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Lily

Eras las 7 am cuando mi jefe entro por la puerta.

--Buenos días Lily—dijo arrastrando las palabras, termine de acomodar la taza humeante de café con las galletas recién horneadas, cuando él se deslizo por su silla y mi atención se plasmó en su semblante decaído, pequeñas bolsas negras debajo de sus ojos…

--¿Qué paso? No luce bien, es algo muy grave—pregunte alarmada, El sonrió acomodando su cabeza en el respaldar de la silla, soltó un largo suspiro.

El nunca perdía la compostura, mucho menos delante de mí, siempre lo había visto como alguien despreocupado, se sienta bien.

--Maravilloso olor a café que me alegra las mañanas—evadió mi pregunta, da un mordisco a una de las galletas-- ¿Qué tenemos hoy?

Frunzo el ceño, parece que alguien no esta de buen humor hoy.

--¿No pudo dormir bien anoche? —pregunte con inocencia…

El hombre bebió un largo sorbo de café

--¿Quizás no tuvo su dosis de follada diaria anoche? —una sonrisa burlona en mis labios.

El hombre ahora fija sus ojos en mí, el enojo a través de sus ojos grises de tipo “No me molestes, porque no estoy de humor hoy”

--Uy uy uy, parece que alguien no está de humor hoy--- suelto con ironía…

--¿Qué tenemos para hoy? – vuelve a hablar, esta vez con firmeza…

Mantengo la sonrisa en mis labios, se la respuesta, lo vi marcharse a través de mi ventana antes del amanecer.

--Que mas da Lily, mi humor de hoy no es el mejor, porque existe gente—recalca mirándome—que no sabe obedecer ordenes y toca hacer de guardaespaldas para evitar que le hagan mierda el corazón.

Me tambalee ante su sinceridad, pero no lo exteriorice.

--Se preocupa sin razones—sentencie, no respondió nada simplemente frunció los labios, continue alzando mis hombros—Pero no sabe expresarlo de la forma correcta.

--Si tan solo… -- brama entredientes, se detiene toma un largo suspiro, suelta el aire lento, habla con rapidez como si no necesitara aire —No sabes quién es bueno para ti, no quiero que te dañen ese inocente corazón—habla con firmeza, cierra su mano en puño-- porque el que se atreva a hacerlo yo…

Se detiene dejando la frase en el aire…

--Señor Davis, soy una persona adulta que puede cuidarse sola y tomar sus propias decisiones, no necesito que nadie me cuide. —determiné, él se desploma bufando con cansancio, su cabeza en el respaldar de su silla mirando el techo, yo prosigo —Además usted es mi  jefe, NO MI ESPOSO…

El hombre solo ahora se sienta erguido, mirándome con atención como si mi última frase le haya hecho que se plantee una idea en su cabeza, yo prosigo…

--Lo que hizo anoche no estuvo bien, debe recono…

Mis palabras quedan al aire, porque el suelta algo que me deja perpleja…

--Cásate conmigo…

--¿Qué? —le pregunto confusa

--¿Que? —pregunta el…

Se acercó, la confianza y la determinación en cada fibra, yo trastabille huyendo hacia atrás, y él me siguió, fue como un duelo, entre el más se acercaba yo me alejaba, hasta que finalmente mi cuerpo choca contra la pared, me acorraló con su cuerpo grande yo trate de huir, pero el no me lo permitió, ubico sus brazos a los costados como una jaula. Los nervios me invadieron.

No le demuestres lo que te provoca su cercanía, no se lo demuestres, Lily, No se lo demuestres—me repetí una y otra vez en mi cabeza.

--Asi que a esto era lo que decía, eres tú…-- volteo el rostro a un lado y sonrió abiertamente como si hubiera descubierto el mayor de los acertijos del planeta.

--¿De qué habla?

--Cásate conmigo—volvió a decir sin recelo

Yo fruncí el ceño, lo miré con atención. “Se ha vuelto loco”—pensé para mí, acerqué mi mano a su frente, el hombre se encogió ante mi toque y miro mis acciones con atención, sin embargo, me lo permitió…

--Cásate conmigo—otra vez se escapó de sus labios

--Parece que tiene fiebre—dije asesorándome, su piel estaba un poco caliente, no tanto—Parece que está delirando—me aparté huyendo de su cercanía, sonreí…--Le recomiendo tomar una ducha, señor Davis, porque está perdiendo el juicio…

En esta ocasión, él me toma de la cintura, atrayéndome, choco con su pecho, el me susurra cerca del oído, mandando millones de oleadas electrizantes con el roce de sus labios con mi oreja

--Cásate conmigo…

Le di una sonrisa reluciente y divertida

--Ni en sus mejores sueños, señor Davis.

--Nadie me dice que no Lily, ni usted—su voz sonó divertida, como si fuera una broma, de hecho, todo esto lo estoy tomando como una burla.

--Si si como usted diga, ahora vaya tome una ducha—caminé hacia la puerta—tiene una agenda que cumplir…

Sonrió, se sentó en su silla, Él era grande y la silla chirrió ante el peso de su cuerpo.

--Mi agenda a partir de hoy será que Acepte casarse conmigo…

Me mira con picardía, yo no me dejo, le contesto siguiendo su ridículo juego de bromas.

--Entonces la tendrá difícil—tomo la manilla de la puerta y salgo dando por sentado el tema, cuando estoy a punto de cerrar, su voz adopta un tono animado

--Ya lo veremos Lily, ya lo veremos…

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