Ciaran despertó bruscamente, el sudor cubriendo su frente mientras su corazón latía desbocado. Su cuerpo temblaba, aún presa de los recuerdos de aquella horrible pesadilla que lo había atormentado una vez más. Sus manos temblorosas se aferraron a las sábanas, intentando calmar su agitada respiración.
El sueño lo había llevado de vuelta a ese fatídico día en el que fue secuestrado en pleno celo. Las imágenes vívidas y aterradoras de aquel incidente se reproducían en su mente una y otra vez. Sentía cómo la ansiedad lo invadía, recordando la sensación de estar atrapado, impotente y a merced de aquellos despiadados criminales.
Era comprensible que esos recuerdos regresaran con fuerza en vísperas de su próximo celo. Aunque había logrado vivir con esa realidad y se había mantenido medicado para controlar sus síntomas, el miedo seguía latente en lo más profundo de su ser. Temía perder el control, temía lo que sucedería si no tenía acceso a sus medicamentos a tiempo.
La angustia se apoderaba de él mientras se levantaba de la cama, aun sintiéndose inquieto y agitado. Caminó de un lado a otro de la habitación, tratando de despejar su mente de aquellos pensamientos oscuros. Sabía que necesitaba encontrar una solución, una forma de obtener los medicamentos que tanto necesitaba antes de que fuera demasiado tarde.
—Tranquilízate… —se dijo a sí mismo, pero sus manos no paraban de temblar—. ¡Contrólate! —gritó, arrepintiéndose al segundo. Esperaba no haber alertado a nadie.
(…)
Ciaran se encontraba encerrado en una camioneta de color negro, notando su blindaje y ventanas polarizadas. Aunque parecía ser algo común en ese entorno, sentía una inquietud creciente. No había visto a Caesar desde la mañana, lo que le generaba una sensación de incertidumbre. No sabía si el alfa había cambiado de opinión y lo había dejado como entretenimiento para otros alfas, o si simplemente estaba ocupado con otros asuntos.
La presencia de Kei, el beta que también asistiría a la reunión, no le proporcionó mucha información. Kei estaba allí en calidad de intérprete del padre de Caesar, por lo que sus interacciones eran limitadas. Ciaran se sentía atrapado en medio de un misterio, sin saber qué sucedería a continuación.
La situación se volvía aún más angustiante al darse cuenta de la presencia de otros omegas en la camioneta. Una pequeña y frágil chica lloraba y temblaba de miedo o frío. Su apariencia era lamentable, y Ciaran temía que fuera otra víctima de los parientes de Caesar, destinada a pagar las consecuencias.
Frente a la chica se encontraba otro omega masculino, cuyos ojos carecían de cualquier emoción. Los golpes en su pálido rostro evidenciaban su sufrimiento. Vestía un elegante atuendo verde, que resaltaba sus ojos del mismo color. A pesar de su desdicha, era innegable que era una persona de una belleza deslumbrante.
Ciaran observaba a los otros omegas en silencio, sintiendo una mezcla de compasión y preocupación. Todos ellos estaban atrapados en esa situación, presos de un destino incierto. Sus corazones latían con ansiedad, sin saber qué les deparaba el futuro. A pesar de la inquietud que sentía, Ciaran no podía evitar ser perturbado por los sollozos continuos de la chica. Los lamentos constantes resonaban en su mente, alimentando su angustia y desesperación. El sonido de su sufrimiento era como una puñalada en el corazón, recordándole la situación desesperada en la que se encontraban.
Miraba las puertas de la camioneta, deseando desesperadamente que no tuvieran seguros para niños. Si tan solo pudiera abrir una de ellas, se lanzaría fuera sin pensarlo dos veces. Pero se encontraba atado por la realidad de que saltar a la calle no le llevaría a ninguna parte. No ganaría nada arriesgándose de esa manera, solo se expondría a más peligros.
Maldita sea, ya cierra la estúpida boca, niña tonta. Tus lamentos no nos llevarán a ningún lado.
A medida que la camioneta avanzaba, Ciaran no podía apartar la vista del omega masculino que se encontraba frente a él. La rareza de encontrarse con otro omega masculino despertaba una mezcla de curiosidad y compasión en su interior. Sabía muy bien que los omegas masculinos eran considerados como defectos de la naturaleza dentro de la sociedad. Eran marginados, maltratados y tratados con desprecio.
Observaba al chico con atención, deseando poder entablar una conversación con él. Quería saber cómo había terminado en esa situación, si sus padres habían sido comprensivos cuando se enteraron de que era un omega. Eran preguntas que le generaban cierta emoción, ya que era la primera vez que tenía la oportunidad de conocer a otro omega. Sin embargo, esa emoción se mezclaba con una profunda pena al ver las marcas de violencia en su rostro. Los moretones salpicaban su hermoso semblante y sus labios rosados estaban partidos, evidenciando el sufrimiento al que había sido sometido. Además, el aroma de resignación impregnaba su presencia, un aroma que hablaba de una vida llena de dolor y sufrimiento.
La contrastante imagen del omega masculino golpeado y el aroma de terror que emanaba la chica pelirroja encogida a su lado generaban una profunda tristeza en Ciaran. Sentía una conexión instantánea con ellos, una comprensión de su dolor y una necesidad de protegerlos. A pesar de las circunstancias, estaba decidido a encontrar una forma de ayudarles, de liberarlos de la prisión en la que se encontraban.
El coche se detuvo y una atmósfera cargada de dinero y alcohol envolvió el ambiente. El aroma llenaba el aire, mezclándose con el bullicio de las voces que provenían del exterior. Las luces brillantes y en constante movimiento mareaban a Ciaran, haciéndole sentir una ligera desorientación.
El chofer abrió la puerta del vehículo, invitándolos a bajar. Ciaran observó al joven omega de traje verde, quien se erguía con una elegancia imponente. Aunque era un poco más bajo que él, su porte refinado y sus largas pestañas que se abanicaban con gracia le conferían un aire majestuoso. Sus cabellos castaños brillaban bajo las luces del lugar, otorgándole un aspecto cautivador. Sin embargo, no podía ignorar el hecho de que también era una víctima de las circunstancias, lamentablemente atrapado en ese oscuro mundo.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 58 Episodes
Comments
Estrella Guadalupe Martinez Vera
hay no que horror que impotencia se siente ante esta situación 🥺🥺🥺
2024-12-31
1