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Lily…

Guardaba mis cosas, el día estuvo de infarto, Alexander me tuvo corriendo de un lado para el otro, informes, llamadas, juntas, reuniones, estaba como loco, no sé porque, pero su humor estaba como caca de perro de tipo: Mírame y no me toques. En la tarde gracias al cielo no le volví a ver la cara, se fue a la reunión con su madre y se lo agradecí.

El reloj marca las 6 y 50 pm con Theo hemos quedado en vernos en el estacionamiento, termino de incluir todo en mi bolso, cuando de repente su voz habló, tomándome de sorpresa.

--¿Porque tanta prisa en irse?

Me sobresalte, me volví a mirarlo y lo encontré con su cuerpo apoyado en el respaldar de la puerta luciendo relajado, sus brazos alrededor de su pecho.

--¿Tiene alguna cita importante hoy?

--Si, hoy al fin parece que se le cumplirá su deseo de que alguien se meta entre mis piernas.

Una delgada línea tortuosa se hizo en sus labios…

--No lo creo, no creo que alguien se meta—me miro de pies a cabeza una sonrisa burlona—Con usted…

--¿Y porque no? —lo enfrente—se sorprendería, puedo tener muchos pretendientes, pero no ser tan obvia como usted en cuanto a la intimidad…

--Lo dudo—dijo, dio un paso hacia mí, acercándose con movimientos galantes—Tienes un letrero gigante de… —se acerca me señala la frente con una sonrisa burlona, su rostro a centímetros del mío—Soy virgen…

Volteo los ojos, tomo mi bolso y lo esquivo…

--Buenas noches señor Davis…

Doy algunos pasos hacia el pasillo alterno, pero sus pasos me siguen…

--Totalmente prohibido—me detengo, presiono la puerta del ascensor, esperando, me volteo hacia el con el ceño profundo—Sabes las reglas esta totalmente prohibido salir con compañeros de trabajo…

--Claro, dentro del tiempo laboral, lo que hagamos fuera de la empresa, no le concierne a nadie—recalco con mi tono la última palabra.

El ascensor se abrió, di por sentado el tema, pero el hombre no se dio por vencido el me tomo de la muñeca con fuerza.

--Con Theo no—dijo, dominante y posesivo al mismo tiempo-- ¿me ha entendido?, atrévase a no hacer lo que le digo y…

--¿Y qué? – me solté de su agarre—Sabe muy bien que no le tengo miedo señor Davis…

Una carcajada jugosa broto de su garganta, se acercó un poco a mi rostro, mirándome con detenimiento.

--No con Theo, ni con nadie de la empresa ¿de acuerdo? – volvió a decir—No lo volveré a repetir puede dejarse hacer el servicio de alguien externo, pero de aquí dentro, NO…

La ira me invadió, ¿Quién se cree que es para decirme lo que tengo que hacer?

Entre en el ascensor, no pensaba discutir, estaba muy cansada para hacerlo, simplemente le sonreí y le mentí…

--Como usted diga señor Davis…

--Asi me gusta—sonrió abiertamente, dando por sentado, que enserio haría lo que me estaba ordenando. —Nos veremos mañana a primera hora Lily…-- bien esperanzado que todo iba a darse como él había dicho…

Presioné el botón de planta baja en donde estaba el estacionamiento, le sonreí mientras las puertas se cerraban…

--No es mi dueño, señor Davis, es mi vida y yo puedo hacer lo que quiera…

Vi como tenso la mandíbula, fijándose, el enojo invadiendo su rostro antes de que las puertas del ascensor se cerraran.

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