La habitación estaba impregnada de un penetrante aroma a alfa, mezclado con el humo de tabaco caro y el olor del alcohol de calidad. Los alfas apostaban grandes sumas de dinero, aparentemente preocupados, aunque en realidad era solo calderilla para ellos. Mientras jugaban a los dados o miraban las cartas, tenían a diferentes omegas jóvenes en sus regazos. Estas omegas, hermosas y cuidadosamente vestidas, perfumadas y maquilladas, se presentaban como una atracción para aquellos que se aburrían de las apuestas y los negocios.
En ese ambiente, la puerta fue bruscamente azotada y un joven chico se asomó. Su sonrisa estaba impregnada de superioridad mientras caminaba elegantemente hacia el centro de la habitación. Muchos alfas no le prestaron atención, pero algunos con un olfato más agudo pudieron percibir el embriagador aroma a chocolate y caramelo que desprendía el recién llegado. Incluso para aquellos que no pudieron captar el dulce aroma, sus delicados rasgos faciales y su figura curvilínea gritaban "omega".
—Disculpen la intromisión, señores, pero vengo por el pago de este mes —anunció el intruso. Las cejas de los alfas se alzaron en sorpresa. Ningún omega se atrevería a entrar en una reunión de alfas peligrosos que podrían hacer desaparecer a cualquiera con solo chasquear los dedos. Sin embargo, existía un omega astuto, descarado y atractivo que se atrevía a hacer precisamente eso: adentrarse en la guarida del lobo.
—El omega de la familia Miracle —susurró uno de ellos.
—El Monarca de Sísifo...
El omega de la familia Miracle, un chico que lograba sacar de quicio a cualquiera porque sabía que era intocable. Siendo el hijo del líder de la mafia más poderosa del mundo, nadie se atrevería a tocarle un cabello. Sin embargo, despertaba deseos en muchos, quienes ansiaban borrar esa risa irritante de su rostro, someterlo a su voluntad. Era una tentación andante.
Miradas lujuriosas escudriñaron el esbelto cuerpo del joven omega, quien sonrió con mayor intensidad y se movió con sensualidad hacia una mesa. Sabía cómo utilizar su belleza a su favor, y todos lo miraban con intriga debido a sus cautivadores movimientos.
—Ciaran Miracle, un placer, señores. Por favor, hagan los pagos, o de lo contrario, tendré que cortar cabezas.
Con estas palabras, Ciaran se presentó ante ellos, su nombre, llevando consigo el peso de su poderosa familia. Los alfas en la habitación quedaron cautivados por su presencia, sabiendo que, aunque desearan tomarlo, eran incapaces de hacerle daño. Ciaran había aprendido a enfrentar el mundo de los alfas, utilizando su astucia y encanto para mantener su posición privilegiada.
(…)
—Si su compañía dona este dinero, podríamos empezar con la construcción hoy mismo.
El alfa dominante, sentado en la gran silla de la punta, analizaba las palabras del tipo que tenía en frente. Sus ojos, de un extravagante color violeta, se deslizaban con cuidado por toda la habitación, pues se aseguraba de que todo el personal estuviera en su lugar.
—Olvídalo. No hago trato con sucios embusteros —renegó el alfa. Su figura imponente se puso de pie y sus cabellos oscuros se sacudieron por el movimiento—. Sé muy bien a qué juegas con ese dinero, Kelvin. Tus descuidadas acciones me lo indicaron hace tiempo —habló. Su voz era grave, pero suave. Aunque, sonaba amenazador de todas formas. El tal Kelvin tembló en su lugar.
—S-señor Duncan —susurró una plegaria al elegante alfa de gran porte. Creía que sus oraciones serían escuchadas por aquel hombre, que fácilmente podría considerarse algún tipo de Dios. Y, tal vez, lo era, aunque no de los del tipo benevolente.
—Vous—llamó a unos de los tantos peones que se encontraban de pie, trajeados y con auriculares en sus orejas. De hecho, era difícil distinguirlos, ya que todos traían consigo la misma vibra, atemorizante—, emporte ça. Et je veux un rapport sur Ciaran.
El dialecto tan fluido y sensual solo podía ser uno: francés. Kelvin pudo saberlo, pero no entenderlo. Mantuvo su vista fijada en el alfa y rápidamente volteó cuando un tipo alto, de traje y con unas gafas de sol, se acercó para levantarlo de un solo tirón. Gritó, pero no había nada que hacer.
Por su parte, Duncan sostuvo su celular con cautela, a la espera de la llamada del chico, Ciaran.
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Updated 58 Episodes
Comments
Estrella Guadalupe Martinez Vera
del tal padre tal hijo imponen si fuerza y poder
2024-12-31
1
Esta historia promete. :°
2025-01-06
2
fujoshi kun
y si mejor se queda con el papá... digo no es que no me importe el otro protagonista que no he leído... pero es que estos se traen ufff
2023-07-07
8