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--¿Y bien a donde iremos? —Pregunta ella con suma emoción mientras se ajusta el cinturón de seguridad. Alex sentado a su lado en el asiento del piloto.

Lily esta muy emocionada, y Alex, aunque no lo demuestre también. Sin embargo, cuando él va a responder un rugido proveniente del estómago de ella, lo detiene….

¿Era su estómago? —se preguntó con sorpresa. Ella se tensa y oculta su rostro con vergüenza como si fuera una niña pequeña.

Alex suelta una pequeña risita es la primera vez que escucha un sonido tan humano, su estómago reclamando comida,

--Wow, que gran sonido, es como si toda una selva estuviera en huelga ¿tienes hambre? —él se burla.

Lily lo regresa a ver con sus ojos entrecerrados en tipo de advertencia.

--Esta bien, esta bien conozco un lugar que es exquisito.

Ella lo miro con curiosidad.

--¿A dónde?

--Ya lo verás…-- el habla con emoción.

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El olor exquisito inunda sus fosas nasales, un gemido de placer se le escapa, entran a una cafetería pequeña, han viajado por más de 30 minutos y ella no paraba de hacer preguntas de a donde iban y él se negaba a responder tratando de no perturbar la sorpresa.

Si, dijo que era una sorpresa y eso mantenía expectante a la mujer. El dueño los recibe con formalidad.

--Buenos días, sea bienvenido Señor Davis, es un gusto tenerlo aquí después de un tiempo—hace una pequeña reverencia hacia el y luego se dirige a ella—Señorita, bienvenida—hace una reverencia, se pone erguido-- me han dicho que es un amante de los rollos de canela, han venido al lugar indicado.

Nos dirige hacia la mesa todo el lugar esta vacío, parece que lo han alquilado solo para nosotros. Lily no le pasa desapercibido la mirada de su jefe sobre ella, una sonrisa ladina se le forma, el dueño ha dicho: ¿Gusto tenerlo aquí después de un tiempo?

Es decir, que Alex ha descubierto este lugar y ya venido solo antes…

Alex habla hacia el dueño:

--Señor Armstrong, Lily es algo exigente así que muéstrele el arte culinario de este restaurante.

El hombre hace una reverencia y se aleja.

--¿Señor Davis donde estamos?

--En la cafetería más exquisita de Canadá, suelo frecuentar este lugar en ocasiones cada que viajo por negocios, y siempre que venia pensaba en usted, ese olor…—respira fuerte— Hacen unos rollos de canela exquisitos—la vergüenza en sus mejillas, el trata de ocultarlo pero es inevitable—se que son sus favoritos, por lo que no podía evitar recordarla a usted.

A la chica se le hace un fuerte latido, su emocionado corazón galopa fuerte…

--¿Cómo puede recordarlo? —pregunta curiosa—Solo se lo mencioné una sola vez, y fue con rapidez, no pensé que me estaba poniendo atención.

--Porque siendo sincero me interesa todo de usted Lily, hasta los mas mínimos detalles…

Los rollos de canela y una exquisita taza de chocolate llegan, el mesero deja la comida en la mesa y les dice que disfruten su comida, se quedan solos de nuevo, él le sonríe con amabilidad y con su mano le invita a que pruebe primero y de su punto de vista. Ella lo hace, bajo la mirada expectante del hombre da el primer mordisco, y sinceramente el no se equivocaba con la descripción esto es magnífico y fascinante. Un gemido de placer se le escapa ella se queda sin palabras, el hombre le sonríe con complacencia

--Si lo sé, es muy sabroso—habla el como si supiera que ella se ha quedado sin palabras por el sabor, y él ya lo haya experimentado antes.

A Lily percibe como sus mejillas se le calientan, ahora mismo ella debería verse como un semáforo. El hombre se saca su chaqueta y se queda solo con el buso de lana que permite que sus brazos se marcan a través de la tela.

El ahora también da un mordisco y suelto un jadeo de placer ante la comida exquisita. Ella traga grueso, y voltea su rostro para fijarla en el ventanal a su lado, que le permita observar las montañas y bosques rodeados de nieve.

Céntrate—se auto recrimina—Céntrate de una maldita vez, Lily…

Pero es imposible no evitar mirar al hombre que se encuentra en frente de ella, nadie se atrevería a siquiera intentar dejar de mirarlo, es que sería imposible. El aura de este hombre a pesar de estar luciendo un traje casual, te anima a seguir admirándolo, luce como un modelo cada movimiento parecería que lo hace para un comercial de televisión, promocionando incluso el respirar con elegancia, Ella lo detalla a profundidad, y vuelve en si al verlo reír.

