, como si el aire se volviera más denso. La mirada del beta reflejaba una mezcla de angustia y determinación mientras buscaba la forma de romper el silencio opresivo.

Sin embargo, las palabras se quedaron atascadas en su garganta. Se sentía atrapado entre la necesidad de hablar y el temor a lo que pudiera surgir de esa conversación. Los segundos parecían eternos, como si el tiempo se hubiera detenido en ese momento crucial.

—Pueden ejecutarte por ocultar algo así, querido Grey… —masculló Ciaran—. Sobre todo, ahora, que eres quien se supone que debe protegerme, al omega de Caesar. Pero tienes agallas, así que, quédate tranquilo. No diré nada…

—¿Así nada más? Es un crimen grave, ¿y quiere ocultarlo? Debe querer algo que sabe que puedo darle —objetó Grey y se asustó al escuchar una carcajada proveniente del omega.

—Eres rápido, Grey. Hagamos esto, dame lo que necesito y garantizo tanto tu seguridad como la de Kendall y la otra omega. Solo debo prepararlo todo antes del gran espectáculo —propuso Ciaran, dejando atónito al alfa encubierto que tenía en frente.

—¿Y qué es lo que necesitas? —preguntó Grey con un dejo de temor en su tono. Le asustaba la repentina actitud de Ciaran, pero algo en sus ojos le evocaba una determinación inquebrantable.

—Mi celular…

(…)

—¿Terminaste? Nadie puede verte con ese celular. Nos matarían a ambos —comentó Grey.

Había transcurrido media hora desde que Grey le entregó el celular a Ciaran. El omega estuvo buscando en diferentes lugares de la habitación, su mirada fija en la pantalla brillante mientras parecía sumido en un intento de recordar algo importante. Después de unos minutos en esa actitud, el celular se apagó debido a la falta de carga, lo que provocó una protesta de Ciaran, quien de inmediato solicitó el teléfono de Grey. El alfa no se lo negó, confiando en que el omega sabía lo que estaba haciendo.

Con una sonrisa en los labios, Ciaran tomó el teléfono de Grey y comenzó a marcar un número, mostrando un entusiasmo evidente mientras hablaba con la persona al otro lado de la línea. Grey no pudo escuchar el nombre de la persona con la que Ciaran hablaba, ya que el omega se refería a ella únicamente como "Monarca". La expresión en el rostro de Ciaran irradiaba felicidad y anticipación, como si estuviera en una conversación emocionante y llena de complicidad.

La escena entre Grey y Ciaran despertó la curiosidad del alfa. Se preguntaba quién sería ese misterioso "Monarca" y cuál era la relación que tenía con el omega. Observó atentamente a Ciaran mientras este sostenía la conversación telefónica, tratando de captar algún detalle que pudiera revelar más sobre esta enigmática conexión.

La llamada terminó y Ciaran le devolvió el teléfono a Grey, luego de eliminar todo lo relacionado a la llamada, dejando al alfa con un gran desconcierto en su mente.

—Tranquilo, querido Grey, ahora empieza lo mejor —anunció Ciaran y se puso de pie para luego salir de la habitación y Grey lo siguió con preocupación. Debía ser cuidadoso y no dejar que nada le pasara al omega.

Al salir al pasillo, la figura imponente de un alfa se alzaba frente a ellos. Grey miró rápidamente a su alrededor, buscando desesperadamente a los demás guardias que normalmente custodiaban el lugar, pero no había ni uno solo a la vista. Un escalofrío recorrió su espalda y frunció el ceño, instintivamente colocándose frente a Ciaran, protegiéndolo con su propio cuerpo.

El alfa frente a ellos emitía una intoxicante mezcla de feromonas y alcohol, desprendiendo un aura de peligro y lujuria descontrolada. Su mirada lasciva se clavó en Ciaran, y el omega frunció el ceño en reconocimiento. Era aquel alfa ebrio que había estado causando estragos en la fiesta, pero ahora estaba allí, en ese pasillo, dirigiendo toda su atención hacia él.

La presencia del alfa era amenazante, sus ojos brillaban con una lujuria desenfrenada y sus gestos eran bruscos y descontrolados. Ciaran se sentía incómodo e inquieto bajo su mirada, sabiendo que estaba en peligro inminente. La tensión en el aire era palpable mientras el alfa se acercaba lentamente, disfrutando de cada momento de anticipación.

—YA sobirayus' poprosit' yego uyti. Etot etazh uzhe byl arendovan, i dostup byl ogranichen —habló Grey, mostrándose intranquilo con la situación en la que se encontraban. Le había ordenado al alfa que desalojara el quinto piso porque ya estaba alquilado y su acceso estaba restringido.

—Dayte mne omegu, ya prosto khochu nemnogo poveselit'sya. Razve ne dlya etogo sushchestvuyut omegi? —escupió el alfa ebrio, ignorando a Grey. Ciaran lo miró con desagrado al escucharlo. Lo quería a él para pasar un momento divertido, según ese alfa, para eso existían los omegas.

—Da poshel ty, nekompetentnyy al'fa. Prekrati pokazyvat' eto khrupkoye prevoskhodstvo peredo mnoy, svin'ya. —La voz de Ciaran hizo eco en todo el pasillo. Dejando a todos atónito por su excelente habla. No solo había insultado al alfa delante de él, sino que lo había denigrado de mil formas con unas pocas palabras.

Sin previo aviso, el alfa se desplomó repentinamente, cayendo al suelo con un estruendo que resonó en el pasillo. Un sonido sordo acompañó su caída, indicando que se había golpeado violentamente la cabeza, y de inmediato, un chorro de sangre comenzó a brotar de la herida, tiñendo el suelo con su escarlata presencia.

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