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Estaba ansiosa por irme, no sé porque había aceptado venir a una fiesta de este tipo, si dije claramente que no son de mis favoritas, preferiría quedarme en la habitación de hotel, acostada mientras veía la nueva adaptación literaria “Culpa mía”, uno de los libros que me habían acompañado en mi adolescencia, Releer las escenas intrigantes de la novela, mientras continúo emocionándome como la primera vez, es que quien se podría resistir a Nick Leister, absolutamente nadie.

Nick Leister es mi novio literario.

La música resuena y las luces de color neón juegan sobre mi cabeza, un pequeño escalofrío me recorre, Alex había dicho que ya volvía y me había dejado sola aquí en una de las mesas, si podía evitar las fiestas seria lo mejor, pero con Alexander nunca tenía opción cuando se le ocurría algo, era demasiado dominante y autoritario, las cosas debían hacerse a su manera, y yo no tenía más remedio que obedecer.

--Hola—saludó alguien a mi lado, me fijé recién en su presencia. Un hombre simpático, ojos marrones, cabellos negros y barba acentuada, me saluda con una sonrisa coqueta.

--Hola—respondo

--¿Que hace una chica tan linda aquí sola en esta fiesta? El hombre levanta su mano al barman para pedir su bebida, el barman se acerca – un whisky para mi—me observa, y me analiza—Emmm y para ella un exquisito vaso se cerveza…

--No gracias – contraataqué negándome a recibir algo del desconocido, el barman se detuvo dudando, mirando al hombre, pero él le asintió y eso fue la confirmación que necesitaba “Tráelo de igual manera”

Después de unos segundos el vaso se planta a mi frente, y el barman le desliza su wiskhy.

Le deslizó el vaso de cerveza

--He dicho que no…

El barman me mira como si hubiera enloquecido y estuviera loca rechazándole al hombre más poderoso del país y sea yo quien lo esté importunándolo y sea mejor que me vaya, arrugo el entrecejo, me importa poco, el sujeto llego aquí invadiendo mi espacio así que él debe irse.

El mueve su wiskhy con pericia analizándolo muy bien cada gota del vaso. Sonríe de lado…

--Y ¿Por qué no? —bebe un sorbo—solo estoy tratando de ser amable con una hermosa chica, no veo nada de malo.

Bufó con irritación.

--Y se lo agradezco, pero simplemente no estoy interesada en recibir algo de un desconocido.

El alza las cejas ante mi frase.

--Bien—se voltea a mí, estira su mano—Soy Josh Ashton, gusto en conocerla señorita.

Mis ojos se abren con asombro, ¿acabo de escuchar bien?

¡¿JOSH ASHTON?!

El hombre que está en frente de mí, es uno de los multimillonarios reconocidos, uno de los

amigos del señor Davis y el anfitrión de esta reunión.

--Señor Ashton, que importunidad—le estrecho la mano—es un gusto conocerlo, mi nombre es…

Mis palabras quedan en el aire…

--Lily… Lily Walker—saborea mi nombre en sus labios—La secretaria de Davis ¿no?

Como si fuera posible la sorpresa me invade aún más.

--Pero ¿Cómo?

--He escuchado mucho de ti, Alex habla sobre la secretaria que usa ropa de anciana, lentes gigantes y actitud fuerte siendo tan joven, que apenas te vi, es imposible no reconocerte.

--Oh—se me escapo de los labios, el me volvió a extender el vaso sonriéndome amable, no quise ser maleducada y lo tomé con suavidad—Gracias—dije esta vez, devolviéndole una leve sonrisa.

-- ¿Por qué te escondes? —pregunta sin rodeos\, me sorprende\, sin embargo\, un gesto de confianza se suscita en mi interior\, la necesidad de contárselo y decirle cada mínimo detalle de mi precaria infancia floreció\, sin embargo\, me mordí la lengua y me contuve de mi estupidez.

--Ah es que este tipo de reuniones no son lo mío…

---No\, no me refiero a eso—detalla mi cuerpo con sus ojos fríos—Tu vestimenta\, eres demasiado guapa para usar ropa tan holgada.

El me habla sabiendo, como si me conociera sobre mi cuerpo que tanto me he empeñado en ocultar.

--¿Que tiene de malo mi ropa? —pregunto en bufido de cansancio—es cómoda—levanto los hombros  restándole importancia.

--Existe ropa cómoda que realza tu estilo…—entrecerró los ojos analizando-- no es eso, existe algo más, debe haber algo interesante

-- Pues siento decepcionarlo—efectué una mueca y solté un largo suspiro—No soy tan interesante

El sonrió de lado, y de un momento a otro, lo tuve muy cerca que me sobresalte.

--Lo dudo, desde lejos se nota que lo que más tienes son acertijos que llamarían la atención.

