capítulo 13- descontento...

Durante los siguientes días se quedaron en aquella vía, siendo un lugar extenso, ambos salían a pasear a caballo, bebían el té y caminaban por el campo o en el pueblo más cercano, pero en las noches, el emperador no dudaba en hacerla suya, el sex* entre ambos era apasionado, ambos disfrutaban el uno del otro, Martina jamás creyó que pudiera disfrutar el acto, pues en su anterior vida, solo lo hizo una vez con el emperador y sintió que era por deber y no porque ella quisiera disfrutarlo, pero ahora, estar con Caleb era disfrutar al máximo.

Se levanta de la cama y se cubre con una bata, mientras que el emperador aun duerme a su lado, era ya de mañana, así que abrió un poco las cortinas y la ventana, la brisa de la mañana era acogedora.

En el baño remojo todo su cuerpo dentro de la tina de agua tibia, normalmente las doncellas estarían ayudando a bañarla, pero ella prefiere hacerlo sola.

— que cruel es mi emperatriz, no despertarme para bañarnos.—

Caleb estaba bajo el marco de la puerta con los brazos cruzados.

— no quería perturbar su sueño majestad, se veía muy agotado.—

Caleb se acerca sujetando la barbilla de la rubia para que levante la vista.

— eso es porque mi emperatriz me deja totalmente agotado.—

Martina sonríe ladina ante las palabras del emperador. Más tarde ambos ya estaban en el carruaje, era momento de volver, aun quedan ratas en el palacio y deben sacarlas.

°°°°°

En el palacio, las concubinas estaban reunidas, se han enterado de la ejecución de la familia de Martina tras ser 'cómplices' de los Moníque.

— no tiene corazón, dejo que ejecuten a su propia familia.—

— por favor Isidora, también venderías a tu familia si eso te da más estatus.— la cuestionan.

— tenemos que hacer algo...si el emperador esta de su lado, no hay quien nos respalde.—

— nuestras familias..ellos no dejarán que nos pase nada.—

Los nobles también estaban reunidos, lo sucedido recientemente con los Monique y con Aurora, es preocupante. La puerta se abre anunciando a la reina madre, los presentes se ponen de pie haciendo una reverencia, hasta que la reina madre toma asiento y pregunta el porque la habían llamado.

— creemos que la concubina Bennett no es un buen prospecto para emperatriz...sus acciones dejan mucho que desear...—

—¿que acciones Conde? Hasta donde sé, ella no ha hecho nada malo, son las otras concubinas quienes se han ido contra ella sin razón.— expreso la reina madre.

Todos los presentes se miran entre si, en una parte la reina madre tiene razón, las pruebas apuntan que han sido las concubinas quienes han atentado contra Martina, lo cual no pueden refutar, a menos que...

— creemos que ha sido una trampa, si ellas hubieran actuado mal ¿por qué solo contra lady Bennett y no entre ellas?—

— porque el emperador mostró interés en ella, mientras que en las otras, jamás les hizo caso, eran solo un adorno, ustedes lo saben, solo obligaron al emperador a aceptar a sus hijas.—

— todo fue por razones políticas y para asegurar un futuro a nuestras hijas.—

— ¿que clase de futuro? ¿Uno donde vivirán en soledad? Todos aquí saben porque el emperador no íntimo con las concubinas, por lo tanto, solo les esperaba soledad, porque tampoco habrían tenido descendencia ¿o pensaban obligar al emperador a acostarse con sus hijas?—

— majestad por favor, aquí lo importante, es que lady Bennett a ido muy lejos y sus acciones dejan mucho que desear.—

— eso prueba que es astuta y tiene la ventaja, ahora ¿que harán sus hijas y que harán ustedes? Sean inteligentes señores.—

La reina madre se pudo de pie y se despide, no necesita escuchar más esos reclamos, son ellos quienes metieron a sus hijas en todo ese problema y son ellos quienes las criaron con aires de grandeza, así que son ellos quienes pagarán las consecuencias.

