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Ella simplemente lo miró por un buen rato, pero evadió su comentario diciendo:

--Reserve el hotel, nos hospedaremos en Suite Resort uno de los mejores hoteles de la ciudad.

--¿Qué habitación reservaste?

--La mejor para usted…

--¿Y tú?

--Varios pisos debajo de la suya—el me miro liquidante, chasqueo la lengua.

--No, quiero que reserve la habitación contigua…

--Pero si su área es la VIP, yo reserve en el área básica, además que caso tendría gastar cientos de dólares en una habitación si puedo estar con usted en segundos.

--¿Y? —me pregunta—Soy multimillonario, puedo gastar cientos de dólares en lo que yo quiera, y lo que quiero es que usted tenga la habitación a mi lado, punto—sentenció…

Tome un largo suspiro, tan posesivo y egocéntrico como siempre.

--Bien…

El vuelo continua en silencio, el sigue mirándome y aquello me estaba provocando nervios, su análisis en cada parte, como si tratara de descifrar hasta el más mínimo detalle de mí…

--¿Necesita algo señor Davis?

El se espabila y voltea el rostro hacia la ventana a su lado, como si lo hubieran atrapado.

--No nada

Asentí y cogí mi móvil para leer un libro en pdf que había descargado antes del viaje, me acomode mejor en el sillón, plantee el teléfono en mi frente, evitando mirarlo pero aun así puedo jurar que sus ojos aún están fijos en mí, pero le reste importancia y me dispuse a leer el libro titulado “Obsesión Criminal”, es una historia interesante, un asesino en serie “ se enamora” de un chef y hace muchas cosas para tenerla a su lado, estaba empezando a hundirme en la historia, cuando lo escuche preguntar

--¿Cuáles son sus expectativas?

Arquee mis cejas, y retire el celular a un lado para encararlo.

--¿Sobre qué?

--Pienso que es una mujer muy buena, por lo que no puedo evitar preguntarme: ¿Cuáles son las expectativas en un hombre? ¿qué es lo que un hombre debe tener o hacer para lograr conquistarla?

---Mmmm-- pensé un poco-- Pues con que no sea usted\, todo hombre seria perfecto—me burlé…

El entrecerró los ojos, no se río, de hecho, parecía que mi comentario le había dolido un poco, me sincere…

--Yo no tengo expectativas, cuando era una niña sí que las tenía, pero pasaron algunas cosas que me hicieron dejar de soñar con una realidad inexistente y afrontar la realidad, por lo que ahora no deseo nada, simplemente pienso que algún día llegara alguien, sin buscarlo, que me enseñara la dicha de amar y quizás yo también le enseñe un poco a esa persona, aprenderemos juntos…

-Ósea que usted cree que un día, por obra y gracia del cielo, le aparecerá un hombre que le dirá “Hey, aquí estoy he venido amarte y hacerte mía para siempre”—se burla—Que ridículo, esto no es un libro, ni una película, esto es la vida real, las cosas no suceden así para encontrar a alguien debe salir, buscarlo, arreglarse un poco, cambiar de estilo…

--¿Tal y como lo ha hecho usted? —lo encaro, su sonrisa se borra—Digo a buscado en cada rincón, follando y conociendo a la primera mujer que quiere y puedo decir con exactitud que al final del día, lo que le queda no es más que soledad—Me acomodo en asiento hacia él, lo escudriño con atención, pregunto con curiosidad--¿Se siente solo señor Davis?

Sus ojos fallan y esquiva mi mirada analizante, su rostro se voltea a un lado, se nota incomodo….

--El estar rodeado de gente en ocasiones no quiere decir que estemos acompañados…

El ignora mi comentario, y centra la conversación en mí de nuevo.

--¿Es decir que esta esperando que llegue el indicado?

Niego

--No señor Davis, el encontrar a alguien ahora no esta en mis planes, el terminar mi carrera y ser feliz por mi cuenta si…

--Es que es de admirar, yo no soportaría vivir en celibato tantos años como usted.

--Es que el celibato no es para cualquiera, se necesita mucho autocontrol, algo que usted no tiene…

Una carcajada resonó en el jet

--Es cierto, porque sé con exactitud que aun no ha llegado alguien que me enamore demasiado, tanto así para darle exclusividad…

--Quizás algún día llegue, o ya este llegando, no tenga la menor duda señor Davis…

El clavó sus ojos en mí, me sonrió.

--Si, quizás—lo dijo en un tono sugerente que me tomo desprevenida

--¿Y si llega a aparecer que es lo que va a hacer?

--Pues pedirle que se case conmigo y hacerla mía para siempre, no dejando que ningún hombre se le acerque…

 Arrugo el entrecejo esto es algo muy directo. Desvío la mirada, volviéndola a clavar en mi teléfono.

--Pobre mujer—resoplé…

--Lily, ya acepte casarse conmigo…

--Ya basta de bromas señor Davis, no es divertido…

--Yo no bromeo, Lily, mi sugerencia es real, es un trato justo, si tan solo me escucha…

Lo detengo…

--Señor Davis—mi voz suena firme—Solo por hoy, basta de bromas—volví a repetir.

--Bien—bufa…

Apenas puedo creer que volvamos a tener esta conversación, y encima del océano a 860km/h levanto los hombros con sosiego, prometía su sonrisa, una idea loca que él se había plantado…

Yo sabía muy bien que dejaría el tema solo por ahora, pero ya luego lo tendría atacándome con lo mismo. Se acomoda en el asiento, el confirma con su cabeza como si fuera un niño pequeño y cierra los ojos. Y minutos después yo también hago lo mismo me dejo ir en el sueño.

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