--¿Acertijos? — pregunte

--Si— su mirada penetrante me hizo sentirme pequeña pero no no lo esteriorice, me mantuve firme—Un acertijo que me invita a descubrir sus más – su rostro tan cerca que me estremezco – oscuros secretos…

--¿Quizás quiera contarme alguno? —me acerque aún más él no se lo esperaba, la sonrisa en sus labios se acentúo, el negó

--No, no tengo ninguno por contar…

Hice un puchero con mis labios, el se relamió los suyos al observar los míos…

–      No lo creo Señor Ashton, todos guardamos secretos…

Le he cambiado su objetivo principal, en el que la conversación está en punta hacia a mí, ahora lo he puesto en la mira en el punto de la conversación.

--Eres buena—admitió entre risitas, bebe un poco de su wiskhy—sabes cómo evadir temas, ahora sé por qué le gustas tanto a Alex…

--¿Yo gustarle? —solté con ironía—Vaya que buena broma—una risita se me escapo…

El se mantuvo serio, analizando con atención mi reacción…

--Si serán— dijo en alta, pero luego su voz disminuyo a un susurro propio para sí mismo—Idiotas…

Un buen sorbo de su bebida sin quitarme los ojos de encima, si no hubiera escuchado vagamente que “es del otro equipo” ahora mismo pensaría que está coqueteándome, sonríe abiertamente, pienso que va a decirme algo, pero el niega pensándoselo mejor y me dice

--Ay querida, puedes esconderte todo lo que quieras, pero eso no evitara que el indicado te encuentre, no puedes escapar del destino, has escuchado la leyenda del hilo rojo—suelta la copa y abre sus manos explicativo, toma mi mano, amarra mi dedo meñique a una pequeña cuerda roja que no se dé donde mierda sacó—Aquellos que

se encuentran unidos por el hilo rojo están destinados a convertirse en almas gemelas, no importa cuánto tiempo transcurra, ni las situaciones de la vida—ajusta su mano alrededor de la pequeña cuerda a una buena distancia—el hilo puede enredarse—lo pasa algunas veces por mi dedo haciendo un pequeño embrollo, pero lo suelta en segundos, ahora él también se amarra a su dedo anular, y jala el hilo provocando que mi dedo se mueva con el movimiento—Puede tensarse estirarse— deja de jalar y mi mano cae en la mesa-- pero nunca romperse--- sonríe abiertamente—Una leyenda hermosa ¿no?

Arrugo el entrecejo, niego me parece absurdo, me disuelvo de su agarre con rapidez, corto la cuerda fina y el mantiene su sonrisa…

-- Es una leyenda tan obstinada\, ¿porque el destino de una persona tendría que estar ligado a alguien que puede que nunca llegue a conocer? ¿o que quizás no sea el adecuado? ¿se debería soportar tener un amor destinado\, a pesar de que sepas que te hace daño? -- Niego con avidez\, suelto con desprecio—No lo creo\, si aquella leyenda existiera es más que claro que fue hecha por un hombre\, porque es tan egoísta.

-- Este tipo de leyendas son las que mantienen la fe del amor en la gente\, existe una frase que dice “Si no recuerdas la locura en el que el amor te hizo caer\, entonces es porque no has amado”—dice con su tono de sabiduría\, levanta los hombros—Para conocer el amor debes convertirte en alguien loco\, que ni la misma persona se reconozca\, las típicas locuras por amor…-- un tono emocionado.

Hago un gesto despectivo, el hombre me sonríe con picardía

--Ay Lily, todos tenemos un destino trazado— dijo, sus ojos se fijaron a mis espaldas, supe a la primera quien era—y parece que el tuyo está en camino—volteé mi rostro, encontrándome con Alexander dirigiéndose a nosotros, Josh tomo el vaso y con galantería se puso de pie, Me dio un apretón en el hombro, fue suave, e incluso lo sentí reconfortante —Mucha suerte—me guiñó un ojo y se perdió entre la multitud que bailaba sin recelo en la pista.

No me acostumbraba a verlo sin su traje negro de todos los días, verlo usar un traje casual, y su cabello sin gel, sino a la deriva hacia que sus pequeños mechones se tornaran fabulosos, la música que ahora mismo sonaba en el ambiente el quedaba a la perfección con su pericia al caminar como en una pista de modelaje.

DALE MORENO, DALE MORENO

DALE MORENO, NO PARES MORENO

DALE MORENO, DALE MORENO

DALE MORENO, QUE NOS FUIMOS A FUEGOTE…

Autora: Si, hice esta escena después de deleitarme con algunos videos de tiktok super interesantes.

“Espabílate, Lily”

--¿Ese era Josh? —me abordo apenas llego a mí, tuve que obligarme a regresar en mí y asentir leve—Que no te agobie, en ocasiones se puede tornar algo raro, ¿Te molesto demasiado?