--Lily Walker, sé que soy guapísimo, pero al menos podrías disimular—señala sus labios desde la lejanía de su asiento—Tienes un poco de baba ahí….

Se espabila, niega con su cabeza y se da una cachetada mental al haber sido descubierta.

--No hay nada que disimular—bufa enfocando sus ojos en la ventana—Solo es un hombre común y corriente—levanta los hombros con simpleza—nada mas

El asienta sus brazos sobre la mesa, la picardía en su rostro, le sonríe.

--¿Alguna vez me ha imaginado desnudo? — pregunta de lo más tranquilo como si la pregunta no estuviera fuera de lugar, luce curioso, pero al mismo tiempo sé sabe que está burlándose.

Lily entorna los ojos

--Señor Davis—lanza en advertencia, entredientes.

Alex hace un movimiento desdeñoso con sus manos restándole importancia a su voz firme…

--Hágalo, piense en mí, si quiere le puedo enseñar todo lo que quiera—hizo ademan de sacarse la camiseta, ella abrió sus ojos con sorpresa, suelta un leve susurro tratando de detenerlo…

--Señor Davis ¿qué mierda está haciendo?

Él no se detuvo, continúo subiendo su camiseta aún más, su abdomen marcado quedo al aire libre. Ella traga saliva, observa el alrededor con rapidez, pero recuerda que no hay nadie más que solo los dos. El prosigue con su hazaña, pero se detiene solo mostrando su abdomen y parte de su pecho.

--Mire todo lo que quiera—se inclina aún más, su rostro cerca del de ella—Si quiere podemos ir al auto y mostrarle aún más ¿le gusta lo que ve? --se reclinó en el asiento, se hizo para atrás, y se pudo visualizar su entrepierna marcada a través del pantalón. Daba la impresión de que esta área se había hinchado y pedía a gritos ser libre.

-- No es nada del otro mundo—sentenció Lily—puedo mirar millones de cuerpos con un simple botón en internet.

-- Quizás\, pero no uno de carne y hueso—roza sus dedos por su abdomen con una tranquilidad tortuosa\, animándola—Le doy permiso\, tóqueme…

--Señor Davis, basta de estúpidas bromas.

--No estoy bromeando, estoy dándole la oportunidad de tocar un hombre de carne y hueso por primera vez, uno que sé que le interesa lo suficiente.

--Se equivoca.

--¿Sobre qué?

--No es la primera vez que tocó a un hombre, debería preguntárselo a Theo…-mintió bebiendo un sorbo del chocolate caliente.

La sonrisa burlona en los labios de Alex se desvaneció, enseguida toda su expresión cambió por completo, la frialdad lo traspasó, nada de burlas, acomodo su camiseta en el lugar.

--¿Ah sí? —su rostro con el enojo—Si quiere puedo traérselo aquí para que se la coja cuanto quiera…

--Es una exquisita idea—Lily se relamió los labios—Muchas gracias por la comida, ha estado deliciosa—dio por sentado y ella se puso de pie, pero ni siquiera camino mucho porque el hombre salto hacia ella agarrándola de la muñeca tirándola con fuerza, la presiono contra el mirándola amenazante y frio.

--Deje de bromear, Lily, mis limites tienen un limbo que no estaría dispuesta a rebasar…

No se dejó, ella rozo sus labios a los suyos, él se lo permitió incluso pareció expectante y ansioso de que lo hiciera.

--Señor Davis, seamos sinceros, entre usted y yo no existen los límites y lo sabemos muy bien—le sonrió con picardía y dio por sentado liberándose, caminó hacia la salida, pero el volvió a detenerla.

--Lily puede que la quiera demasiado y me importe como nunca nadie lo ha hecho, pero sepa usted que si desobedece mis órdenes y se involucra o ya se involucró con Theo, es algo que no se lo voy a permitir.

Ella se estremece un momento, él le había dicho que la quiere demasiado, por primera vez se lo había dicho, una gran emoción la invadió. Pero se espabiló, una risita sarcástica se le escapa.

--¿Y qué hará? —lo enfrentó-- ¿Despedirme? —se burló.

Él se acercó, y aquello hizo que la mujer se desestabilizará, su olor la inundo por completo, y ahora él le rozo sus labios encima de los de ella, casi besándolos, pero no haciéndolo al mismo tiempo.

--Ay Lily, que equivocada se encuentra si piensa que el despedirla es lo peor que puedo hacer, si tan solo me conociera, sabría que soy muy hábil en otras cuestiones- su sonrisa se ensancho, era muy sugerente que entendió a la primera a lo que se refería.

Él se alejó con una sonrisa perfilando los labios, mientras ella se quedaba en la penumbra, con la mucha necesidad de que su mente y cuerpo daba gritos por descubrir esa sugerencia.

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