Caleb y Martina llegaron al palacio en la noche, así que al día siguiente ya se sabía que el emperador había vuelto, todo transcurrió con normalidad en la corte, mientras que Martina estaba en su residencia disfrutando de una mañana agradable y una deliciosa limonada en el jardín, cuando se le anuncia que alguien ha ido a verla, para su sorpresa era la reina madre, así que la recibe con gusto, ella fue la única quien la trato bien durante su vida pasada, por lo que le tiene respeto.

La reina madre le hace saber sobre el descontento de los nobles y sabe que eso es peligroso, aunque Martina tenga magia, no deja estar en peligro, esos hombres harán lo que sea para quitar a quien les estorbe.

— agradezco la preocupación de la reina madre. Yo tendré cuidado de todos ellos y confío en que su majestad el emperador me ayudará.—

— se que mi nieto no la dejará sola, pero sea cuidadosa. Creo que sería preferible que se mudara al palacio del emperador, le haré la sugerencia a mi nieto.—

— es una buena opción, pero su majestad y yo aún no estamos casados, incluso así la emperatriz tiene su propio palacio.—

— tonterías, cuando estaba casada con el difunto emperador, pasaba más tiempo en su palacio que en el mío. Además no me dirá que en ese viaje no paso nada.—

— que pena, pero he de admitir que no pude evitarlo.—menciona Martina avergonzada.

— tal vez dentro de poco sea bisabuela.— ríe.

Martina no puede evitar toser ante lo dicho, realmente no había pensado en eso, pues hasta el momento su objetivo seguía siendo acabar con las concubinas, pero después de eso sus planes eran irse, pero ¿podrá dejar al emperador? Él ha mostrado su apoyo hasta ahora.

*****

En una gran mansión a las afueras de la ciudad, varios carruajes sin escudo familiar se reúnen, pero de ellos bajan aquellos nobles de la corte, todos se habían reunido por su descontento contra el emperador, todos estaban de acuerdo, que al verse influenciado por una mujer ya no era bueno para el trono.

— debemos matar a esa mujer. Si el emperador la adora tanto, lo dejará devastado.—

— hagamos que se maten entre ellos, busquemos un hombre que seduzca a esa mujer, cuando el emperador sepa su engaño, él mismo la matará.—

— no estamos jugando, un golpe de estado sería lo mejor adecuado. Tengo hombres dispuestos a seguirnos.—

— si están de acuerdo, yo también tengo a mi disposición cinco mil hombres de mis soldados.—

— ¿están locos? Cinco mil más los que tengamos, no se compara al ejército del emperador.—

Así la discusión se hizo larga, no llegaban a ningún acuerdo, pero pasadas las horas, su mejor opción era un golpe de estado y podrían buscar la ayuda de más nobles, quizás incluso llegar a un acuerdo con un rey que tenga incomodidad contra el emperador, de ese modo, el golpe de estado será un éxito en especial si logran acabar con el emperador. Al terminar la reunión se acercaba el amanecer, cada uno se dirige a su carruaje.

En el palacio, Martina estaba observando en su ventana, necesita saber que hacer, sabe que los nobles harán todo lo posible para sacarla del camino.

— aún es muy temprano ¿porqué estas levantada? — pregunta Caleb desde la cama.

— solo tuve un mal sueño majestad.—

Martina se acerca de nuevo a la cama y se acuesta a lado de Caleb, quien no duda en abrazarla contra su pecho.

— fue solo un sueño, aquí, me tienes para protegerte.— deja un beso en la frente de la rubia.

Martina no puede creer que el emperador sea alguien cariñoso, pero si lo piensa bien, no esta tan mal.

— ¿te gusta el mar? Mañana podemos salir a navegar...—

—¿navegar? ¿No esta muy ocupado? —

— quizás, pero te aseguro que será divertido.—

— de acuerdo, me gusta la idea...—

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