Mas que molestarme, me dejo una pequeña espinita que está haciéndome dudar.

--Alex…

“Crees que somos almas gemelas destinadas a estar el uno al otro”—termine en mi mente sin decirlo en voz alta.

El me miraba con atención, esperando que continue con mi frase.

--Alex—di un paso al frente, enserio no quería darle significado a lo que habíamos vivido hace unos días, en los que cuales ambos nos habíamos visto de manera diferente, ¿quizás con interés? Cargados de sinceridad que habíamos desbordado. No quería darle significado, porque mi corazón iba a emocionarse al límite, y un corazón emocionado en ocasiones termina hecho pedazos, pero debía arriesgarme, aunque sea un poquitín.

--Alex—volví a repetir, el dio un paso hacia mi mirándome con interés para que prosiga.

--Tú y yo…

--Hey—una voz me interrumpió, me giré para mirar a la deslumbrante rubia, despampanante, enfundada en un vestido apretado, maquillaje acentuado que le quedaba de maravilla, exquisita, de esas que tanto le gustan a Alex, me hice ovillo en mi asiento mirando mi ropa, holgada, vieja, mi reflejo en el azulejo del piso, sin maquillaje, ni nada arreglada, muy diferente a la chica al frente de mí…

--Olvide darte mi número—ella le sonríe con picardía y le pide al barman que le preste una servilleta y un bolígrafo, Alexander la mira con desdén, ella escribe con rapidez y con coquetería sin quitarle los ojos de encima, deja la marca de un beso rojo, el color de su labial, a lado de su número, antes de extenderle la servilleta. –Espero que podamos repetirlo, solo llámame.

Todo mi semblante se endurece, tenso mi mandíbula, “EL ASUNTO IMPORTANTE QUE DEBIA RESOLVER”, lo miro, el también lo hace, una sonrisita picara se le hace en sus labios, sin quitarme los ojos de encima, y la ira me invade cuando lo veo tomar la pequeña nota.

Y la mujer con complacencia, se acerca a él con osadía dándole un beso en la mejilla

--Te espero donde siempre—le susurró…

Antes de girarse perdiéndose entre la multitud contorneando sus caderas.

Si seré idiota…

Tome una larga inspiración, para contenerme porque si no aquí mismo iba ir atrás de esa mujer y la arrastraba de las greñas. Le levante las cejas en tipo: “¿Ah enserio?”, desafiándolo, él también me arremeda levanta las cejas de tipo: “Si ¿y que harás al respecto?”

Me puse de pie, me fue más fácil mirar a una pared, y evitar su mirada.

“Necesitas alejarte de él, porque sino vas a caer ante sus encantos”

Autora: Claro, si es que no es que ya has caído.

--Señor Davis…-- la seriedad de mi tono hasta a mí me sorprende, el frunció el ceño, al escuchar la formalidad—Me retiro, veo que tiene muchos asuntos por resolver, asuntos para los que no me necesita, así que volveré hoy mismo al país…

--No, no apruebo eso—soltó con desdén y se acomodó en un asiento de la barra con tranquilidad…

--Señor Davis—bufé—No le estoy pidiendo su aprobación, simplemente se lo estoy informando…-- le sonreí de lado, dejándolo pasmado por mi atrevimiento, jamás se lo hubiera esperado y con decisión me moví hacia la salida, sin embargo, no alcance a dar ni un paso, el chasquido de dedos retumbo y una borda de hombres uniformados con trajes negros, siendo los guardaespaldas de los Davis me cerraron el paso, como barrera.

Me detuve con freno, antes de chocar con el cuerpo de uno de los grandulones, una risita atrás.

--Ay Lily, ya deberías conocerme, cuando digo no, es no…

Voltee mi rostro dándole una mirada liquidante…

--Y usted ya debería conocerme también Señor Davis, cuando digo que me iré, es que lo voy a hacer—determine con firmeza…

Una sonrisa satisfecha en ambos, demostrando que ninguno de los dos pensaba darse por vencido.

El por su lado de “No dejarme ir”

Y yo por el lado de “Me iré, aunque tenga que derribar a esa barrera de grandulones y sabes que lo hare”

Un combate,

Una pelea

Y aquí solo hay un ganador.

Y yo pensaba quedarme con el premio.

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Comments

Ysied Iriza

Ysied Iriza

Que hombre tan Estupido y Arrogante ese va a seguir en sus andansas xq no puede ver una Escoba con Faldas xq se va de tras de ella y asi piensa Casarse con Lily yo con un hombre asi no me caso no seria una Cornuda

2024-04-01

0

Samanta Rocha

Samanta Rocha

claramente nadie!!... obvio!!

2024-02-14

1

Samanta Rocha

Samanta Rocha

te lo comparto...porque también es el mio😍😍😍...

2024-02-14

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