capítulo 16- sorpresa...

Tras el asesinato de aquel duque, no hubo testigos y como usaron su propia espada, nada se puso hacer con la investigación, pero los de la corte están seguro que la culpable es Martina y claro que lo es, pero el emperador no permitirá que se sepa, después de todo, aquel duque solo era un traidor más.

Ante el acontecimiento, se han reunido nuevamente para hablar respecto al tema de la rebelión, su cargamento de armas fue detenido y aunque soliciten nuevamente otro, no será posible que les llegue debido a que el emperador ahora mantiene la vigilancia en alta mar.

— contratemos magos, hay magos poderosos que podrán contra esa bruja.—

— es verdad, entre los mercenarios podremos encontrar suficientes magos.—

— estoy de acuerdo con traer magos, no creo que esa bruja sea tan poderosa como dice ser.—

— no podrá enfrentarse a un grupo grande de magos.—

Todos estaban de acuerdo en conseguir magos, entre los mercenarios pueden encontrar a muchos con un nivel alto de poder.

Mientras que en el palacio, a la viuda se le ha dejado las propiedades del duque, ahora será su hijo quien maneje todo y a diferencia del duque, no tiene interés en lo que respecta al trono, quien sea la emperatriz lo tiene sin cuidado.

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Tres días después el hijo de aquel duque pidió ver al emperador, este le entrega unos documentos al albino, diciendo que los había encontrado al tomar control del ducado, eran pruebas claras de desvío de fondos, al ser un funcionario de la corte, se puede ver que estuvo robando por mucho tiempo.

— seguramente esto tiene que ver con el asesinato de mi padre. Quizás tuvo problemas con sus socios, no me sorprendería que estuviese involucrado con gente peligrosa.— menciona aquel joven.

— comprendo, investigaré todo esto, agradezco su cooperación.—

— yo no quiero estar involucrado con esas cosas, si encuentro algo más, se lo haré saber.

El joven se dispone a retirarse, pero Caleb le dice que tenga cuidado y que mientras no se vea involucrado en esos negocios ilegales, él y su familia estarán fuera de sospechas. Caleb sigue revisando, esos documentos son la clave para encontrar a los aliados, aunque se hace una idea de quienes se trata, debe tener suficientes pruebas para deshacerse de ellos.

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Martina disfruta de un día tranquilo en la terraza del palacio, debe admitir que el palacio del emperador es mucho más cómodo, incluso tiene a todo el personal a su disposición. Una doncella llega para entregarle un vaso de limonada, mientras que un mayordomo se encarga de abanicarla suavemente, era como estar de vacaciones en su propio palacio. Aunque claro, no todas las doncellas están a gusto de servirle.

"Mírenla, abusando de nuestros servicios. No se como el emperador se pudo fijar en esa, su reino ya ha caído."

"Guarda silencio Lorette, ella es la prometida del emperador y además no ha sido una prepotente como las concubinas."

"Da igual, ella no merece ser emperatriz ¿no han escuchado? Dicen que ella mato a aquel duque."

"No saben si es cierto y si lo es, entonces cuidado, podrías ser la siguiente." Se burla su compañera.

Lorette sintió un escalofrío ante las palabras de su compañera, aunque eso no le quita la molestia de tener que servirle a esa mujer.

Martina se levanta y agradece al mayordomo por su servicio.

— ve a descansar, si el emperador pregunta por mí, dile que he ido a dar un paseo a caballo.—

Después cambiarse, Martina sale del palacio acompañada de varios guardias y su doncella Sabina, a quien le pide que se adelante para pedir que le preparen un caballo.

Por otro lado, el emperador estaba en su oficina, Zack llega para entregarle la información que necesitaba, siendo esta, la dirección de todos los sitios donde los nobles de la corte suelen reunirse, también estaba la ubicación de los campamentos de sus tropas, al parecer aún siguen con la idea de iniciar una rebelión.

— perfecto, a mi emperatriz le encantará esto...—

Caleb dejo lo que tenía pendiente para salir de su oficina en busca de Martina. Al llegar le dicen que Martina había salido a dar un paseo a caballo, así que se dirige al establo, ahí, Sabina y los guardias estaban pendientes de los alrededores. Martina estaba alejada, pero tan pronto ve al emperador se regresa, siendo ayudada por este a bajar del caballo.

— creí que su majestad estaba ocupado.—

— lo estaba, pero me ha llegado algo que te va encantar.—

Le entrega un sobre y Martina sonríe al leer su contenido.

— es verdad, me ha encantado...¿podemos ir a divertirnos esta noche?—

Según el informe, hoy el día de la reunión era en una mansión de campo, como fue una vigilancia de días y noches, los nobles tenían una rutina en sus reuniones.

— por supuesto, no puedo dejar que mi emperatriz se pierda de la diversión.—

Esa misma noche, Caleb y Martina salieron del palacio, rumbo a aquella mansión, por fortuna no quedaba tan lejos.

En aquella mansión, los nobles habían llegado para su reunión. Todos esperaban fuera y al paso de unos minutos, dos carruajes habían llegado a la residencia, de ellos bajan dos hombres y los sirvientes comienzan a bajar el algunas cajas de aquellos carruajes. No muy lejos ahí, en la cima de un árbol, Martina y Caleb observan. El emperador le comenta a Martina, que probablemente se traten de armas traídas de contrabando.

— tenemos la excusa perfecta para ejecutarlos.— comenta Martina.

— exactamente. Tenemos que evitar que huyan y escondan la evidencia.—

— entiendo, espero su majestad se encargue de eso, mientras yo voy esas ratas.—

Al terminar de bajar las cajas, el carruaje se marcha, mientras que las cajas son llevadas a un almacén del sótano, la puerta estaba en aquel patio, así que era fácil ingresar.

Los hombres entran para revisar las cajas, eran armas de alta calidad, además habían explosivos, lo cual les será muy útil contra Martina, su poder de fuego no será nada contra los explosivos.

Cada uno ahí, podía saborear su victoria, pero pronto escuchan un pequeño alboroto, así que cubren las cajas con una gran sábana y salen para ver lo que sucedía, quedándose pasmados al ver a Martina sobre un caballo, acompañada de varios guardias.

— en nombre del emperador, todos ustedes serán ejecutados por los cargos de traición hacía la corona.—

— pero que tonterías dice, no le basta con querer tomar la corona, ahora insinúa que estamos en contra de su majestad.— se muestra ofendido el Marqués Brooks.

— no son insinuaciones, sabemos que tienen armas de contrabando y capturamos a sus proveedores y han hablado.—

Martina hace una seña para que rodean a todos esos nobles, mientras que ella baja del caballo, verse rodeados de guardias les ponen nerviosos y sin a donde ir. Uno de ellos lanza una de los explosivos contra Martina y esta usa su fuego para quemarlo, pero la pólvora explota, causando que Martina y los guardias sean expulsados por los aires, los nombres han recibido menos impacto, así que se reponen rápidamente y salen huyendo por el bosque, Martina sonríe, se hubiera sido tan fácil, no sería divertido.

Martina corre hacía el bosque, en busca de esos cobardes...

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